miércoles, 8 de octubre de 2014

Memorial


Un día, llegó la mujer a la plaza exigiendo saber sobre el destino de su hijo... y pocos hicieron eco a su indignación, menos interpretamos los presagios.
Primero fueron los cuerpos de las mujeres en el Campo Algodonero,
los huesos en el desierto sin nombre, sin rostro...
Al mismo tiempo, los sexoservidores en las esquinas de Tuxtla,
Después, los muertos de Acteal y aquéllos a quienes llevaron presos en el intento de mostrar que habría una justicia, que no llega.
Luego, los jóvenes en el tumulto del antro,
el otro grupo que fue arrancado del "after" y se diluyó en las sombras
Los 72 de San Fernando,
Los 49 niños del ABC,
Los 16 de Salvarcar,
Los 2 del Tec,
El hijo del empresario, el del poeta, la hijas que no regresaron a casa,
El profesor ejecutado en el microbús, muerte sin respuesta,
Marisela, caída frente a los símbolos del "legítimo poder del Estado",
El otro profesor encarcelado diez años por algo que no hizo, y groseramente indultado sin culpa,
Las mujeres presas por "secuestrar" policías,
El líder de la comunidad que se negó a pagar un chantaje e hizo pública su postura, levantado y asesinado por exigir que el Estado cumpliera con su responsabilidad,
El ranchero que entregó hasta el último suspiro en la resistencia,
Los periodistas, que ejercen el oficio de mayor riesgo en este país.
La innumerables víctimas de discriminación, muriendo o dando a luz frente a las instalaciones médicas, sin el menor reconocimiento a su dignidad,
Los niños de nadie, expulsados de su entorno que terminan muriendo en la calle, sin nombre, sin historia, sin nada,
Los niños de alguien, maltratados, ninguneados, minimizados,
Hoy, 22 en Tlatlaya y, ¿cuántos más en Iguala?
Nos hace falta sentir vergüenza, porque todos ellos son responsabilidad de un "nosotros", que nos hacemos llamar "ciudadanos",
Nos hace falta sentir indignación, porque la libertad de todos y cada uno se convierte en una restricción en la medida en que nos muestran que no podemos elegir un destino común que represente bienestar para todos,
Por eso, no podemos dejarlos al olvido, hay que hacerlos presentes
Llenar la plaza con sus fotografías, mirando fijamente a los símbolos del poder, para interpelarlos en silencio, para rebasar el límite de su indiferencia y su cinismo,
La memoria es nuestra obligación ... recordarlos todos y cada uno de los días que faltan, para que
como lo dijo otra Rosario en ese 68,
La Justicia termine finalmente sentándose entre nosotros...


8 de octubre de 2014

Sabemos que la indignación y la esperanza que traen la reparación finalmente llegan, 
aquélla abuela esperó 37 años para abrazar a su nieto...