lunes, 30 de junio de 2014

La llama de la Utopía

Para Cuau

Inevitablemente, cada vez que trabajo con los temas de la ética y la ciudadanía me tropiezo no con uno, ni con dos... con un auditorio lleno de personas que tienen "buenas razones" para señalar que lo que hablo parece una fantasía, que es imposible cambiar las cosas porque siempre hay alguien dispuesto a no cambiar... e inevitablemnte respondo que se trata de mirar al horizonte y seguir adelante, no engancharse una mirada general y superficial, nublada por tantas cosas que vamos acumulando que nos hacen perder perspectiva.
Es cierto, el mundo no es perfecto para los humanos que habitamos en él... a otras especies no les preocupa mucho el futuro, si tendrán ciertas comodidades o si podrán pagar la próxima mensualidad de la tarjeta de crédito... nosotros hemos construído nuestras propias trampas, y vivimos en ellas sin arriesgar un cambio.
Pero tampoco es sencillo... el cambio duele, las rupturas duelen, las ausencias nos desconciertan porque nos quitan algo de lo que creíamos constituía nuestra identidad... y sin embargo, seguimos, nos buscamos, nos reencontramos y compartimos.
Junio ha sido un mes demasiado cargado de actividades, lleno de encuentros y despedidas... de caminos que se bifurcan y otros que se cruzan... y la vida es eso: llegar, saludar, abrazarse, decirse hasta luego y seguirle, para adelante... pensando que incluso cuando está la noche más obscura la utopía nos proyectará alguna luz que le de sentido y dirección a nuestro caminar.




domingo, 29 de junio de 2014

Déficit de atención

Solo porque le prometí a mi hija que si asistía toda la semana a la escuela la llevaría a comprar una película... pero además tuve la ocurrencia de llevarla antes a desayunar, precisamente hoy domingo 29 de junio de 2014, día en que nuestro heroico Tri se jugó el pase a los cuartos de final contra Holanda, y se quedó en el camino.
Considerando la fecha y la expectativa con la que amanecimos en el país hoy por la mañana, me lancé al centro comercial con mayor variedad de tiendas a la redonda, incluído restaurante para desayunar... y la salida de casa a las 10:30 hrs. representó algo rarísimo... comenzando por un embotellamiento de tránsito en un lugar que por definición  es imposoble que ae encuentre atascado en domingo a esa hora... amén de que me topé con una bola de kamikazes, quienes al aprecer tenían necesidad de llegar urgentemente a algún lugar a las once en punto de la mañana.
Después de esto, llegó una calma aparente... si uno ha visto esas películas post-apocalípticas como "Soy leyenda" o tuvo el atrevimiento de salis a la calle en la cuaretena de la influenza, no podría evitar el recuerdo de estas escenas de desolación caminando por Plaza Satélite en domingo de quincena al medio día... unos cuantos clientes (casi todas mujeres, hay que decirlo) deambulando por ahí, obligados a distraer a los vendedores de su religiosa contemplación del partido; periférico vacío, estacionamientos vacíos, maridos que se enterarán que la derrota del Tri les salió más cara de lo que pensaron cuando reciban el estado de cuenta de la tarjeta  de crédito... etc.
Y mientras tanto una aventurándose con la hija quien se engenta con facilidad, en búsqueda de una película que aparentemente no está  en ciruculación para finalmente dar con ella hasta la cuarta búsqueda... y pensando... "si le pusiéramos la misma atención a otras cuestiones nacionales... tal vez, solo tal vez, otra sería la realidad de la que pretendemos escaparnos durante más de 90 minutos, y poniendo el orgullo nacional en un portero que por alguna extraña razón apareció a defender el honor de la patria disfrazado de Mickey Mouse"...
                    

sábado, 14 de junio de 2014

En espiral

Semanas intensas que convierten el paso del tiempo en un suspiro, y en particular esta semana ha sido transcurrir de encuentros, saludos y despedidas.
Comencé a trabajar en la Unidad Estado de México del Tecnológico de Monterrey en 1983; en ese entonces el director era el Dr. Jorge Ángel Díaz, el responsable de Asuntos Estudiantiles estaba a cago del Ing. Emilio Alvarado, la Dirección de Ingeniería, que dependía de la dirección de Profesional y Graduados, estaba a cargo del Ing. Juan López y el departamento de Deportes le correspondía al Ing. Juan Arvizu, a quien le quedaba muy bien ese puesto.
Con Juan Arvizu, en particular, me vinculaba el hecho de provenir de la misma escuela (aunque en ciclos diferentes), el Centro Escolar del Lago, formar parte de la Asociación de Scouts de México en grupos que se encontraban en la misma provincia (él era del 88 y yo del 186) y haber pasado por el programa de maestría en Educational Leadership impartida por la Universidad Internacional de Florida en el Campus.
Durante los 9 años que trabajé en el área administrativa del TEC-CEM, hubo muchas ocasiones para trabajar con los Juanes y con Emilio. Cuando Juan Arvizu pasó del departamento de Deportes a la Dirección de Planta Física, yo pasé al área de Desarrollo Académico, y las responsabilidades que me tocaron constantemente requerían el apoyo del área de Juan.
En particular, recuerdo la organización del Microcamp, en la que trabajé tres veranos consecutivos, donde en parte había que utilizar lo aprendido en el inacabado curso aquél de la Insignia de Madera, coordinarme con algunos muy eficientes geeks de la computación (no ofense...) y solicitar el apoyo de DAE para lo que eran los cursos de teatro, arte y deportes; pero lo que me puso en efecto a trabajar más de cerca con Juan fue el asunto del Rally... la primera vez pedí, la segunda él fue quien dijo "déjamelo a mí ... porque mi gente se divierte mucho preparando las actividades"... cierto... quien sabe cómo y quién sabe de donde... pero se las ingeniaban para armar una casa de los sustos en una especie de jacal que combinaba un gimnasio con un almacén deportivo en aquéllos heroicos tiempos del CEM.
En esa misma época, recuerdo sus advertencias... "voy a traer a mi hijo, Juan Fernando... a ver qué tal te va"... y al año siguiente "si Juan Fernando te pareció difícil, ahí viene José Pablo que es versión corregida y aumentada"... y se reía... siempre se reía, por más que escarbo en mi memoria, no recuerdo ocasión de haberlo visto serio.
Juan era de esas personas a quienes, después de encontrártelo, te dejaba con una sonrisa... si era un Scout, yo diría que destacaba en tres aspectos: "un scout cifra su honor en ser digno de confianza", "un scout es útil y ayuda a los demás sin pensar en recompensa", "un scout es amigo de todos y hermano de todo scout sin distinciones".
El lunes de esta semana me fui a despedir de Juan, y al hacerlo regresé a esos años - de 1983 a 1992 - y al encuentro de todos aquéllos con quienes hice equipo en este tiempo... arropado por los colores del 88, y el cariño de personas que venían de todos lados a decirle adiós... la espiral de la vida regresó a un punto desde donde se contempla, a distancia, a los mismos que ya no somos los de entonces, pero seguimos siendo.
El jueves, de la misma semana, la espiral me coloca en otro ángulo... y me encuentro con el periodo de 1992 al 2002, porque el trabajo me llevó de vuelta con mis amigos del Tec de Chiapas.
La vida es como la Vía Láctea ... una espiral que se expande...
El polvo estelar nos pone en contacto, y mi vida es lo que es porque tu vida la ha tocado.
¡Buena caza Juan Arvizu!