Hay días que tienes todooooo perfectamente programado, paso por paso.
Y desde el arranque, la realidad te muestra que las cosas - por más lógicas que parezcan - no van a funcionar como tú lo esperas, y ni siquiera es por la falta de previsión de uno, es porque simplemente las cosas así son.
Esto - en primer lugar - genera contrariedad... y al menos en mi caso, superar la sensación que te deja una mala pasada por lo regular persiste más allá de los pasos que emprenda para solucionarla.
Ser flexible es un esfuerzo consciente, adaptar tus planes al ritmo de las cosas por lo regular requiere soltar, básicamente, esa sensación de impotencia - individual o compartida - que generan ciertas realidades que como humanidad hemos creado, y que después se convierten en nuestros monstruitos ingobernables.
A pesar de que finalmente cumplí la mayor parte de mis metas el día de hoy, que me interrumpieran la secuencia todavía me pesa.
Así son las cosas... algo se aprende cuando uno ya piensa que lo tiene todo dominado.
Luz
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