sábado, 22 de noviembre de 2014

Sugerencias no solicitadas

Señorita Sofía:
No tenemos, ni remotamente, el gusto de conocernos, pero déjeme decirle que me apena mucho que sea el objeto de tanto escarnio por parte de algunas personas, debido - entre otras cosas - a situaciones que no eligió, como ser hija e hijastra de quien es.
El que haya elegido una carrera en el medio artístico en este momento, y que aparentemente sea tan exitosa (yo sé, no lo hurta, lo hereda, no sé si la capacidad o las palancas en el medio "artístico", que más bien es mediático en México), en fin todo esto - su carrera y su necesaria exposición al público -  la está metiendo en problemas porque - tenemos que ser sinceros - le hacen preguntas y le increpan por cosas de lo que usted no es responsable.
Le sugiero algo... no insista en seguir los pasos de su mamá en cuanto a la carrera en Televisa, mejor aproveche que va a vender la casa de la discordia y pídale que le pague cuatro años en Julliard, o en Actor's Studio, o en Londres ... ahí sucederán dos cosas: la tratarán como una del montón y tendrá oportunidad de darse cuenta de qué madera está hecha.
Igual y nos sale excelente actriz, a lo mejor no llega a ganar lo que ha ganado su señora madre, pero tal vez pueda darle a conocer a todo el mundo que usted vale por lo que es y no por llevar, debajo del Castro-Rivera, el apellido de Televisa.

Señora Angélica:
Me da mucha pena que acepte que la pongan por delante para salir a defender algo que no es defendible... el conflicto de intereses... veo con mucha tristeza, que de nuevo la están utilizando, aunque - para ser honestos - la utilizaron desde aquélla campaña de los 300 compromisos, fue una muñequita de lujo en esa esa boda tan "austera" que tuvo, y aceptó ser la señora de la casita blanca y darle una entrevista al "Hola"... para después aparecer solo cuando se lo permiten.
No niego que usted sea una persona inteligente, es más, tanto respeto su inteligencia que le pido que recupere un poquito de su dignidad... si su marido se deslinda del asunto de la casa, la echa por delante, reconociendo en esto la "separación de bienes", pues le sugiero que se busque otras causas - que no sean las del "Canal de las Estrellas"-  hable con su propia voz y salga de vez en cuando a la calle para mirar a las personas... dese una vuelta por una casa-hogar, un ministerio público, la cárcel de mujeres, el hospital infantil "Federico Gómez", una sala de emergencias, un asilo de ancianos... y platique con la gente.
Si esto la saca de su zona de confort y la impulsa a hacer algo, utilice el status que le da ser la esposa del presidente para tener voz propia... tal vez le ayude más a mejorar su imagen que el hecho de prestarse para dar esos mensajes que solo sirven para echarle más gasolina a la lumbre, y que tienen consecuencias incluso con quienes usted pretende proteger, como son sus hijas, a quienes muchos sin duda seguirán increpando solo por el hecho de ser sus hijas; mejor procure buscar cierta simpatía entre la ciudadanía y cuídelas.
Por cierto, si a los seis a su cuidado los lleva con usted a esos lugares, seguro que su perspectiva va a cambiar, y a lo mejor consigue que se conviertan en buenas personas, no un "mirrey" o una "lady" de los que tanta gente está harta. 
Por cierto, y esto es parte de la sugerencia no solicitada, lea un poquito, busque alguien que la ilustre sobre la vida de María Antonieta de Austria y la Revolución Francesa. Le sugiero el episodio del collar de diamantes... a ver si por ahí encuentra algunas pautas para contrastar con la realidad y decide actuar con prudencia, sensibilidad y solidaridad ante una situación que la requiere.
Porque en estos momentos usted no puede convertirse, ni sus hijas, ni su casa, en los objetos del disgusto de la situación actual.
Por último, por favor, que las personas que trabajan con usted sean discretos y al mismo tiempo asertivos... el que todos ignoren al elefante en la sala, no necesariamente va a hacer que desaparezca.

Atentamente,
Luz Castillo

martes, 18 de noviembre de 2014

Invisible

Mi ego tiene problemas hoy... se siente molesto.
¿La causa?
Acabo de enterarme que me habían propuesto para una responsabilidad que me ponía en otro nivel en la dinámica de trabajo, y también que me descartaron.
Y no es la primera vez que me sucede en este año...
La primera vez, me ganó ese grado que no terminaba de llegar y - siento decirlo así, pero así es - la falocracia...
Esta, tengo que reconocer que la causa del descarte es razonable, pero a mi ego le hubiera gustado que me dejaran decidir a mí.
Mi ego piensa que yo soy una gran malabarista... que puedo andar en el monociclo y hacer malabares cada vez con más cosas, y se siente muy ofendido por lo sucedido hoy.
Pero vaya, ¿qué es lo que le ofende a mi ego?
¿La realidad? la realidad es que en efecto no puedo estar dando más vueltas de las que ya doy sin perturbar más la circunstancia presente (más, porque el asunto está bastante perturbado).
¿Los supuestos? me he formado en un medio donde "éxito" es sinónimo de "más trabajo"; hay una halagadora muestra de confianza en ello... pero ¿realmente "éxito" es "más trabajo"? Entonces... ¿por qué me la vivo haciendo talachas y más talachas y sigo en el mismo lugar?
¿La invisibilidad?
Yo creo que esto es lo que me duele... si bien ser invisible tiene sus ventajas, a veces uno quisiera no serlo tanto... generalmente recibo buenos comentarios sobre mi trabajo, pero esto no ha sido motivo suficiente para que alguien piense que yo quisiera algo más, o algo distinto.
¿Para qué quiero un doctorado? porque un día llegué al Instituto Mora a entrevistarme con una investigadora y me dije que así quería que las cosas fueran... y mientras... he hecho de todo, y me falta poco para que me entreguen el grado (además del examen, están los últimos detalles)... y en ese hacer de todo, me las he arreglado para darle tiempo a lo que realmente me gusta...
... pero para llegar a esto, hay que hacer primero lo otro, y luego, me he acostumbrado tanto a hacer lo otro, que no me da tiempo de hacer lo que me gusta.
Pero así es la vida, uno no puede dejar unas tareas para ver si le llegan otras, hay que hacerlas.
Uno tiene que comer de algo, y a veces lo otro se tarda mucho en cocinarse.
No sé si hay personas que tengan menos o más trabajo que yo, cada quien tiene el suyo... pero hay personas a las que les ofrecen las cosas porque las ven, y habemos algunos quienes al parecer solo nos vemos bien desde la distancia, desde la memoria, o desde la pérdida que pudiésemos representar, pero no nos vemos muy bien aquí y ahora,
Yo me volví invisible desde que tuve un año y siete meses... y hasta la fecha lo sigo siendo.
Mi ego, como se ve, está dolido... porque me descartaron para un trabajo antes de que yo me descartara, y la explicación que recibí es porque soy la mamá de mi hija...
Mi madre estaría de acuerdo con esta explicación, y yo tengo que superar esto para darme cuenta que las oportunidades están mirando hacia el otro lado...









domingo, 9 de noviembre de 2014

Evolución

El dinosaurio llegó, como de costumbre, esperando que su ferocidad y sus dimensiones, pero ante todo, su incapacidad de responder más allá de sus propios impulsos, tuviesen el efecto que siempre había tenido... es decir, esperaba a un grupo de personas temblorosas, agachadas, muertas de miedo...
Y lo que encontró, fue un grupo de personas indignadas, quienes se nutren entre todas de la energía que genera la indignación colectiva.
Estaban dispuestas a preguntar, a interpelar, a hacer preguntas que al dinosaurio le resultaron incómodas.
Se dio cuenta que ya no le tenían miedo, le exigían que rindiera cuentas, que hablara con claridad.
No bastaron los videos, las explicaciones,
No funcionaron las evasivas,
Nadie bajó los ojos,
Nadie tembló de miedo,
Y al dinosaurio, protegido por la distancia y el templete,
de pronto se le puso a funcionar otra parte del cerebro... la que corresponde a las emociones...
Supo entonces lo que es sentirse impotente, y cercado.
Y dijo "ya me cansé" porque no pudo decir otra cosa...
Los otros dinosaurios, ni siquiera se han atrevido a presentarse,
saben que su destino será semejante... sentirán impotencia, incapacidad,
sabrán algo sobre el miedo,
Tarde o temprano, tendremos que evolucionar, y algún día tal vez, llegaremos a otro nivel,
al de la empatía y la solidaridad,
a aquél que auténticamente nos lleva a mirarnos como seres humanos...
Tal vez entonces nos podremos de acuerdo,
nos cuidaremos unos a otros, y cuidaremos a quienes no pueden cuidarse por sí mismos.
Hoy solo podemos reconocer que es un proceso inevitable, y que el cansancio no es pretexto para remontar hacia un mejor horizonte.
O qué, ¿nos vamos a quedar contemplando la barbarie?


miércoles, 8 de octubre de 2014

Memorial


Un día, llegó la mujer a la plaza exigiendo saber sobre el destino de su hijo... y pocos hicieron eco a su indignación, menos interpretamos los presagios.
Primero fueron los cuerpos de las mujeres en el Campo Algodonero,
los huesos en el desierto sin nombre, sin rostro...
Al mismo tiempo, los sexoservidores en las esquinas de Tuxtla,
Después, los muertos de Acteal y aquéllos a quienes llevaron presos en el intento de mostrar que habría una justicia, que no llega.
Luego, los jóvenes en el tumulto del antro,
el otro grupo que fue arrancado del "after" y se diluyó en las sombras
Los 72 de San Fernando,
Los 49 niños del ABC,
Los 16 de Salvarcar,
Los 2 del Tec,
El hijo del empresario, el del poeta, la hijas que no regresaron a casa,
El profesor ejecutado en el microbús, muerte sin respuesta,
Marisela, caída frente a los símbolos del "legítimo poder del Estado",
El otro profesor encarcelado diez años por algo que no hizo, y groseramente indultado sin culpa,
Las mujeres presas por "secuestrar" policías,
El líder de la comunidad que se negó a pagar un chantaje e hizo pública su postura, levantado y asesinado por exigir que el Estado cumpliera con su responsabilidad,
El ranchero que entregó hasta el último suspiro en la resistencia,
Los periodistas, que ejercen el oficio de mayor riesgo en este país.
La innumerables víctimas de discriminación, muriendo o dando a luz frente a las instalaciones médicas, sin el menor reconocimiento a su dignidad,
Los niños de nadie, expulsados de su entorno que terminan muriendo en la calle, sin nombre, sin historia, sin nada,
Los niños de alguien, maltratados, ninguneados, minimizados,
Hoy, 22 en Tlatlaya y, ¿cuántos más en Iguala?
Nos hace falta sentir vergüenza, porque todos ellos son responsabilidad de un "nosotros", que nos hacemos llamar "ciudadanos",
Nos hace falta sentir indignación, porque la libertad de todos y cada uno se convierte en una restricción en la medida en que nos muestran que no podemos elegir un destino común que represente bienestar para todos,
Por eso, no podemos dejarlos al olvido, hay que hacerlos presentes
Llenar la plaza con sus fotografías, mirando fijamente a los símbolos del poder, para interpelarlos en silencio, para rebasar el límite de su indiferencia y su cinismo,
La memoria es nuestra obligación ... recordarlos todos y cada uno de los días que faltan, para que
como lo dijo otra Rosario en ese 68,
La Justicia termine finalmente sentándose entre nosotros...


8 de octubre de 2014

Sabemos que la indignación y la esperanza que traen la reparación finalmente llegan, 
aquélla abuela esperó 37 años para abrazar a su nieto...

miércoles, 3 de septiembre de 2014

El derecho a equivocarse

Creo que en la "gran familia mexicana" no hay peor cosa para un hijo que ser desobediente... y no importa la edad, la desobediencia es el origen de infinidad de historias y tragedias, reales o ficticias, en donde la imposición y la emoción se pasan por encima del diálogo. "Las cosas tienen que hacerse como yo digo, y si no, entonces están mal".
Pero, si bien no está consagrado en alguna declaración, pienso que a la larga uno tiene el sagrado derecho de equivocarse y el deber de rectificar... no hay de otra; en la vida no siempre nos manejamos con aciertos, y a veces aprendemos mejor cuando las cosas no suceden conforme lo imaginamos.
Pero ¿qué hay de ese patológico temor de los padres a que los hijos se equivoquen? o más ¿qué sucede con ese enojo que surge cuando el "consejo", la "advertencia" o lo que sea no es escuchado?... ¿qué hay cuando uno quiere defenderse y argumentar una posición contraria con base en el derecho a estar equivocado?
Uno de los aprendizajes más difíciles que he tenido es aprender que los hijos no son como uno quiere, y que por más que digas o muestres, tienen derecho a aprender equivocándose. Uno como padre tiene que confiar en que educó hijos inteligentes, tiene que hacerse responsable de dejarlos tomar decisiones y que se hagan responsables de las consecuencias... pero ¿cómo carajos nos quitamos el miedo? ¿o el desencanto?
La libertad es esencia de lo representa ser humano... ser libre es saber que uno tiene la posibilidad de equivocarse, y también de elegir qué hacer ante las consecuencias.


domingo, 31 de agosto de 2014

Retomar el rumbo

¿Cuánto cuesta  acometer y lograr una empresa difícil?
Cuesta lo que abandonas: la casa, el jardín, el cuerpo, a los demás.
Lo había experimentado a nivel micro, el desorden doméstico compuesto por el polvo, la ropa limpia sin doblar, los calcetines perdidos... pero hasta ahora caigo en la cuenta que hubo otro abandono, a pesar que consideré por momentos que no era tal, lo justifiqué pensando que "ya era tiempo de romper la dependencia" sin darme cuenta que la autonomía no se consigue con el abandono.
En estos dos años, me doy cuenta, mi hija se convirtió en una pequeña salvaje, berrinchuda, enojada, rebelde. Sé que ella no es así, que si insistes lo suficiente consigues que coopere... me doy cuenta que no está del todo lista, que faltan hábitos de cuidado, que tiene resistencias por superar, y que es tarea que a sus padres nos corresponde... ponerle atención... darse tiempo.
Para mí no es fácil vivir dos vidas, coordinar horarios, vencer la resistencia, enfocarme en aquí y ahora, cambiar de cachucha dependiendo de dónde estoy... pero no se puede soltar de golpe aquello que todavía no tiene suficiente refuerzo... hay que aflojar poco a poco.
Me cumplí aquello por lo que regresé a vivir en esta ciudad, y dejarlo atrás significa pensar para adelante... quiero más en esta carrera, pero tengo que atender, de nueva cuenta, lo que es importante.
Enfocarme en dos vidas, repartirme entre dos, hasta que me dé cuenta que me soltó y que puede caminar sola.
En este momento es lo más evidente, sé que hay otras cosas, y que si bien no puede uno volver sobre sus pasos, puede hacer el mejor esfuerzo por enderezar lo que sigue para adelante.

También buscar y entender que solo saliendo de la zona de confort puedes transformar la vida, hacerla más tuya y darle valor a aquéllo que consigues por esfuerzo propio.

viernes, 18 de julio de 2014

Miscelanea "Coyoacán"

Una de las mejores cosas que me ha pasado en los últimos dos años es la invitación de mi amiga Martha a impartir cursos en la dependencia gubernamental para la que trabaja, en pleno Miguel Ángel de Quevedo, a unas cinco cuadras del lugar en el que se ubica la casa que un día fué de mis abuelos maternos.
Y digo que es una de las mejores experiencias por la variedad de ángulos, la del trabajo, no la voy a considerar en este momento... otro ángulo es hacer el viaje hasta Miguel Ángel de Quevedo, casi esquina con Pacífico, y regresar al cuadrante en el que nací y viví por catorce años.

Las esquinas
En esa casa, a una cuadra de Miguel Ángel de Quevedo, mi abuelo tenía una biblioteca personal, donde solía recluirme en las temporadas de vacaciones, delegando el liderazgo de la tropa de hermanos y agregados a mi hermana. Allí descubrí una recopilación de cartones de Abel Quezada, caricaturista fundamental del Excélsior de Julio Scherer.
En una serie de cartones, trataba de uno de sus viajes a Nueva York, señalando que la primera vez que llegó a la ciudad, estaba tan emocionado que le daban ganas de pararse en las esquinas para aplaudirle a los neoyorkinos por el simple hecho de vivir allí.
Me acordé de esto, porque es la misma sensación que me da regresar al cuadrante entre las colonias Rosedal, Parque San Andrés y Centro en Coyoacán... quisiera aplaudirles a los que vivien allí, quizá porque no por lo dejé, sino por lo que me gustaría que sucediera... me gustaría en un momento dado regresar a vivir allí, retomar el estilo de nativo que me ha acompañado siempre, al menos en algunas intenciones.

Los árboles
Es impresionante la manera en que han crecido los árboles desde que nos mudamos de casa, Miguel Ángel de Quevedo sigue igual, pero División del Norte, el Eje Central desde Río Churubusco hasta el Viaducto, son espacios que recuerdo raquíticos de árboles, y que hoy por hoy son espacios totalmente verdes, tanto así que las referencias del mapa que tengo grabado desde hace más de treinta años, de pronto se desdibujan ante la renovación del paisaje.

Estas ruinas que ves
El regreso al otro lado de la ciudad, desde Coyoacán o Tlalpan, regularmente lo hago evitando el Periférico; me fastidia profundamente el tramo entre Chapultepec y el Toreo a las seis de la tarde. Por lo tanto, busco opciones.
Ayer intenté la ruta por el Eje Central... y como digo, los árboles que se han quedado allí por más de treinta años me desubicaron. De pronto, paso frente al edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (¿sigue siendo? nadie le ha quitado el letrero y hay luces prendidas), una "víctima" del terremoto del 85.
Lo sobrecogedor del edificio no es que siga en pie, sino la pobre imagen que presenta; el edificio se restauró en lugar de derribarse, quien sabe porqué motivos (¿amor al arte? ¿los murales?), de todas maneras, hay cicatrices que con el paso del tiempo no pueden ocultarse... o tal vez sea porque de manera simbólica, el edificio refleja muy bien el estado de las comunicaciones y los transportes en este país.
Lo que puede decir es que la vista no fue grata, o que a lo mejor yo tengo una perspectiva distorsionada, lo miré desde el pasado y encontré que la cirugía reconstructiva no fue tan exitosa; definitivamente lo vi medio chueco, algo agrietado y no precisamente calificando como "el mejor espacio para trabajar" en estos días (la foto es del 85).



El viejito
Ayer me estacioné en el Superama que se ubica sobre la calle de Pacífico, y de pronto me fijo en un señor de edad que viene empujando su carrito del súper acompañado por el vigilante del estacionamiento. Lo veo y me digo "que guapo se ve ese señor, ojalá que me tocara conocer a alguno que se vea así cuando llegue a la edad que aparenta ese señor (pensé como 70)"... y escucho al viejito darle su nombre al vigilante: "José Alonso".
¿Ya ven porqué me gusta Coyoacán? Hasta viven algunos viejitos guapos (66 años) que se llaman José Alonso... y que para ser franca ya debería estar promoviendo sus secretos para que algunos de 50 se apliquen a verse guapos cuando lleguen a la edad del sr. Alonso, porque lo que sea de cada quien, algunos de mi generación ya se ven mucho más desgastaditos (con todo respeto) que el sr. en cuestión.
Insisto... si ya por lo añeja me toca toparme con uno de mi misma rodada, o más... pues que sea uno que se vea así  (capaz de ir al súper por sus propios medios y no muy achacoso, plis).




miércoles, 16 de julio de 2014

Feng Shui vacacional

Esta va en recuerdo a la Tía Alicia, quien me dio un consejo cuando me fui a vivir a Chiapas, que no seguí y que cómo me costó no hacerlo... "mueve todas las cosas de la casa, al menos una vez al año"... 

(Algunas plagas como termitas, ratones y demás me demostraron cuánta razón tenía)

Hay muchas paradojas sobre el tiempo libre... es algo a lo que aspiramos cuando estamos trabajando, pensando que las vacaciones nos darán la libertad de hacer lo que no hemos tenido tiempo de hacer los fines de semana.
Pero cuando llega ese tiempo libre... al menos en mi caso, necesito hacer un esfuerzo para darle cierto lugar al ocio y otro más para aprovecharlo haciendo lo que no he tenido tiempo de hacer.
Tengo años acumulando pendientes... uno de ellos tiene que ver con un proyecto que espero terminar de un momento a otro, pero honestamente, me consumió buenas temporadas de vacaciones, algo así como escribir una tesis, y volver a escribirla y escribirla de nuevo (esta es la tercera versión, que está en espera del examen de grado).
Una tesis que no hice los fines de semana,  porque los fines de semana trabajo en lo que no trabajo el resto de la semana: poner las cosas de la casa en un orden razonable, aunque más bien, debo decir, "poner las cosas de la casa en el límite de lo tolerable".
Escribir la tesis en temporadas de vacaciones representó esforzarme por no mirar otra cosa que las hojas impresas y la pantalla... y a teclearle... no mirar como a mi alrededor otros pendientes se acumulaban, no inquietarme por ello. El tiempo disponible para esto, solía terminarse antes de que pudiera decir ¡Ya estuvo!
Y sin embargo, cuando le puse el punto final junto con el pasado domingo de Resurrección... comencé a extrañar esta tarea.
Volviendo a mis temporadas de trabajo - particularmente semestrales - estoy cumpliendo con dos horarios en el mismo día: la llevada y traída de la escuela con mi hija, y cumplir con mis responsabilidades con los estudiantes. 
Cuando termina el semestre, sigo con dos horarios de trabajo: la escuela y todo eso que en el trabajo "se puede hacer porque es verano"... es decir, todo tipo de pendientes: cursos, organización de eventos, juntas, etc.
Así, que al final de todo el proceso... a una solo le queda pensar en lo que ocupará ¿tanto? tiempo libre (2 semanas)...
Quería salir de viaje... pero tengo que admitir que no fui lo suficientemente prudente para hacer un guardadito... que cuando finalmente me decidí... recibí tanto entusiasmo por parte de los "vacacionistas" en potencia... que terminé por cancelarlo... y volverme a preguntar ¿qué voy a hacer con los días que no tengo que trabajar?
Comencé por hacer una lista... y casi la he cumplido; sin embargo, lo que aparece en la lista implica hacer otras cosas, que será mejor dejar resueltas antes de volver a incorporarme al trabajo... y comenzar a desear las próximas vacaciones.
Donde, nuevamente, habrá que revisar los pendientes... y elegir qué hacer con ellos.


martes, 15 de julio de 2014

Puritanos

Una de los grandes inventos para nosotros - los "asalariados" (Polanco's ladies dixit) - son los vales de despensa, en cualquiera de sus versiones... particularmente cuando el porcentaje de los dichosos vales es superior a las necesidades básicas para el mantenimiento de la casa.
He tenido la fortuna, no puedo decirlo de otra manera, de disponer de un fondo a través de los benditos vales que me han permitido comprar libros, un antecomedor, ropa, etc. etc. etc.
Pero lo más atractivo de los dichosos vales - hasta el 1o de julio, según las tiendas de Wall-Mart (o sea, el súper-center, el Superama, la Bodega Aurrerá, etc.) estaba en la posiblidad de usarlos en la sección de vinos y licores.
Sin embargo, en todas las cajas de la citada cadena, ahora uno se topa con un letrero: "Por disposición oficial, a partir del 1o de julio no se permitirá la compra de vinos y licores con vales de despensa". De allí me surgen algunas preguntas, la primera es ¿de quién es la "disposición oficial"? ¿Por qué en otras tiendas todavía no se dan por enterados?
Yo pensé que se trataba de una disposición oficial solo en el Estado de México, pero me encontré que también lo es en el Distrito Federal. Hechos aparte, en el Estado de México, todas las secciones de "vinos y licores" presentan además otro letrerito... de acuerdo con la disposición oficial del H. Congreso del Estado hay horarios para comprar chupes... los domingos no se vende licor después de las 5 de la tarde. Como si desde que nos calló el "decretazo" a los mexiquenses los índices de violencia se hubiesen reducido... todo lo contrario.
¿Esto me incomoda? si, de alguna manera, porque es reflejo de nuestra propia crianza como "ciudadanos"; encontramos que ahora para regular el comportamiento, las autoridades se concentran en prohibir todo aquéllo que piensan puede ser ocasión de cometer una falta.
¿A dónde va mi argumento? a pensar a que clase de público se dirigen los letreros en cuestión... personas incapaces de tomar decisiones, hacerse cargo de las consecuencias... personas incapaces de autorregularse ¿por qué? simplemente porque así nos han educado... cuando uno se concentra en coaccionar, restringir, castigar comportamientos que debieran ser producto de una deliberación personal y una elección consciente lo que nos está diciendo a la "ciudadanía", es que somos incapaces de pensar por nosotros mismos, que somos menores de edad.
¿Y lo peor? que en gran medida nuestro sistema educativo es lo que nos ha enseñado... no a hacernos cargo de nosotros mismos, sino a colgarle a otro la responsabilidad por lo que hagamos o dejemos de hacer, y así, ese "otro" supone que tendrá el control y que cumpliremos obedientemente lo que disponga.
Esto no empodera a una ciudadanía... la convierte en súbditos sumisos de aquéllos de quienes tanto nos quejamos... pero que seguirán haciendo mientras nos quedemos en nuestra área de confort.
No es el consumo... es el mensaje... "no creo que seas capaz, por lo tanto, yo decido lo que tú puedes hacer".
Cualquier semejanza con otras medidas, no es pura coincidencia:


lunes, 7 de julio de 2014

Futuros

Hay una pregunta que me encanta hacer a mis alumnos cuando iniciamos el semestre... ¿alguna vez te has preguntado donde estarás cuando tengas el doble de la edad que tienes ahora?
Pocos lo imaginan, los más solo me responden... "primero deje que terminemos la carrera, eso queda muy lejos".
La realidad es otra, cuando uno lo ve del otro lado, de esos veinte o veinticinco años se da cuenta que no estaba tan lejos... y también se da cuenta de que hace algunos años, incluso sin prever exactamente dónde quería estar, de pronto, lanzó una idea al aire, y a la vuelta del tiempo, la veía cumplida, tal vez no exactamente como lo imaginó, pero cumplida.
Cuando hice un plan de vida, tiempo ha (y mucho), el futuro solo podía imaginarlo como deseos; de ellos, tengo uno muy presente, que se me ha cumplido en varias ocasiones, y yo pienso que ha sido "sin querer", pero no es cierto...
... creo que es uno de los pocos pensamientos a futuro que representa lo que he querido lograr para mí... y tal vez en eso está el secreto... imaginar algo posible, lanzarlo al viento, y esperar a que - a la vuelta de los días, meses o años... te sorprenda encontrarlo realizándose, sin esperar a que algo termine para que algo comience, llegando para que te lo apropies, simplemente así.


lunes, 30 de junio de 2014

La llama de la Utopía

Para Cuau

Inevitablemente, cada vez que trabajo con los temas de la ética y la ciudadanía me tropiezo no con uno, ni con dos... con un auditorio lleno de personas que tienen "buenas razones" para señalar que lo que hablo parece una fantasía, que es imposible cambiar las cosas porque siempre hay alguien dispuesto a no cambiar... e inevitablemnte respondo que se trata de mirar al horizonte y seguir adelante, no engancharse una mirada general y superficial, nublada por tantas cosas que vamos acumulando que nos hacen perder perspectiva.
Es cierto, el mundo no es perfecto para los humanos que habitamos en él... a otras especies no les preocupa mucho el futuro, si tendrán ciertas comodidades o si podrán pagar la próxima mensualidad de la tarjeta de crédito... nosotros hemos construído nuestras propias trampas, y vivimos en ellas sin arriesgar un cambio.
Pero tampoco es sencillo... el cambio duele, las rupturas duelen, las ausencias nos desconciertan porque nos quitan algo de lo que creíamos constituía nuestra identidad... y sin embargo, seguimos, nos buscamos, nos reencontramos y compartimos.
Junio ha sido un mes demasiado cargado de actividades, lleno de encuentros y despedidas... de caminos que se bifurcan y otros que se cruzan... y la vida es eso: llegar, saludar, abrazarse, decirse hasta luego y seguirle, para adelante... pensando que incluso cuando está la noche más obscura la utopía nos proyectará alguna luz que le de sentido y dirección a nuestro caminar.




domingo, 29 de junio de 2014

Déficit de atención

Solo porque le prometí a mi hija que si asistía toda la semana a la escuela la llevaría a comprar una película... pero además tuve la ocurrencia de llevarla antes a desayunar, precisamente hoy domingo 29 de junio de 2014, día en que nuestro heroico Tri se jugó el pase a los cuartos de final contra Holanda, y se quedó en el camino.
Considerando la fecha y la expectativa con la que amanecimos en el país hoy por la mañana, me lancé al centro comercial con mayor variedad de tiendas a la redonda, incluído restaurante para desayunar... y la salida de casa a las 10:30 hrs. representó algo rarísimo... comenzando por un embotellamiento de tránsito en un lugar que por definición  es imposoble que ae encuentre atascado en domingo a esa hora... amén de que me topé con una bola de kamikazes, quienes al aprecer tenían necesidad de llegar urgentemente a algún lugar a las once en punto de la mañana.
Después de esto, llegó una calma aparente... si uno ha visto esas películas post-apocalípticas como "Soy leyenda" o tuvo el atrevimiento de salis a la calle en la cuaretena de la influenza, no podría evitar el recuerdo de estas escenas de desolación caminando por Plaza Satélite en domingo de quincena al medio día... unos cuantos clientes (casi todas mujeres, hay que decirlo) deambulando por ahí, obligados a distraer a los vendedores de su religiosa contemplación del partido; periférico vacío, estacionamientos vacíos, maridos que se enterarán que la derrota del Tri les salió más cara de lo que pensaron cuando reciban el estado de cuenta de la tarjeta  de crédito... etc.
Y mientras tanto una aventurándose con la hija quien se engenta con facilidad, en búsqueda de una película que aparentemente no está  en ciruculación para finalmente dar con ella hasta la cuarta búsqueda... y pensando... "si le pusiéramos la misma atención a otras cuestiones nacionales... tal vez, solo tal vez, otra sería la realidad de la que pretendemos escaparnos durante más de 90 minutos, y poniendo el orgullo nacional en un portero que por alguna extraña razón apareció a defender el honor de la patria disfrazado de Mickey Mouse"...
                    

sábado, 14 de junio de 2014

En espiral

Semanas intensas que convierten el paso del tiempo en un suspiro, y en particular esta semana ha sido transcurrir de encuentros, saludos y despedidas.
Comencé a trabajar en la Unidad Estado de México del Tecnológico de Monterrey en 1983; en ese entonces el director era el Dr. Jorge Ángel Díaz, el responsable de Asuntos Estudiantiles estaba a cago del Ing. Emilio Alvarado, la Dirección de Ingeniería, que dependía de la dirección de Profesional y Graduados, estaba a cargo del Ing. Juan López y el departamento de Deportes le correspondía al Ing. Juan Arvizu, a quien le quedaba muy bien ese puesto.
Con Juan Arvizu, en particular, me vinculaba el hecho de provenir de la misma escuela (aunque en ciclos diferentes), el Centro Escolar del Lago, formar parte de la Asociación de Scouts de México en grupos que se encontraban en la misma provincia (él era del 88 y yo del 186) y haber pasado por el programa de maestría en Educational Leadership impartida por la Universidad Internacional de Florida en el Campus.
Durante los 9 años que trabajé en el área administrativa del TEC-CEM, hubo muchas ocasiones para trabajar con los Juanes y con Emilio. Cuando Juan Arvizu pasó del departamento de Deportes a la Dirección de Planta Física, yo pasé al área de Desarrollo Académico, y las responsabilidades que me tocaron constantemente requerían el apoyo del área de Juan.
En particular, recuerdo la organización del Microcamp, en la que trabajé tres veranos consecutivos, donde en parte había que utilizar lo aprendido en el inacabado curso aquél de la Insignia de Madera, coordinarme con algunos muy eficientes geeks de la computación (no ofense...) y solicitar el apoyo de DAE para lo que eran los cursos de teatro, arte y deportes; pero lo que me puso en efecto a trabajar más de cerca con Juan fue el asunto del Rally... la primera vez pedí, la segunda él fue quien dijo "déjamelo a mí ... porque mi gente se divierte mucho preparando las actividades"... cierto... quien sabe cómo y quién sabe de donde... pero se las ingeniaban para armar una casa de los sustos en una especie de jacal que combinaba un gimnasio con un almacén deportivo en aquéllos heroicos tiempos del CEM.
En esa misma época, recuerdo sus advertencias... "voy a traer a mi hijo, Juan Fernando... a ver qué tal te va"... y al año siguiente "si Juan Fernando te pareció difícil, ahí viene José Pablo que es versión corregida y aumentada"... y se reía... siempre se reía, por más que escarbo en mi memoria, no recuerdo ocasión de haberlo visto serio.
Juan era de esas personas a quienes, después de encontrártelo, te dejaba con una sonrisa... si era un Scout, yo diría que destacaba en tres aspectos: "un scout cifra su honor en ser digno de confianza", "un scout es útil y ayuda a los demás sin pensar en recompensa", "un scout es amigo de todos y hermano de todo scout sin distinciones".
El lunes de esta semana me fui a despedir de Juan, y al hacerlo regresé a esos años - de 1983 a 1992 - y al encuentro de todos aquéllos con quienes hice equipo en este tiempo... arropado por los colores del 88, y el cariño de personas que venían de todos lados a decirle adiós... la espiral de la vida regresó a un punto desde donde se contempla, a distancia, a los mismos que ya no somos los de entonces, pero seguimos siendo.
El jueves, de la misma semana, la espiral me coloca en otro ángulo... y me encuentro con el periodo de 1992 al 2002, porque el trabajo me llevó de vuelta con mis amigos del Tec de Chiapas.
La vida es como la Vía Láctea ... una espiral que se expande...
El polvo estelar nos pone en contacto, y mi vida es lo que es porque tu vida la ha tocado.
¡Buena caza Juan Arvizu!


sábado, 10 de mayo de 2014

"Día de la madre: todo el día"

Así dice el recuadro de mi computadora con sistema "Windows 8", en el extremo inferior izquierdo de la pantalla.
Yo diría que el trabajito es de 24x7, durante 365, más el día extra del año bisiesto. Y que en estos tiempos de los métodos de planificación familiar, me metí por propia voluntad en él, sin mucha idea de lo que resultaría.
También diría que hoy, en medio de toda la parafernalia de flores, serenatas, comidas, embotellamientos (de todo tipo), crisis existenciales, problemas de conciencia y demás... tal vez habría que detenerse a pensar en algunos asuntos relacionados con los compromisos de la generación de padres y maestros (aprovecho la cercanía de la fecha) en relación con los hijos y alumnos.
Hace poco encontré una película en la televisión de paga, que nos desnuda muy bien como los padres que somos, en inglés se titula "Carnage" (sí, carnicería), en México le pusieron el neutral y repetitivo título de "¿Sabes quién viene?", y - según Wikipedia - en España la titularon "Un dios salvaje". La trama se parece mucho a la vida cotidiana... un chamaco le rompe la cara a otro chamaco en un pleito - de chamacos - en el parque. Los padres optan por tener un "civilizado" encuentro para hablar del asunto de los hijos - autoridades aparte (los niños en cuestión rondan los 11 años), y el resultado es una muy interesante trama en donde los adultos exhiben algo que a todos los padres debería ponernos a pensar... los hijos no son nuestras extensiones, ni quienes van a llevarnos a vivir de nuevo aquéllo que, mirando para atrás, hubiésemos querido vivir.
Hasta después de muchos años, hasta que nacieron mis hijos; hasta que viví la primera impotencia que uno tiene como padre... entendí aquéllo que escribió Gibrán Jali en "El Profeta":
"Vuestros hijos no son vuestros,
Son hijos del anhelo de la Vida.
Son concebidos a través de vosotros, más no de vosotros,
Y no obstante vivan con vosotros, no os pertenecen."
¿Qué nos corresponde ante una persona que está destinada a hacer su propia vida?
Equiparlo con las mejores herramientas y enseñarle a utilizarlas... y confiar en que sabrá como hacerlo.
Tal vez sea un rasgo muy humano, porque si no lo fuese, los psiquiatras y psicólogos no tendrían tanto trabajo, el querer extendernos a través de las personas que llegaron a la vida a través de nuestros cuerpos... o nos los topamos en el camino, y decidimos acogerlos en nuestros brazos; pero no somos dueños de ellos, no son nuestra representación, ni nuestra segunda oportunidad, son parte del misterio de la Vida que se cuela a través de nosotros, y del significado de la amorosa tarea de equiparlos para que sean lo que ellos mismos están llamados a ser.
Nos hace falta mucho por aprender de nostros mismos para soltar la idea que controlando a los demás o controlando los fenómenos que nos rodean encontraremos una vida plena... ejercer la tarea del adulto hacia el niño o el joven significa aprender a soltarlos.
"Sois el arco del cual vuestros hijos son disparados cual saetas vivientes."





(Esta foto la saqué de la edición de 1964 de "El Profeta", que me robé de la biblioteca de mi Tata hace más de 35 años, y de la que mi hijo se apropió el día que visitamos en el Museo Soumaya una exposición sobre Jalil Gibrán. Otro día hablo de la costumbre Rocha de robarse los libros... que es parte de las tradiciones familiares.)
Mientras tanto, a todas aquéllas y aquéllos a quienes se les "coló" el anhelo de la vida, o se tropezaron con él y lo abrazaron... incluso a los que han abrazado temporalmente a los hijos de otros, les mando un abrazo y todo mi cariño... ¡Besos! ¡Feliz día, todo el día! ¡Encuentros con la felicidad todos los días!

martes, 22 de abril de 2014

Fortune's fool

El chico tenía las mejores intenciones, todo se resolvería por el simple hecho de que estaba enamorado.
La rivalidad de su familia con la de su amada, se superaría, todos sería reconcilación y armonía... porque él y Julieta estaban enamorados.
Pero no funcionó, el primo de su amada mata a su mejor amigo, y el mata al primo de su amada... y ante ello, el lamento - central en la obra de Shakespeare -  "I'm fortune's fool"...
Si me preguntan por la escena que me dejó impactada de la película "Romeo + Julieta" de Baz Luhrmann es donde Leonardo Di Caprio, debajo de la lluvia, mira al cielo y grita "I am fortune's fool"... en la versión castellana, el grito de Romeo dice... "soy juguete del destino"... en realidad - pienso - debería decir "soy el tonto que confió en la fortuna" (muy largo en español) ... para más o menos darle el sentido de furia e impotencia de alguien que ve frustradas sus mejores intenciones, cuando no es la intención acompañada por la emoción personal, sino la voluntad de los otros lo que impide que el imaginario e inocente "felices para siempre" funcionará.
Tal vez sea esta la razón por la que Shakespeare apasiona, y por la que se tienen tantas dudas sobre si en efecto fué él quien escribió las obras, o algún autor anónimo, más ilustrado y más cercano a la fragilidad de la naturaleza humana quien fué el escritor "fantasma" que legó su gloria a William Shakespeare (la película "Anonimus" ilustra maravillosamente esta cuestión, por cierto).
Cosa curiosa, creo que esa es la frase central de la obra "Romeo y Julieta"... y ese fué el segundo oscar que el ingrato de Hollywood le ha negado a Leonardo Di Caprio (o quizá no bastan los personajes que ha interpretado... tal vez todavía no se tropieza con el personaje ¿incuestionable?)... en fin... es la frase central porque así vivimos... las buenas intenciones personales se tropiezan con la voluntad de los demás, y allí es imposible que las cosas funcionen como uno quisiera, funcionan como el otro responde, y a mi vez yo respondo... si no me doy cuenta y busco la mejor forma de responder en lugar de dejar que mis emociones fluyan, entonces no queda otra que gritarle al cielo mi impotencia... "I'm fortune's fool".
Pero, quizá después de gritar, uno despeje la mente y comience a buscar soluciones - inteligentes, por favor, uno no puede quedarse en el rollo calenturiento de aquéllos adolescentes que terminaron muertos porque pensaron que el verdadero amor solo lo podían encontrar más allá de la vida; allí, en realidad, no tendrían que vérselas con la fortuna.




viernes, 18 de abril de 2014

Buena memoria

"¿Buen escritor? No sé. Sé que mi hijo tiene muy buena memoria, porque todo esto que escribió se lo han contado"
Bueno, esta es la anécdota aquélla de la mamá de Gabriel García Márquez cuando la entrevistaron sobre sus impresiones respecto a su hijo, ganador en aquéllos tiempos del Nobel de Literatura.
Algo tenía que decir al respecto, y la realidad es que la huella de la memoria - mi memoria - en relación con García Márquez es amplia y comienza en el cuarto semestre - o tercero, no recuerdo - de la prepa, cuando en clase de literatura hispanoamericana la Miss Esther tuvo que dividir una buena cantidad de lecturas (como 5) entre los equipos del grupo, porque había que cumplir con el programa.
Al menos dos libros del Gabo nos tuvimos que leer en el grupo, a mi equipo le tocó "El coronel no tiene quien le escriba"... el otro título era más largo, se abrevia "El relato de un náufrago... etc.".
Nunca había leído a ese señor, pero sabía que era más o menos famoso por haber escrito "Cien años de soledad", el relato de "El coronel" era más corto.
Habrá que confesarse, yo cursé el bachillerato en la segunda mitad de la década de los 70 (por eso me encantaba "That 70's Show), el periódico que se compraba en casa era el Excélsior (de Scherer), las monjas del colegio venían de El Salvador y su confesor era jesuita... me bebí la teología de la liberación sin darme cuenta.
También me bebí, y eso sin que los benedictinos que eligieron el sistema CCH se dieran o no cuenta (no lo creo, venían de Minnesota) unas buenas clases de marxismo (venían en el programa).
¿Qué tiene que ver todo esto? bueno, si la experiencia y el cambio solo son posibles porque la memoria funciona, leer "El coronel..." me dejó impávida... ¿por la narrativa?... yo soy de las que leo y me embarco con el escritor... no opino de las figuras, las metáforas, el amplio y contundente dominio del lenguaje... me voy con la narrativa y la acompaño hasta el final, si lo que leo me gusta.
¿Qué tenía el coronel? abulia, decepción, esperanza inútil, un gallo, hambre, pobreza... eso era y sigue siendo América Latina... incapaz de hacer otra cosa que esperar la gracia del gobierno, el hombre representaba y representa a un continente que no termina por resolver sus problemas.
Así, más o menos, lo puse en ese trabajo, y así lo sigo pensando... ya después - en un verano - me tomé mi tiempo para explorar Macondo y conocer a los Buendía... para leer la "Increible y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada", encontrar al náufrago, conocer la noticia de un secuestro, reconocer que hay amores que son pacientes, sin límite y todo lo demás... vaya, hasta me inscribí en dos seminarios de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y conocí más historias y más escritores de los que he aprendido que lo que se llama "realismo mágico" es realidad, porque el Coronel, sigue esperando.

p.d. Le dije a quien preguntó en Facebook que una de las historias que más me impactó - a pesar del "Amor y otros demonios", de "El amor en los tiempos del cólera", de las "Memorias de mis putas tristes", es "Los funerales de la Mamá Grande"... porque para ser dueña y señora de los destinos de los demás, tienes que renunciar a ser dueña y señora del tuyo... triste, amarga y posiblemente real, la vida de Rosario... y tal vez un poco parecida a la mía.


sábado, 29 de marzo de 2014

La vida que te toca

Esta es la realidad, a menos de que uno padezca de esquizofrenia... solo puedes vivir la vida que te toca.
A veces, quisiera vivir en subjuntivo, si hubiera, si fuera, si pudiera... pero no hay, no soy, no puedo... a veces quisiéramos que la vida fuese distinta... que no tuviera a esa pequeña que me cuestiona tanto con su discapacidad, que en realidad es capacidad para otras cosas, con ese hijo que considero mi "misterio gozoso", con ese hoy negro que hace algo más que chuparme energía... me muerde, me duele, me pone enfrente mis limitaciones, mi impotencia, mis necesidades.
Pero sucedió ayer, apenas, entre el "quisiera que las cosas fueran distintas" y el cuestionamiento, surgió la respuesta... uno solo puede vivir la vida que le toca... y solo puede elegir sobre esa vida... acabo de leer algo que me movió... solo se puede apreciar el cambio desde la memoria.
Uno tiene que hacerse cargo de lo que le toca... y solo puede decidir en que convierte esa vida... como los bloques de mármol... ¿qué clase de escultura terminará representándote?
Lo que nos toca, con quien nos toca... y de allí... la tarea es hacer que valga la pena...

sábado, 15 de febrero de 2014

Arcoíris

La lluvia llega de manera abrupta a la mitad de una tarde que evoca a lo que alguna vez fue "la región más transparente", cielo azul, sin nubes, sol que comienza el descenso por el occidente.
La lluvia llega, y la presencia del sol convierte la tarde en una fiesta de luz descompuesta...
"Mira, el cielo te regala un arcoíris", la frase me la regalaron una tarde parecida a esta.
Hoy, la fiesta de la descomposición de la luz obsequia a quien se da el tiempo de hacer la pausa no uno, sino dos:


Atizapán, Estado de México, 12 de febrero de 2014, 17:30 hrs. (aprox).


Hay quien abraza un árbol al día para sentirlo... yo prefiero mirar al cielo cuando aquéllo que todavía no acabo de entender sobre la vida y la materia, me regala una tarde como esta, que no es otra cosa que darme la oportunidad disfrutar ese preciso momento.

martes, 11 de febrero de 2014

¿Cuál fue la pregunta?

La convivencia con los demás puede ser un arte o puede ser un infierno... la diferencia está en elegir si la vamos llevando así nada más, pensando únicamente en la manera en que los demás responden a mis intereses, o si pongo atención, reflexiono, busco respuestas, entro en diálogo, construyo...
Si opto por lo primero, enfoco mi energía al desgaste, pues asumo la actitud de que los otros debieran actuar conforme mis directivas, que me tienen que adivinar el pensamiento... y como esto no sucede, y menos conforme a mis expectativas o mis estándares (que suelen ser muy exigentes para con los demás), me enojo, me desgasto, me peleo, rompo - pero no suelto.
Si hago lo segundo... también hay inversión y gasto de energía, pero en el esfuerzo se ven los resultados. Ningún diálogo garantiza respuestas, cambios o resultados inmediatos... hay que ser pacientes, construir, indagar y esperar a que surja la mejor respuesta, pero primero hay que hacer una pregunta.
Sucedió hoy, llevo días.... semanas, peleándome conmigo misma y resollando de impaciencia porque mi hija me hace como quiere... me pliego a sus deseos en los espacios que el trabajo me lo permite... y ni ella ni yo ganamos nada.
No es sencillo, uno se acostumbra a ver a los hijos como los bebés que un día tuvo en los brazos; más aún, uno se acostumbra a pensar que su chiquito con discapacidad nunca va a madurar... pero no madura porque no lo dejas. De hecho, los padres de hoy vivimos tan obsesionados con nuestros hijos que nos sometemos a sus directivas, y les amarramos las alas - porque no queremos verlos enojados con nosotros, adoloridos, distantes... en mi caso, porque le tengo miedo a los berrinches de mi hija hasta que comprendí que es conmigo con quien se luce.
Hoy llegué a la conclusión que no puedo tenerle paciencia infinita para que ella termine lo que está haciendo, si de esto depende que lleguemos temprano a la escuela y al trabajo; tampoco puedo gritar, descontrolarme o insultar... ¿qué hago? Esa fue la pregunta que formulé hoy.
Con el paso de la mañana, llegó sola la respuesta... "hay que tratarla como lo que es": una persona capaz de modificar por sí misma su comportamiento, de crecer no porque la empujen, sino porque puede utilizar sus propios recursos; si la sigo viendo como mi niñita, yo sola le estaré cortando las alas.
Ya tengo la respuesta... habrá que mantener el propósito y perseverar en el asunto, después de todo, ya casi tiene 18 años.




miércoles, 5 de febrero de 2014

Soledades

"A mis soledades voy,
de mis soledades vengo,
porque para estar conmigo,
me bastan mis pensamientos"
Lope de Vega

Puede un@ estar rodeado de personas, pero la sensación de pronto surge desde dentro, muerde, abre espacio, comienza a sentirse en el centro de un@ mismo el agujero negro, que devora la materia, la pulveriza, desbarata la esencia... es la sensación de soledad... de incompletud; un@ vive rodeado de personas, pero la soledad viene de dentro.
Hay días así, temporadas así, que uno los vive con la sensación de vacío; y comienza a atiborrarse de cosas, de comida, de experiencias... nada te llena, y no te das cuenta que te estás devorando a tí mism@.
Hoy descubrí que hay aprendizajes esenciales, que no se enseñan en nigún lado porque nadie supone que debamos aprenderlos... no hay aprendizaje más duro o tarea más dura que vivir con un@ mism@, trabajar para superarse a un@ mism@, disciplinar la voluntad, contener el vacío y dejar surgir la esencia.
Pero actuamos en el sentido contrario, depositamos en otra figura lo que pensamos nos complementa, pensamos que ese otro nos descargará de lo que nos corresponde hacer... eligirá bien por un@, se hará cargo de vivir lo que nos corresponde... y esto es imposible, pero no lo entendemos.
Tal vez porque el 14 de febrero es inminente, y los anuncios de "el amor en los tiempos del internet" me tienen hasta la coronilla... pero yo no podría confiarle a las redes sociales, a la urgencia del cuerpo, o a la necesidad del alma lo que tengo que conseguir de mi misma, la energía para cerrar el agujero y vivir en paz conmigo.


Eros y Psique, Antonio Canova (1793)
Museo del Louvre

domingo, 26 de enero de 2014

Tenga para que se entretenga

Compré "El principio del placer" en la Comercial Mexicana, me costó $3790.00 de los de muy antes; sin duda, eran otros tiempos, los libros de la editorial Joaquín Mortiz se vendían tanto en librerías como en supermercados y podías conseguir ediciones interesantes junto con el jamón y el detergente, sin que tuviesen que hacer convenios con la librería Gandhi... aunque bien a bien, no me acuerdo en cuál Comercial Mexicana pude haber comprado el libro, y sé que lo hice porque todavía tiene la etiqueta.
De ese título en particular, me llamó la atención el cuento titulado "Tenga para que se entretenga", una historia de misterio, ambientada en ese rincón del Bosque de Chapultepec que mira hacia Constituyentes y Avenida Chapultepec, rumbos por los que me gustaba andar cuando me comisionaban para hacer algunos trabajos en mi servicio social... tiempo ha, particularmente por esa sensación de tocar el pasado, y dejar por ahí algo del presente.
También recuerdo que compré - en primera edición - "Las batallas en el desierto" en una Librería del Sótano  que ocupaba un galerón frente a la Alameda, después de que fue expulsada de las ruinas del Hotel del Prado, en el terremoto del '85. La historia de Carlitos y su imposible batalla contra los prejuicios reafirmaron mi convicción de que uno no tiene derecho a juzgar al otro basándose en sus prejuicios... actitud que hasta la fecha me puede hacer pasar por ingenua, aunque yo prefiero considerarme empática.
Soy adicta a la literatura, para mí la experiencia de leer pasa por dejarme arrebatar por la historia, seguirla, imaginar el personaje, calcular su dimensión humana; por un lado, me alegra no haber estudiado literatura, porque me hago bolas con el análisis, la mimesis, la gramática... para mi como se pusieron los ladrillos no es muy relevante, mientras el edificio tenga forma, tenga calidez, atraiga, te llegue al corazón, y después tal vez al cerebro... aunque no necesariamente.
... como José Emilio Pacheco, yo también daría la vida por diez lugares de mi patria...

"... cierta gente,
puertos, bosques de pino,
fortalezas,
una ciudad desecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas,
- y tres o cuatro ríos."

José Emilio Pacheco, Alta traición.



sábado, 11 de enero de 2014

"Y a mí me traen mis juguetitos...

... los Reyes Magos"
Así declaraba aquélla un tal Pánfilo en aquella pieza cómico-musical- navideña que imitaba en español la grabación alusiva a la fecha por parte de "Alvin and the Chipmunks" en remotos años 70, cuando todavía se escuchaba mucho más que ahora la radio.
Mi abuelo materno (quien representa el lado capitalista de mi origen familiar) era un devoto mexicanista, lejano en cierta forma a aquella influencia de la época de Miguel Alemán que pretendió hacer de la clase media mexicana una imitación del bienestar gringo... en otras palabras, mi abuelo - por origen, no por lana - provenía de la burguesía porfiriana, venida a menos con la Revolución.
Muchas cosas formaron mi visión del mundo, pero recuerdo que entre la floreciente clase media del "milagro mexicano" hasta me sentía la excepción... mi abuelo me llevaba todos los años al altar de muertos para Diego Rivera en el Anahuacalli, conocí a Frida Kahlo antes que Madonna o Salma, e incluso en café "La Blanca" antes de que López Obrador decidiera pedir el desayuno todos los días en este establecimiento.
No abundo, mi madre nació en la Merced, que entonces era un barrio de clase media, y la Navidad no tenía como protagonista al gordo vestido de rojo, sino al Niño Jesús, al que arrullábamos todos los años en casa de mi Tía Toña, en una extraña peregrinación que organizábamos el mero 24 de diciembre para visitar a tíos abuelos que no veíamos en todo el año.
El 25 de diciembre, sin falta, el Niño Jesús nos traía ropa... ¡a los seis!... la explicación era concreta... un niño que nació sin nada, le traía calidez (para eso es la ropa) a los demás... y teníamos que esperar (oh tragedia en comparación con el resto de los compañeros de la escuela que sí se surtían con "Santaclós") al 6 de enero para que llegaran los Reyes.
Mucho tiempo estuve convencida de que los Reyes en efecto llegaban a mi casa... ¿de qué otra forma se puede explicar las toneladas (bueno exagero) de cosas que aparecían la mañana del 6 de enero en la sala de la casa si había que surtirle a seis hermanos y a veces les traían lo mismo? Una bici para cada quien, la misma muñeca para mí y para mi hermana, n cosas... lo que descubrí después es que mi mamá se pasaba todo el año ahorrando y pagaba a plazos los juguetes que escogíamos...
Por eso, no puedo dejar a mis niños sin Reyes... y los regalos de Navidad - solo en una ocasión - los trajo Santaclós... además, sigo convencida, los Reyes existen... porque ¿de qué otra manera puedo explicar el asunto de cuando trajeron a Godzilla?
Tenía el hijo cuatro o cinco años... las malas influencias de los dos adultos que lo trajimos al mundo ya le habíamos mostrado - a través del Disney Channel gringo - quien era Godzilla (el chamaco gozó con las tres películas clásicas del cine japonés, aunque no les entendía nada)... y claro... como los Reyes son Magos - o algo así - va la pregunta... "¿qué quieres que te traigan?"... y el chamaco declara "a Godzilla"...
(Favor de no opinar sobre la sacralidad de la fiesta y los monstruos japoneses)... y allí va la mamá... con toda la intención de hacer realidad el pedido... pero la película de Godzilla (1998) tardó año y medio en estrenarse y claro que no había monigotes alusivos... ¿cómo podrían los Reyes cumplirle al niño?
Para no hacer el cuento largo, me encontré a Godzilla en las tienditas de ¿artesanías? del malecón de Veracruz... un mono de plástico - made in China - con la figura de Godzilla... me costó nada... duró una eternidad y no destruyó ninguna ciudad, porque las edificaciones de mi hijo en aquél entonces eran absolutamente imaginarias.
Ese 6 de enero, los Reyes dejaron a Godzilla al lado del Nacimiento, y yo sigo creyendo que existen.




lunes, 6 de enero de 2014

Vivir 100 años

El 3 de enero, el santoral católico marca "Santa Genoveva".
Genoveva fué una joven francesa que vivió a inicios de la Edad Media en la ciudad de Paris, cuando Paris solo era una aldea situada en una isla a la mitad del río Sena; desde allí, como predecesora de Juana de Arco, Genoveva organizó la defensa de la ciudad ante sus invasores... como podrán darse cuenta, a los franceses les gusta gestionar la elevación a los altares de mujeres aguerridas, emprendedoras, echadas para adelantes y que no dudan en ponerse a hacer lo que otros por alguna razón no hacen.
Esta historia la saqué del "Tesoro de la Juventud" que mi abuelo le compró a mi madre y a mis tíos... es decir, una edición antiquísima. Pero la anécdota solo es el pretexto para señalar la fecha y pensar en el carácter de alguien que ha sido muy importante para mi... mi Nane, la mamá de mi mamá.
Aguerrida, echada para adelante, autosuficiente... si bien la historia de Nane no es la historia típica de una niña feliz y protegida, es la historia de una mujer que - como lo dijo uno de mis tíos el pasado viernes - ha tenido en el dar y el darse su vocación de vida.
De Nane aprendí autosuficiencia, creatividad y resolución... aunque a veces se vea como una ancianita frágil y con una gran necesidad de llenar el hueco de cariño que le dejó la ausencia temprana de su madre y una historia familiar complicada; emprendedora hasta que la vida le puso el freno, capaz de reconstruirse una y otra vez, inagotable, y capaz de llegar a los 100 años... defendiendo una idea que para mi es una declaración de vida: no permitas que alguien se interponga entre tu esfuerzo y lograr lo que sueñas.
Esa es Nane, madre de 4 hijos, abuela de 14 nietos y bisabuela de 22 bisnietos... gestora y apoyo del éxito de muchos ahijados y sobrinos... señora con la casa abierta para recibir a  todos, y con un plato siempre de más en la mesa... esa es mi Nane... y tiene mucho más de 100 años porque - como diría Mariana, mi sobrina, de ella venimos muchos quienes de alguna forma cultivamos y reproducimos lo que nos ha sembrado.
Gracias es una palabra muy corta para expresar todo lo que nos ha dado.




miércoles, 1 de enero de 2014

¿Qué hacer con un "mal rollo"?

Para Paty C.

Un extraño mes de diciembre, que pasó más rápido que el tiempo en que me resolví a escribir algo, así es la vida, a veces hay que hacer pausas en algunas actividades para concentrarse en otras, y finalmente encontrar la manera de sincronizarlo todo.
El tema de los malos rollos no es privativo de Navidad o Año Nuevo, pero algo tienen estas temporadas - además del clima - que ponen en estado de emergencia hasta al "Club de Optimismo", dado que abren sesiones de emergencia para situaciones extraordinarias.
Si bien las cosas no están para verse con una perspectiva de optimismo falso (no todo lo que sucede tiene "un lado bueno"), si conviene estar alertas y conscientes, darnos cuenta que en ocasiones hay que hacer el esfuerzo para ponerse en orden y seguir, porque hay situaciones que no resuelve el paso del tiempo.
Mi amiga Paty me puso a pensar en ello, y perdón por el experimento gráfico y usando la tablet, pero creo que me permite explicar de manera concreta lo que pienso al respecto:








El valor de cada día, lo determinan tu conciencia y esfuerzo.

¡Que tengas un gran año! con todo mi cariño.

Luz