domingo, 24 de mayo de 2015

Fin de semana Regio



Será porque odio perder el tiempo, pero venir a Monterrey para un curso de dos días, regresar al D.F. el viernes por la noche, y de nuevo a Monterrey el domingo a medio día, para un curso de tres días... no es lo mío.
Así que pedí que me dieran la oportunidad de quedarme el fin de semana en Monterrey, en plan austero (léase, de 7 noches pasé 4 en Residencias III, que son las mejor equipadas), ¿qué hacer el fin de semana?
De pronto me dí cuenta que la única que tenía que elegir sobre el tiempo del que disponía era yo... y como no estoy para "shopping" ni hice planes con algún amigo... decidí empujar mi natural tendencia a aislarme y pedí un taxi para ir a dar la vuelta al centro.
Tengo viniendo a Monterrey más de veinte años, casi siempre por cuestiones de trabajo. Hace cuatro años, apenas, llegar al Tec era quedarse en el perímetro del Tec... la inseguridad y el miedo se habían convertido en un rasgo distintivo de una ciudad cuya población se distingue por ser esforzada y trabajadora.
Narcobloqueos, balaceras, pocas personas en las calles.
Fue entonces cuando el segundo y tercer sector - es decir, los empresarios y la sociedad civil, decidieron plantarle la cara al chantaje y al desorden, y puedo decir que lo han conseguido.
Ayer me pasee por la Macroplaza, llegué al Paseo de Santa Lucía, recorrí el Museo de Historia Mexicana y el del Noreste, asistí a un espectáculo de danza folclórica al aire libre... y en todo momento se encontraban familias ocupando el tiempo en el paseo y la convivencia.
Hoy - como ayer no me dio tiempo - pagué mi visita a ese maravilloso espacio que es el MARCO... no podría ser más oportuna, dos exposiciones: Kati Horna, que para alguien tan torpe, tan ignorante y tan admiradora de la fotografía me resultó todo un descubrimiento... y Stanley Kubrick (hasta el 26 de julio).
Hace mucho que no me sentía tan contenta saliendo de algún lugar.
Y en el fondo, me conmueve profundamente ver a la gente en las calles, bailando danzón con los compases de la banda del municipio, participando en una carrera de 10 km. convocada por la diócesis, disfrutando de los grupos de baile folclórico o mojándose en las fuentes alrededor del canal que simboliza el revivido río de Santa Lucía.
Esto no ha sido gratuito... yo considero que recuperar la calle es una victoria para la sociedad civil, para los que se quedaron a defender su ciudad y pusieron el empeño para conseguirlo.
Ojalá que los Regios y todo el Estado de Nuevo León se constituya en un ejemplo de lo que se puede lograr cuando la ciudadanía se pone de acuerdo.


sábado, 9 de mayo de 2015

Perder el miedo, cultivar la esperanza


No sé si quienes me conocen de hace tiempo se acuerden de este rasgo mío... le tengo pánico al vacío, he hecho rappel, pero no es precisamente mi actividad favorita; alguna vez me he puesto un snorkel y después de un rato lo he dejado, nunca me he subido a una montaña rusa de aceptables dimensiones... en mi proyecto de vida no está lanzarme en paracaídas, o bungee o algo por el estilo... detesto las tirolesas y hasta los 52 años nunca consideré la posibilidad de bajar por un tubo de bombero.
El año pasado, sin embargo, la tentación de mi hija por bajar por el tubo era mucha... e ignoro porqué, me decidí a enseñarle; la semana pasada repetimos el experimento, sin que quien esto escribe pueda afirmar que salió sin raspones del asunto... a los 53 uno no debería hacer esto, creo, pero soy hija de mi padre y que le vamos a hacer.
Pensando en la experiencia, esto tiene que ver con superar el miedo; si algo he aprendido en estos años de hacerle de mamá, es a esto, a superar el miedo.
Cuando la vida te pone en contacto con otra persona, vulnerable, dependiente, frágil... como lo es un bebé recién nacido, un niño pequeño, una persona con discapacidad o un anciano, no queda de otra, porque se necesita actuar, no se puede esperar que la circunstancia se resuelva sola.
Ese es la gran lección de la vida, cuando te comprometes en serio con el proyecto de otro. En particular, cuando uno ejerce de madre o padre - más allá del hecho biológico - se encontrará haciendo y enfrentando situaciones que nunca puso en el proyecto de vida que especulaba en un momento dado: desde superar el miedo al vacío (no del todo, pero es algo) hasta el enfrentar una injusticia... pensando siempre que el final de la tarea es lograr que el hijo se exprese con su propia voz, que la encuentre a partir de escuchar y escucharse, desde fuera y desde dentro... cultivándola, ejercitándola, perdiendo el miedo, superando aquéllos propios y los que le vamos heredando en esta sociedad de "Miedo líquido".
Yo no he podido superar el hecho de poner inyecciones... y la vida ha sido lo suficientemente generosa para que no tenga que hacerlo hasta el momento... pero entiendo que ejercer la maternidad y la paternidad implica dejar a un lado los obstáculos que uno mismo se pone, superar prejuicios, aprender a hacer, aprender a aprender... sumergirse en el otro que está a tu cuidado, para que con el paso del tiempo se convierta en lo que está llamado a convertirse.
Y para eso, la esperanza y la posibilidad; la búsqueda de perspectivas distintas sobre una misma situación, la capacidad de abrir camino y después dejar que el otro se lo abra, son tareas irrenunciables, porque forman parte de estar vivo.
Deberíamos dejarnos de estas divisiones de padre y madre... de biología y legalidad... y darnos oportunidad de reconocer nuestra ineludible responsabilidad por hacer para todos un mundo donde se vida decentemente, incluyendo siempre a quienes - por nuestros juicios, prejuicios y culpables olvidos - dejamos en estado de vulnerabilidad y fuera de la dinámica.
Hay que celebrar el cuidado, el respeto y la responsabilidad a través del gozo y el reto que nos ofrece la presencia de los hijos.


miércoles, 29 de abril de 2015

Looser

Bueno, hay días así...
... soy un fiasco con los impuestos, con las tarjetas de crédito, etc. etc. etc.
pero supongo que mi parte optimista, esa que no se rinde, encontrará la manera de arreglarlo...
perdón por los que no me han escuchado decir ¡CARAAAAAAJOOOOOO!
Pero bueno...
pero si tienes un mal día con los impuestos, porque todavía no dominas el arte de las deducciones, hay que sumarle lo que más me ha irritado a lo largo y ancho de mi vida... precisamente esto último, lo ancho...
y que mi padre opine al respecto... ¡argh!
y que me pasen el anuncio de las flacas de Nike... solo para seguir documentando mi optimismo, que quedó ni perfectamente documentado el viernes pasado ... dos meses haciendo el intento de dejar lo que me sobra en el gimnasio tres veces por semana, para encontrar que pesas más de lo que pesabas cuando comenzó todo esto.
¿Le sigo?
Quisiera encontrar la manera de leer mejor a mi hija, y saber cómo recuperar con ella el entusiasmo, las ganas, la alegría...
Quisiera tener oportunidad de dejar esta casa, hacerme cargo de la mía... de hacerme buen cargo de la cuestión financiera, que me tiene capoteando deudas y sin posibilidades de comenzar a construir, porque antes tengo que tapar los agujeros.
Quisiera que a alguien no le importaran mis dimensiones, y que por lo menos me hiciera reír un rato...
Quisiera encontrarme un nuevo proyecto...
Pero por lo pronto, solo me queda imprimir la mugrosa declaración y pasar a pagar...
CARAAAAAAJOOOOOO




sábado, 11 de abril de 2015

Incertidumbre

Dar un paso adelante, dejando las "certezas" detrás, tomando una decisión, no está exento de su dosis de incertidumbre... pedir algo, que te lo concedan, implica pensar en un escenario nuevo...
¿Qué hacer? ¿Cómo? ¿Hasta dónde? ¿Qué gano? ¿Qué pierdo?
Eso solo lo puedo saber una vez que se cierra el ciclo y se inicia otro... que arranca acompañado de la falta de certezas.
Aunque tal vez algunas certezas nos sirven para sentir algo de firmeza en el nuevo terreno que vamos conociendo paso a paso...
- La certeza de que lo que has aprendido aplica para muchas otras actividades,
- que la vida es un acto de creación continua, y que toma rumbos de acuerdo con las respuestas que vamos generando ante la realidad,
- que entre todo aquéllo que significa "abandonar" algo... cuentas con la amistad y solidaridad de muchos testigos de tu esfuerzo, quienes han compartido tareas y experiencias, de los que has aprendido y a los que has brindado lo poco o mucho que les puedes aportar.
Nada de esto pesa, lo trae uno puesto, y tal vez eso sea suficiente para seguir adelante, para imaginar y crear, para aventurarse en nuevos paisajes y darse la oportunidad de vivirlos, de ser uno con ellos y entrar en un proceso de transformación continua.
El cambio no lo genera una declaración, sino las acciones que devienen de ella.


lunes, 6 de abril de 2015

Luz

Para Sheilla y Christian

La luz es un fenómeno físico, extraño, milagroso... la primera hechura del Creador, por lo tanto, criatura de la palabra.
La luz es lo que nos permite darnos cuenta de lo que nos rodea, lo bello, lo que destrozamos, lo que nos obliga a transformar el espacio y transformarnos a nosotros mismos cuando vemos las imágenes que nos devuelve el espejo y tomamos decisiones.
La luz matiza el paisaje, y con ello convierte en emoción lo que a primera vista resulta cotidiano.
La expresión "dar a luz" significa el resultado de un acto de creación, de vida...
La luz, al colarse por las grietas del espacio obscuro, nos devuelve la esperanza.
Y la luz, como la Vida, se nos cuela y se nos planta enfrente en el momento menos pensado... convirtiéndose en un misterio gozoso.
Y - como diría el piloto de "El Principito" - cuando uno está delante de un misterio, no queda más que rendirse ante él... y hacer lo que nos pide.
Si la Vida se filtró de manera inesperada y planto una semilla de luz en tu interior... disfruta el misterio, habla con él, acúnalo en tu vientre ... llegará el día en que lo tengas entre tus brazos... y comience su jornada para brillar con luz propia.
Por lo pronto, esa semilla de luz ya forma parte de tu sonrisa.


lunes, 16 de marzo de 2015

Inconformarse

Si de algo puede servir la experiencia, es desarrollar la capacidad para elegir sus batallas... y el crecimiento, el cambio, el ocupar un lugar son batallas que nos corresponden todos los días.
Desde superar el impulso de quedarse en la cama hasta darse tiempo y espacio para ponerse a hacer ejercicio; dedicarle tiempo a la abuela en una fecha que preferirías estar haciendo otra cosa... hasta forjate tu propio espacio, o escoger el punto en donde quieres comenzar a romper el mundo para labrar la salida al laberinto.
Diría Sun-Tzu que las batallas las elige uno, partiendo del conocimiento de sí mismo, el reconocimiento del terreno, los recursos, el oponente... hay batallas a las que entrarle y batallas que son una guerra de desgaste, en la que ninguno gana y toda la energía se pierde.
Sin embargo, también hay que aprender a estar alerta, posicionarse en un punto que le de a uno una visión completa del paisaje y fluir con el Tao.
La disciplina y la autocontención son armas para el guerrero... pero conformarse es enajenarse, perderse, hacerse borroso... asumir que la mejor manera de actuar es ponerse "flojito y cooperando" expresión que desde mi punto de vista refleja que no estamos dispuestos a cambiar sino a conservar nuestros privilegios; que los demás importan poco en esta dinámica y que el perfeccionamiento que refleja la idea de virtud no es prioridad, sino algo que debe combatirse con abulia.
Ahora que cacareamos tanto el regreso de la ética a nuestras prácticas, pensamos que basta con barnizar de moralina nuestras acciones; el sentido de la ética no es este, la ética proviene del carácter, del cultivo de la excelencia, el autoexamen y la batalla cotidiana por hacer las cosas bien, actuando bien.
También pensar la ética y reconocer la dignidad representa generar interdependencia - conocimiento de sí, conocimiento del otro, conocimiento de la actividad, conciencia de que se hace-haciendo, autocontención, permiso, escucha, búsqueda... examen de nuestras acciones comunes.
La acción es incluyente, y así debiera ser la gestión de las batallas.
No es "flojito y cooperando", no es conformarse... es conciencia para elegir correctamente las batallas que puedes ganar.



sábado, 14 de marzo de 2015

Dignidad, respeto, empatía

Hoy la vida me puso en perspectiva, hizo lo que quiso y yo tuve que responder.
Esto es subjetivo, existencial pero no creo que se salga de lo que es ser lo que soy... un ser humano.
Ayer - para decirlo en pocas palabras - formé parte de una conversación ... aunque de pronto pienso que cada quien estaba hablando, simplemente... y como el "centro" de la conversación era yo... pues baste decir dos cosas, primero, me quebraron como hace años no me sucedía, y segundo, cuando todo esto terminó, mi única intención - parafraseando el título de la obra de teatro, salí pensando "No sé si cortarme las venas o dejármelas largas", porque si aquéllo esperaba remediar algo, solo consiguió poner en mi cabeza la imagen de que tengo que recoger mis pedazos y ver que armo con ellos.
Me fui a dormir con la ilusión de que hoy habría oportunidad que alguien más cercano, más respetuoso y capaz de decirme la neta, me escuchara... pero no sucedió. Cuando necesito algo de afecto, de pronto no tengo más persona con quien hablar que yo misma.
(Disgresión, ese verso de Machado que dice "quien habla solo espera hablar con Dios un día" es mi mejor justificante para considerar que la única persona a la que puedo recurrir es la que traigo puesta).
¿Y de qué me hablé?
Tengo que decirme que no soy tan inútil, ni tan víctima... de verdad, la resiliencia puede mostrarse mejor en una barra de hule que en una barra de hierro... y sospecho que yo estoy en la segunda categoría, es decir, tal vez no se nota mucho, no me vea muy flexible, pero tengo capacidad tanto de resistir la presión como de regresar a mi estado anterior.
Tampoco estoy sorda ni soy inconsciente... ni pienso que la realidad debe ser cómo yo creo, soy observadora, me fijo en detalles y hago algo por arreglarlos, aunque a otros le resulte ofensivo.
Sé que tengo que darle una conclusión constructiva a toda la experiencia de ayer, este es el resultado de mi conversación.

En una relación que dura, en el escenario que se trate (pareja, trabajo, comunidad, etc.) ha que considerar que no se trata de almas gemelas o reflejos en el espejo, sino de personas distintas con visiones distintas que comparte un mismo escenario, están haciendo algo, y por ello:

PRIMERO: El reconocimiento de que uno y otro cambiamos con el tiempo, cuando no nos damos cuenta de esto no le damos al otro ni nos damos a nosotros mismos la oportunidad de modificar nuestros juicios y nuestras percepciones.
SEGUNDO: Saber que uno siempre es, al mismo tiempo, acto y posibilidad. El respeto consiste en mirarte y mirar al otro de esta forma.
TERCERO: Reconocer la posibilidad implica reconocer las capacidades del otro de hacerse cargo, de la manera en que elija, de la situación que vive... no necesita consejos, que te pongas de ejemplo para que vea como superas tú los problemas.
CUARTO: Todo esto lleva al respeto y reconocimiento de la libertad... uno puede elegir, experimentar, formarse su propio juicio, rectificar, buscar, arriesgarse... sin que le tengan que poner advertencias en el camino.
QUINTO: Dejar ser al otro es la mejor expresión de tu respeto hacia el otro... dejarlo vivir sus elecciones... y si de verdad te importa, estar allí para él o para ella

Dejar al otro elegir y pelear sus propias batallas... no las que tú le eliges, o aquellas en donde insistes en que puede o debe estar.

No es sencillo, la empatía y el respeto pasan por la imaginación, por el autoexamen de quien está en posición de observador, por la escucha y por las preguntas poderosas... lo más irónico de la "intervención" de ayer, es que las preguntas poderosas nunca llegaron, no me condujeron a ninguna parte... y la única que me queda, a mí, en este momento, es ¿en qué me estoy auto-saboteando?

Ya la hice... ahora espero estar atenta para cuando llegue la respuesta, porque también creo que hay respuestas que llegan solas...




martes, 10 de marzo de 2015

La cocina como metáfora

Mi hijo me sorprendió de manera muy grata la semana pasada, resolvió un reto en equipo que implicaba del diseño de un "Assessment Center" para una empresa. Su equipo obtuvo el tercer lugar, y lo más interesante fue su propuesta: hacerlo en una cocina.
Habrá que aclarar, la premisa del diseño de un AC es "comportamiento predice comportamiento".
Y es que la cocina es el mejor ejemplo de la una estructura organizacional basada en los méritos, el talento y la capacidad; el dueño de la cocina es el que sabe... siempre y cuando los estómagos de los destinatarios de sus creaciones lo validen.
Yo aprendí a cocinar observando, partiendo, escuchando... pero nunca "con las manos en la masa"... la cocina de mi abuela, la de mi madre, la de mi suegra son - o fueron - SUS cocinas; reinos particulares, en donde se obedece, pero no se mete la mano en la masa; al menos no mientras la dueña está presente.
Así que poner a cocinar a un grupo de ejecutivos para observarlos mientras preparan bajo ciertas condiciones un menú, no debe estar tan lejos de la realidad de la oficina; de hecho, puedo decir que no lo está... el espacio creativo que se llama "cocina" es propiedad de un solo artista a la vez, dos al mismo tiempo no entran, porque el conflicto personal entre la visión de uno y la visión de otro, aunque sea tácita, o la experiencia de uno contra la inexperiencia del otro, ciegos ante su propias fallas, solo consigue que se les queme la sopa.
En una cocina, cada quien asume su lugar; lugar que está fincado - perdón por decirlo - en la meritocracia, en la capacidad o los méritos comprobados... y como la realidad siempre es más triste que la ficción, tenemos pocas esperanzas de que aparezca una ratita que nos rescate con su talento.



domingo, 8 de marzo de 2015

¿Empoderando a las mujeres?

Algo en mi interior no termina por aceptar que exista un "Día Internacional de la Mujer", me hace sentir como una sub-especie de ser humano, que tiene que tener un día especial para acordarse de que en efecto, vivimos en una estructura social y cultural que nos ha convertido en sub-especie, y esta sub-especie de la que formamos parte lo ha permitido.
Considero que las posiciones extremas no funcionan muy bien, que la victimización en algunos casos no genera propuestas sobre las cuales construir. Si bien hay que reconocer el abuso, la exclusión y la injusticia que practicamos todos los seres humanos, el pretexto del género o de "todo lo que no es macho" es algo que llevamos cargando durante siglos y que al parecer se resiste a salir de nuestro esquema, tratándose de hombres o mujeres, o de elecciones de género como femenino, masculino o LGBTTTI.
Y nosotros mismo nos ponemos las trampas... decimos que queremos cambiar pero re-estrenamos Cenicienta, o la Historia del Zapatito, que tiene su origen en China ancestral y que ha representado durante siglos el esquema aspiracional de la mayoría de las historias protagonizadas por mujeres, a tal punto que el "vivieron felices para siempre", donde ella pone su destino en manos de él, quien por el hecho de ser el príncipe tiene todo casi resuelto, termina en lo que Colette Dowling llama "El complejo de Cenicienta", donde la Ceni en cuestión, llega a la casa del flamante marido a hacer lo mismo que hacía en casa de su madrastra, porque no puede imaginar algo más (para muestra, dese una vuelta por la película de Disney "Cenicienta II")... y ¿qué vas a hacer con toda la vida que tienes por delante? Dowling establece que antes que tomar las riendas del propio destino, lo que hace una (y me consta de algún modo) es encadenar el propio al del otro... al de los hijos... al de lo que sea.
Esta escalofriante reproducción de encadenar el destino a "funciones femeninas" se refleja en graves problemas sociales, que transitan entre la violencia intrafamiliar, la trata de personas o los embarazos adolescentes; la conclusión es que no educamos a nuestras hijas para hacerse dueñas de sí mismas... seguimos presentándoles historias de princesas sumisas e incluso le otorgamos status de exclusión a las protagonistas de aquéllas historias que pretenden tomar las riendas de su propia vida, con costos y oportunidades (recuerdo el escándalo que armaron las redes sociales el año pasado con motivo de que a una abuelita de Utah se le ocurrió decir que la película "Frozen" era gay).
Para cambiar el pensamiento, es importante cambiar la narrativa, y el empoderamiento comienza por reconocer capacidades, inventiva, creatividad e insumisión... pensar por una misma (diría Kant que es el fundamento del pensamiento crítico) y que esto sea un comportamiento aceptable, desde la afirmación de la personalidad y la libertad.
Para cambiar la narrativa, me he encontrado con historias y videos de los que hoy incluyo muestra.

Una pequeña historia que debiera ser obligatoria para niños y niñas en educación básica... y también un video que me hizo carcajearme... el día que las mujeres aceptemos que no somos una sub-especie, que no se trata de lucha de poder y que se puede tener independencia... tal vez hagamos efectivo aquello del empoderamiento.

 

"Tiemblen dragones", en inglés "The paperbag princess", de Robert Munsch, en México la publica Ediciones Castillo con ilustraciones de Germán Gedovius (adoradísimo por su servidora como ilustrador).

Y también una visión distinta de las princesas de Disney...



jueves, 5 de marzo de 2015

Egos y otros asuntos

En este mundo de hoy es difícil convertirse en sabio... aprendemos a fincar nuestra felicidad sobre el ego, somos dignos descendientes de Narciso, y como él, tal vez terminemos marchitándonos perdidos en nuestra propia imagen... contemplándola, sin voltear a mirar la vida que transcurre a nuestro alrededor.
El ego se nutre durante toda nuestra existencia, porque aprendemos a reconocernos en él y a vivir a través de él... el éxito y el fracaso - Maslow dixit - se basan en el reconocimiento... pero no en el reconocimiento al que nos invita Lévinas... de ese percatarse de la presencia de otro a través de los miedos comunes y la súplica por la solidaridad. Se trata del reconocimiento que buscamos en los demás, del vedadero o falso apapacho que conseguimos con los "likes", con el 100 en conducta o en matemáticas, con el hecho de no ser descartados o quedarnos porque cumplimos o no cumplimos con las especificaciones, con lo que interpretamos son las expectativas de los otros.
Esos egos, tan bien nutridos con todo esto, se convierten en ataduras, lastres, que dificultan tomar decisiones o cambiar el rumbo.
¿A dónde mirar en el momento en que las puertas comienzan a cerrarse? ¿En que te vuelves invisible? ¿En el momento en que sabes que será otro el que se quede con el resultado de tu esfuerzo ante los ojos de los demás? ¿Cuántos "likes" necesito para comprobar si soy una buena persona? ¿Si valgo algo incluso para mi mismo?
No hay nada más autocomplaciente que un blog... porque es un aparador que te deja poner ideas, te exhibe en ocasiones con la falsa esperanza - equiparable a la de quienes se exhiben en los aparadores en Ámsterdam o en Calzada de Tlalpan - de que alguien te haga caso... y te ponga un "like"... para pasar el día, con la única certeza de que se trata de un placebo.
Uno mismo es su peor enemigo.


Eco y Narciso, John William Waterhouse (1903)

jueves, 5 de febrero de 2015

Aplausos

Mi Tata - porque nunca le gustó que le llamáramos abuelo - era un compendio de sabiduría popular... de esa generación que tenía dichos e historias para explicarlo todo.
Entre otras cosas, solía afirmar "solo borracho y dormido, no se siente lo ... "aplaudido", y lo decía así porque delante de las señoras, uno no podía comportarse como un lépero (palabra fuera de moda que por uso generalizado de palabrotas cayó en desuso).
En fin, que con estos reclamos sobre los "aplausos" por parte de alguien que sin duda fue educado a punta de este tipo de reforzadores y los promocionales del PRI, donde afirman que "le aplauden a los mexicanos entrones... esos que se caen y se levantan"... no puedo más que pedir - por favor - que a mí, en lo particular, no me "aplaudan"... ya bastante "aplaudidos" nos tienen a todos los mexicanos como para todavía seguir anunciándolo a diestra y siniestra...
Por favor, señores, no nos aplaudan a los mexicanos... mejor pónganse a trabajar, mejor pónganse a pensar que significan "respeto", "transparencia" y "conflicto de intereses"... y después ¡hagan algo!
Nosotros no les vamos a aplaudir... estamos muy ocupados tratando de que este país vaya para un mejor destino que al que lo llevan.