jueves, 9 de abril de 2020

Movimiento e inmovilidad

Los seres humanos nos constituimos como tales a través de la acción, a partir de la idea de que se puede intervenir el entorno, adaptarlo a nuestras necesidades.

Desciframos el lenguaje de la creación para ejercer poder en busca de una trascendencia provocada por el insuperable miedo fincado en la conciencia sobre el paso del tiempo y la muerte:
"¿Nada quedará de mi nombre?
¿nada de mi fama aquí en la tierra?
Al menos flores, al menos cantos" 
Ayocuan

Remitidos al hogar, intentando llevar una vida que la división del mundo en público-privado transformó desde hace siglos, que en los últimos años - y gracias a la irrupción de la tecnología en la vida cotidiana -  ha sido desdibujada sin desdibujarse por los efectos de la llamada "modernidad líquida", en donde las libertades para autoconstituirse se rebelan contra los roles tradicionales, que de pronto resultan necesarios en el encierro y la imposibilidad de llevar la vida como estamos acostumbrados ... es alimento idóneo para la neurosis, para que los demonios - más imaginarios que reales - aticen y alimenten los miedos sobre lo que puede pasar, que todavía no pasa.

Y los llamados a la racionalidad a la que tan poca confianza se le tiene, dados los desastres que hemos testificado en una y otra ocasión, provocan escepticismo, burlas, desafíos.

Inventamos la productividad, y la llamamos éxito; establecimos metas a partir de estereotipos donde se supone debemos encajar, diseñamos los espacios - desde los procesos hasta las tallas - con la idea de homogeneizar, estandarizar y al mismo tiempo destacar nuestra idea de exclusividad.

Hoy todo esto es puesto en duda.

Hoy nos damos cuenta de que el mundo feliz no es para todos, de que los ideales de grandeza son alucinación de unos cuantos, de que la escasez de privilegios nos presenta la ilusa falsedad de lo que "libres e iguales" significa.

Hoy estamos - más que nunca - en la balsa de la Medusa, dispuestos a arrojar de vuelta al mar a aquellos quienes pugnan por su lugar en la única esperanza que contemplan entre el misterioso y embravecido mar.

Pero en el mundo de ideas opuestas en las que vivimos... la dignidad no se puede entender sin la misera humana... tenemos que contemplar miseria para esforzarnos en realizar lo digno, que no pasa por el éxito, la acumulación, el cumplimiento a rajatabla; pasa por la comprensión, la solidaridad y el entender - hoy más que nunca - que hay un tiempo para todo y que los tiempos no los establecemos los seres humanos, y que lo que corresponde es hacer de la experiencia algo que nos brinde una mejor forma de vivir.

"Aquí en la tierra es la región del momento fugaz, 
¿También es así la región donde de algún modo se vive?
¿Allá se alegra uno?
¿Allá hay amistad?
¿O solo aquí en la tierra hemos venido a conocer nuestros rostros?"
Ayocuan

Xotlatzintla: Ollin
León Portilla, M. (1978). Trece poetas del mundo azteca. Disponible en: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/trece_poetas/04_12_poetas11.pdf