lunes, 31 de diciembre de 2012

La generosa Vida

Haciendo un recuento del año, miro hacia atrás y me llama la atención la extraña generosidad de la Vida.
Un día llega un correo invitándome a participar en mi programa favorito del Canal Once, con mi conductora favorita en ese programa... ¿Cómo sucedió? por coincidencia, la productora leyó lo que escribo y me invitó.
Otro día, hace mucho tiempo ya, recuerdo haber pedido que otras personas me buscaran y me invitaran a participar en mis proyectos como resultado de que valoraban mi trabajo, y resulta que ha sucedido no una, sino infinidad de veces.
En ocasiones he sentido que nada me puede rescatar de lo irremediable del dolor... y sucede que jamás me ha faltado alguien que llegue con las palabras precisas para que pueda comenzar a ver las cosas desde otra perspectiva.
La vida es generosa, porque nunca me han faltado amigos... y precisamente por ello nada es irremediable, nada es imposible.
Agardezco tu presencia, que me convierte en una mejor versión de lo que puedo ser, y deseo que este año la Vida siga siendo generosa con nosotros, llenándonos de retos y oportunidades.
Luz.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ver, mirar, observar

Hay tres verbos en español para recrear en el lenguaje el sentido de la vista, pero no tienen el mismo significado.
- Ver implica percibir con la vista, y la percepción es un proceso que nos permite gracias al modo en que la luz se refleja en los objetos y las características físicas del ojo, darnos cuenta de aquéllo que nos rodea.
- Mirar, según el diccionario de la RAE, en una primera acepción tiene que ver con "dirigir la vista hacia un objeto", es decir, enfocar algo en particular.
- Observar, nos dice el diccionario, es - en primera instacia - examinar atentamente; esto signfica, que para observar tenemos que ver y mirar... y la idea de prestar atención, estaría relacionada con las asociaciones que podemos hacer sobre aquéllo a donde dirigimos la vista, y sobre lo que nos formamos un juicio, que está sustentado en parte sobre lo que miramos, y en otra, sobre nuestra experiencia previa.
Vivimos formulando juicios, porque vivimos percibiendo y reaccionando ante lo que el mundo nos muestra, el problema es que muchas veces solo hacemos juicios sobre lo que vemos, no sobre lo que miramos, y mucho menos lo que observamos, y por ello, representan una perspectiva acotada de la realidad.
La observación - no la vista o la mirada - es el primer paso del método científico, la forma de aproximarnos a la realidad. El problema es que estamos educados reducir la interpretación de lo que observamos a relaciones causa-efecto, sin indagar más, sin reconocer ni ser sensibles ante otros elementos de la realidad que pueden ser imprescindibles para interpretar el mundo, para llevarnos a entender o formular una posición respecto a lo que nos rodea y - más aún - para crecer en el conocimiento sobre lo que somos y sobre lo que es la realidad - y así tomar mejores decisiones.
A veces, ante una realidad que se torna difícil y complicada, algunos pueden despotricar... yo prefiero a quienes primero observan y guardan silencio... para después simplemente formular una o dos preguntas... escuchar las respuestas y continuar preguntando, hasta que llegan a una conclusión.
Y esta actividad no está excenta de entablar un diálogo con uno mismo.
La persona que actúa, observa, y la observación no solo representa el contemplar la realidad, sino vincular esta realidad con un diálogo interno... en el que se buscan respuestas, no exabruptos. Las respuestas posiblemente se acerquen más a generar soluciones de impacto y transformación positiva ante la realidad, que los exabruptos, que suelen generar más platos rotos que posibilidades de construir.
El cambio parte de lo que observamos y después juzgamos. Observar es una actividad que involucra lo consciente, por eso, el mejor observador es aquél que puede hacer distinciones para construir nuevas realidades.


(Estoy tomando ideas y utilizando palabras que forman parte de la propuesta de Rafael Echeverría sobre la Ontología del Lenguaje y el Coaching Ontológico)

lunes, 17 de diciembre de 2012

La fuerza indescifrable de lo femenino

Mi abuela - la madre de mi padre - fue una mujer de excepción... ella y su hermana trabajaron desde jóvenes para que sus cuatro hermanos obtuvieran una carrera profesional en universidades públicas, que en la época en que mis tíos abuelos asistieron - al Poli y a la UNAM - si costaban.
Mi abuela, además, vivió con un abuelo que siempre estuvo persiguiendo su historia a través de la acción política, y que por ello convivió con su familia de manera intermitente, y a pesar de que en ocasiones no aportaba mucho al capital financiero de la familia, siempre - hasta donde yo recuerdo - fué tratado con respeto y sin reproches por algo que hubiera dejado de hacer en el pasado, un pasado precario en lo que respecta a ciertos momentos de la historia familiar.
Las dificultades iniciales en la vida de mis abuelos, no impidieron que mi abuela se ocupara de trabajar, formar un patrimonio y enviar a sus hijos a la universidad; además se dió el lujo de vivir hasta los 100 años.
La universidad de mi abuela fué el sentido común, y lo profesionalizó; trabajó y se jubiló del Seguro Social sin tener una carrera, pero con un férreo control de abastecimientos en el área de la cocina. Tuvo - entre muchas cualidades - una que considero forma parte de mi herencia moral: su capacidad de aceptar a los demás como son, no como pensaba que deberían ser.
¿Por qué se me viene a la memoria?
No es lo navideño ni la nostalgia, es reconocer en otras mujeres rasgos del carácter que le permitió a hijos (propios y asimilados) y nietos de mi abuela tener los cimientos para forjarse una vida buena, en  el sentido que lo propone la ética.
Esa fuerza que a una la va sacando adelante es el compromiso que se asume al vivir "con y para otros" (como lo dice Paul Ricoeur), y lo traigo a colación porque en la historia de mi abuela, esos "otros" que fueron primero sus hermanos, después su marido, después sus hijos, después los hijos de otras mujeres, y así sucesivamente, son quienes contribuyeron a que ella consolidara una historia... que no es de grandes viajes ni heroicas hazañas, sino la historia que se constituye de ir avanzando en lo cotidiano sin desgastarse por los reproches hacia quien - en cierto momento - la pudo haber abandonado a su suerte y ocupándose de lo importante, lo que permite afianzar el futuro.
Así, con esa fuerza de mi abuela, veo a muchas mujeres a mi alrededor, y me resulta irresistible no responder a su esfuerzo. Son mujeres quienes de pronto parecen abandonadas a su suerte y  posiblemente porque se encuentran en el vértice del caos - quien sabe por cuáles medios o a través de que milagro - comienzan a reconstruir su circunstancia, la transforman - no tan rápido como quisieran, pero lo consiguen.
Ayer una compañera de trabajo, hoy la mamá de uno de los compañeros de escuela de mi hija... todos los días me topo con una historia que inicia con una ruptura - o un quiebre - que tambalea seguridades y certezas... y que obliga a reconstruir y a seguir porque no puedes quedarte simplemente lamentando tu situación.
Tal vez la fuerza para comenzar a reconstruirse está en esas historias que compartimos en las que abrazamos, lloramos, y buscamos consolar, porque nunca eres ajena del todo a la problemática que te comparten. O puede surgir de ese dinero que algunas no podemos ahorrar porque terminamos comprando la crema, la bufanda, la comida, movidas por la solidaridad y respeto que nos merece el esfuerzo del que somos testigos.
Cada vez que la vida me pone frente a una amiga en una circunstancia difícil, lo que alcanzo a ver es una mujer que se las está ingeniando para asegurar que los hijos tienen lo básico para ir saliendo adelante, y en las luchas personales esto significa muchas cosas, porque dependiendo de cada historia puede uno darse cuenta que buscan desde asegurar techo y la comida para los hijos, atienden y apoyan el desarrollo de sus capacidades y autosuficiencia - insistiendo que aún en las condiciones más precarias asistan a la escuela - o se esfuerzan por permancer con ellos hasta donde les de la vida, porque necesitan de ellas; aquéllas que le han dado batalla al cáncer porque saben que tienen que estar allí para sus hijos, porque la condición de vida del hijo se lo demanda, o simplemente porque les hicieron una promesa que están dispuestas a cumplirles.
Vivir con y para otros...  no es una fuerza indescifrable, es un esfuerzo fincado en el cuidado de los demás.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Claridad

Para Genoveva, que hoy está -siento- igual que yo

Leo la entrada de mi amiga en el Facebook, y no puedo evitar el compartir el juego de luces y sombras con el que retrata su estado actual... y me es inevitable buscar la forma de disiparlas; busco y lo hago a través de las metáforas que se me vienen a la mente...
La primera opción que encuentro es que la luz se genera de la risa, así lo afirma Peter Pan, las hadas - pequeños seres de luz- nacen cuando estalla la risa de un bebé, y se extinguen cuando se pierde la convicción de que la esperanza existe, cuando alguien afirma en voz alta que no cree en las hadas.
La segunda opción me la ha dado mi ipad... escogió al azar un par de canciones... "Luz" con Eugenia León, que más que canción es plegaria, útil para cuando uno decide poner su malestar en manos de la vida, el universo o en lo que se crea, pero insificiente para convocar a la risa y a las hadas....
Pero en mi lista hay otra, que también es una desesperada convocatoria a la claridad... producida y editada para ponerse de buenas....
Si a estas alturas de la vida, bajar de YouTube el video de Menudo en el cursilísimo performance de la canción "Claridad" de Umberto Tozzi no te pone a reir... es que habrá que esperar al siguiente amanecer para ponerte de buenas... porque mi amiga, es cierto... la luz siempre regresa.

"tu risa me hace libre, me pone alas" Miguel Hernández


viernes, 14 de diciembre de 2012

Santa Teresa de Jesús, nada te turbe, nada te espante

Hoy por alguna razón se me vino a la memoria este poema, nada más apropiado para abrazar a quienes, entre festejos y abrazos, Participan del desconcierto y el desasosiego.


Santa Teresa de Jesús, nada te turbe, nada te espante

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El "prietito" en el arroz

Hay muchas formas de valorar lo que sucede en la vida, algunas personas tienden a destacar lo positivo, y consideran que lo que se gana es un aliciente para seguir adelante.
Desafortunadamente para mí, no es el caso.
Yo soy de las que sobre-dimensiona el "prietito en el arroz", y lo peor de todo es que siempre me lo encuentro... hasta en la comida...
¿A quién le toca la piedar en los frijoles? ¿el gusano en la manzana? a mí.
Pero estas son nimiedades... cuando se trata de calificaciones (o evaluaciones), me pesa por días, por no decir meses o el resto de la vida, que haya uno que me juzgue incompetente; por ejemplo, en las opiniones y evaluaciones que formulan los estudiantes sobre mi trabajo.
Una mala opinión, es para mi el presagio de una catástrofe, no importa si tengo una mayoría que me lleva a obtener un buen promedio... "soy chafa si no soy perfecta". Un 89 final en una materia de doctorado, un 1.9 de evaluación en promedio de parte de un grupo (no importa que la evaluación general sea 1.45, y que el mejor promedio sea 1, no importa si de 40 opiniones 38 son positivas, alguien dijo que perdió su tiempo en la materia), toda esta información son pretextos para una depresión que me lleve a colgarme una piedra en el cuello y tirarme desde algún acantilado... no sirvo, soy fatal, soy pésima.
Ignoro si esta actitud es la que me ha movido a buscar mejores horizontes, después de que pasa el efecto del golpe; lo que me lleva a rescatarme o entercarme en algo, o lo que me lleva a prometerme que no volverá a pasar.... lo que más me cuesta no es esto, es darle la espalda y dejar ir al "prietito"...
Tal vez no debería cargar con mis errores... ponerme la letra escarlata en la ropa para que todos sepan que los tengo... pero tal vez sea la programación culposa con la que he vivido que no termina por abandonarme la que me dice que "hacerse cargo" significa "cargar con ellos"... y no necesariamente cambiar el enfoque.
Soy partidaria de aprender de los errores... sin embargo, en lo personal me cuesta mucho trabajo porque mi primera reacción es dimensionar a todos de la misma manera, y hay errores de los que debe uno aprender, y otros hay que dejarlos ir.
Y la primera lección, es precisamente, aprender a distinguirlos... hoy... el "prietito en el arroz" tiene el tamaño de un balón de fútbol americano,  pesa como 25 kilos y lo traigo como grillete.


sábado, 1 de diciembre de 2012

Ganar, perdiendo

La palabra "virtud" se antoja fuera de moda, tiene matices religiosos y cara de imposición.
Nada más ajeno a la intención de sus inventores, losgriegos.
Para los griegos la vida humana era una constante batalla contra sí mismo, entre las pasiones que nos dominan y aquéllo que nos construye como personas únicas, quienes vamos forjando el transcurrir de la vida a través de algo que se elige y se cultiva: el carácter.
El êthos del hombre es su daimon... afirmó Heráclito: el carácter del hombre es su destino.
No se nace con un carácter, se forja... y si bien nuestros primeros educadores contribuyen en gran medida a forjarlo, al final del camino es la propia conciencia la que nos permite cultivar lo que realmente somos.
La virtud no está en hacer algo perfecto, sino en el esfuerzo por hacerlo cada vez que la vida nos lo pide; la excelencia no es una meta, es una forma de vida consciente y que se refleja en la complejidad de lo que cada quien es.
Muchos nos dejamos llevar, en un momento o en otro, por la hubrys, la suficiencia, la arrogancia... la idea de que hemos llegado a la excelencia... y que no necesitamos más.
La hubrys se opone a la virtud, porque representa la pérdida de enfoque sobre lo que es el bien, el propósito de lo que hacemos; los peores errores - sobre todo aquéllos que terminan por afectar nuestra reputación - provienen de esa pérdida de la conciencia de que a la vida se le responde a cada momento, y que la virtud es una elección consciente.
Hoy, nos ganó Monterrey... pero ganaron mal, y no digo que hicieran trampa, simplemente se aprovecharon de la ventaja y el reglamento para frenar el juego... ganaron, sí, pero perdieron porque le perdieron el respeto a sus rivales y manipularon las circunstancias
Algunos podrán decir que estaban en su derecho, yo digo que utilizar las reglas pensando en mantener el marcador es corromper el sentido del juego... porque solo estaban pensando en mantener el numerito, su ventaja... no en el público, no en el juego... no.
¿Cuántas veces en cuántos momentos de la vida observamos este mismo comportamiento en los negocios, en los juzgados, en las relaciones interpersonales?
Todos los días... y nos quejamos; también nos quejamos de la falta de respeto, y del abuso... pero sucede que hemos dejado de pensar que el otro también cuenta, y que solo importa que se satisfagan nuestras necesidades.
Tengo que decirlo, me dio más pena el comportamiento de los borregos del Campus Monterrey, que la reacción de la tribuna del CEM, porque esos dos minutos de arrogancia echaron a perder una ventaja bien ganada... le faltaron el respeto a sus rivales, y no les importó...
Ganaron, pero perdieron... y lo peor... mostraron su carácter y lo echaron todo a perder.

A mis borregos... los del CEM, a quienes tengo el privilegio de encontrar en clases... ¡bien jugado chavos! hay quien piensa que "ganar es todo", yo pienso que ganar con virtud es lo único que muestra la excelencia.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Jurassic Park

La libertad de expresión es un derecho y una obligación ciudadana.

Mientras escuchaba los nombres en la transmisión por la radio, mi memoria me llevó a la escena de la película donde los vehículos se quedan varados a mitad del recorrido, y de la charla despreocupada de los visitantes al "Jurassic Park" se pasa a la preocupación, al observar un vaso con café, colocado en el tablero del auto.
La cámara se concentra en las ondas concéntricas que se forman por la vibración del piso... Aquí no cabe duda, Spielberg es un maestro para generar suspenso desde lo cotidiano... ¿de qué otra forma pueden los espectadores intuir que viene una escena de acción que los tendrá con los ojos en la pantalla los próximos minutos: silencio, vibraciones, pasos...
¡Viene el tiranosaurio!

El locutor en la radio lee un nombre... el vaso con café en mi cabeza lanza ondas concéntricas, ¡Bum! resuena, primero desde la distancia... Lee otro nombre... más ondas en el vaso, silencio entre los visitantes... ¡Bum!... más fuerte...
 Y de pronto, allí está, el animal asomándose al interior de uno de los carros...
En la película, lo que sigue es una escena de acción que - cuando la ví en video - la tuve que parar por la angustia que me generó cuando se volteó hacia el vehículo donde se encontraban los niños... después de la risa nerviosa que le ataca a uno cuando el dino en cuestión se almuerza al asesor financiero que está sentado en la taza del baño... (es metáfora, las interpretaciones sobre los contadores y los dinosaurios son responsabilidad de la imaginación de cada quien).

Pero lo que sigue en la vida real... mi vaso mental de café y los pasos que escucho acompañados de los nombres del "nuevo" (perdón, es mejor decir "recién nombrado") gabinete legal... me remiten a la película y me generan angustia...

En el libro de Crichton, y en la película, los dinosaurios son clonados... en el México de hoy, solo hay uno clonado, los demás son supervivientes... En la película bien se ve que el dinosaurio clonado responde totalmente a su naturaleza...Aquí, el clonado convocó a sus congéneres y pienso ¿Tendremos que convivir con un tiranosaurio los próximos 6 años?

Mientras... les anticipo una imagen de la toma de protesta y la colocación de la banda presidencial... Ahora Steven Spielberg imagina escenas que se convierten en metáforas de la realidad mexicana; solo espero que el país no termine como la escenografía de la película.

Que la inteligencia y la solidaridad ciudadanas nos conviertan en la sociedad justa a la que aspiramos... no se la podemos dejar a los dino-políticos.



jueves, 22 de noviembre de 2012

Mirar con el corazón

Para Almis, por su cumpleaños

"Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer".
Así narra el Aviador de la historia de Antoine de Saint-Exupéry su encuentro con el Principito, quien ha aparecido de la nada y le pide que le pinte un cordero.
"El Otro es un misterio" afirmó recientemente en una conferencia Kitimbwa Blukangakie, quien tiene oficio de humanista - en toda la extensión de la palabra.
Ante el Otro, no queda más remedio que impresionarse y obedecer... ¿impresionarse de qué y obedecer por qué?
La presencia de Otro (otro uno, dicen bien en Chiapas), siempre es necesaria para reconocernos a nosotros mismos,  para valorar el impacto de nuestras acciones o decisiones... para construirnos como lo que somos, y ser presencia para que otro también se vaya construyendo.
Se trata de un esfuerzo de conciencia, conciencia de sí, conciencia del Otro... y de una elección de vida ¿qué voy a hacer? ¿cómo respondo ante mí y ante el otro?
A veces quien tenemos delante nos interpela, pero no puede decirnos lo que necesita... en ocasiones no encuentra la manera de hacerlo y cuesta mucho encontrar en uno mismo las respuestas sobre cómo actuar y qué hacer al respecto.
Es entonces que hay que mirar en dos direcciones, y no utilizando los ojos... sino el corazón...
"solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos", le dijo el zorro al Principito... como una frase en un texto para niños, uno puede pensar "que bonito", como una opción de comunicación, es tremendamente difícil... porque ¿qué sucede cuando ese misterio que tienes delante en la figura de tu hij@ está más motivado por sus hormonas que por la razón? ¿cuándo no te puede decir exactamente dónde está el origen de lo que le duele, porque no encuentra palabras para identificarlo?
No puedes adivinar por él, no puedes preguntar, no puedes mirarlo con impotencia... y no puedes revertir esto contra tí...
Debes mirar con el corazón, que en muchas ocasiones hemos dejado en la penumbra... y entender que - de corazón a corazón, de emoción a emoción, tampoco es tan fácil comunicarse... ni tampoco, puede ser, tan sencillo encontrar respuestas... las respuestas se van haciendo, se van dando, en la medida en que te abres a la experiencia y persistes orientado por el misterio que tienes delante.
"Es imposible desobedecer", pero en la experiencia humana, tan acumuladora de juicios, prejuicios y egoísmos, también es difícil distinguir la voz a la que hay que prestar obediencia.Duele, desgasta... pero forja.
Resulta el único modo de comunicarse, de corazón a corazón.


sábado, 17 de noviembre de 2012

Chanel No.5

Todo fué ver esa imagen de Brad Pitt en blanco y negro, haciendo los ojitos, como esos ojitos que a más de una (incluída la presente) le hacen que le den ganas de gritar "siiiiii.... lo que quieeeeeeraaaaas papacitoooooo"...

Luego el discurso... que a mi me puso a pensar ... "La Angelina esa, ¿que le dará?... porque a mi me encantaría tener alguien que se expresara tan públicamente así sobre mí"...

El comercial termina, y uno se entera que Mr. Pitt está en un comercial que durante muchos años fué exclusivo de divas del cine, como Catherine Deneuve o Nicole Kidman, o anéctoda de la leyenda más sexy del cine: "Para dormir me pongo unas gotitas de Chanel No.5"... (supongo Marylin no tuvo que gastar una vez más en su vida para comprarse un frasco del dichoso perfume, porque seguramente más de uno - a quien no le alcanzaba para los diamantes - tuvo el gusto de regalárselo).

¿Vale la pena el perfume como para que pasemos de las historias cinematográficas y los discursos femeninos a un comercial en blanco y negro, con la mejor carita de Brad Pitt, declarando "a donde vaya, allí estás, mi suerte, mi fe, mi fortuna... Chanel No.5, inevitable"?

Inevitable que una le de un zape al sujeto que tiene al lado, y el pobre sin saber porque termine regañado porque nunca se le ha ocurrido comprarle de regalo a la dueña de su corazón un frasco de Chanel No.5, auténtico.

Y es que, el perfume que ya cuenta con 80 años y que por ahí algunos quisieran prohibirlo por contener sustancias que pueden causar alergias, es efectivamente no solo una leyenda, contiene una huella difícil de borrar de la memoria.

Antes, cuando el mundo no era tan global, había que salir del país y pasar por el "Duty Free" para que el señor le comprara un Chanel No.5 a la señora, quien la guardaba para usarla únicamente en ocasiones especiales... eso hizo mi padre, un par de veces en los 51 años que lleva casado con mi madre, y puedo apostar que mi madre se terminó el perfume, pero guarda los frascos ...

Lo que yo recuerdo es el aroma del perfume... cuando uno produce un perfume que se convierte en película, en libro, en comercial en blanco y negro con Brad Pitt, pero sobre todo en una huella en la memoria, es que algo tiene... hay que leer un poco o un mucho de la biografía de Mlle. Chanel para averiguarlo.

Pero ante todo, señores, hay que aprender que ese perfume en particular no es para que una se lo compre (por muy bien fondeada que esté en la vida); el Chanel No.5, es para que usted vaya a la tienda, invierta en el perfume e inicie el proceso de seducción... porque así como difícilmente puede resistirse una a una carita como la de Brad, a una declaración que le dice que una es "su suerte, su fe y su fortuna"... se necesita estar muy enojada, o ser una ultra-mega-archiquerecontra cabrona - para dejar a un lado la maravillosa ceremonia del encuentro entre dos que promete el perfune ... así que, ¿qué rayos está esperando?... a las que tenemos arriba de treinta no nos interesa el perfume de Lady Gaga, ni la foto de tantos hombrecillos trepándosele a la "diva"...

(Y como algunos no perdonan... luego luego tenemos más de una versión del comercial que le puede servir de consuelo si ya se decidió a invertirle al perfumito, se la comparto).

viernes, 2 de noviembre de 2012

Altar de Muertos

Recuerdo en una ocasión haber colaborado con un estudio sobre las celebraciones del Día de Muertos en México, sobre la tradición del altar y tengo presente que afirmé que la tradición comenzó a tener sentido solo cuando comencé a contar a aquéllos que me han acompañado y dado significado a mi vida.
Y este año, en particular, la tradición me tiene impactada, porque, ¿Quien diría que en el "memento" colectivo que esmeradamente hemos montado en el lugar de trabajo puedo contar experiencias de vida muy significativas con todos y cada uno de los que convocamos hoy?
"Es la vida" me dijo mi Tía Eva en uno de mis peores momentos, cierto, es la Vida, la que hacemos juntos, la que sigue cuando alguien se va, y el valor y cariño a la memoria de todos y cada uno.



miércoles, 31 de octubre de 2012

¿Cuándo vas a cambiar tu historia?

La vocación de acumuladora, o la programación ya sea genética o neurótica que lo impulsa a uno a preservar la identidad a través de los objetos, tiene en mi caso un componente adicional, me guardo las cosas esperando que llegue un momento - el momento - apropiado para sacarlas a la luz.

Así, mi historial de cosas acumuladas esperando el momento justo para salir me ha llevado, por ejemplo, a comprar dos veces el mismo objeto, porque en un momento lo compré, lo guardé y se me olvidó que lo tenía, nada como las mudanzas para sacarme de la equivocación.

También encuentro que hay ideas que consideré buenas, pero se quedaron anotadas en el papel, y pasaron a las cajas de papeles en las que queda constancia de lo que soy, pero de pronto se me olvida.

Así que el tema de hoy, que me he estado guardando, lo saco porque tal vez lo pase por alto si el "momento adecuado" para compartirlo me toma desprevenida y haciendo otras cosas... ¿Cuándo vas a cambiar la historia?

Sucedió en ese curso que no tenía planeado tomar, pero al que finalmente terminé por inscribirme, en un ejercicio donde teníamos que compartir nuestra historia con otro, y en el que el otro tenía que responder algo. Yo trabajé con Josué G., a quien por lo menos le saco 20 años o más de diferencia... Y le conté mi historia, con absoluta inconsciencia, porque su retroalimentación si bien me tardé en asimilarla me ha llevado a cambiar muchas cosas...

Josué me miró con esa expresión que lo convierte en una persona excepcionalmente agradable y me dijo "desde que te conozco cuentas la misma historia", una afirmación demoledora, porque si yo he contado la misma historia, significa que no tengo alguna experiencia significativa y nueva que Me permita darle un giro a lo que digo de mí.

Me tardé, pero en un momento dado, metida en el círculo vicioso del "¿Por qué a mí?" o el "¿Por qué a mi no?" y los "es ques", me di cuenta que la única forma de cambiar tu historia es esforzándote en crearte experiencias que la cambien. Nadie, solo yo, podría terminar de escribir la tesis, bien que mal, nadie, excepto yo, podría decidir que tomo y a qué renuncio, y esa fue la lección del verano pasado... Ningún milagro, excepto quizá el que te topes con otro que dice exactamente lo que necesitas escuchar, y lo escuchas, puede lograr que te muevas... Es uno quien decide moverse, y aplicar la sabiduría necesaria para ir administrando la energía que requiere el cambio.

Somos la historia de contamos de nosotros mismos, y al mismo tiempo, somos la historia que vamos haciendo, y mantener el encuentro con el otro necesita que tengamos nuevas historias para contarnos.

Sigo esperando algunas cosas, pero los momentos precisos son los que uno genera, difícilmente llegan solos.


sábado, 20 de octubre de 2012

¿Qué le pasa a esas mujeres?

Ya van dos en la misma semana... Treintañeras, bien arregladitas, una hasta con carro de buen ver... Y con un desenfado para vocársele al próximo a punta de gritos, que de verdad me desconcierta.

La gritona número uno (¿O quise decir gorgona?) me la topé en una glorieta inmóvil, por la que hice el intento de pasar, aunque vale decir que la glorieta estaba atascada... El problema es que ella me vio impidiéndole el paso, y yo la vi cometiendo una infracción que una mujer más o menos pensante no hace: cargarse al hijo en las piernas mientras va manejando, mucho menos en un carro que trae dos bolsas de aire... Yo pensé que en estas épocas, en estos pueblos de Naucalpan que viven atravesados por Avenida Lomas Verdes ninguna persona que tiene para comprar un carro tipo sedán del año sienta todavía al niño en el regazo mientras maneja con la otra mano... Allá ella... Pero no me aguanté, me gritó tres veces que me moviera como si en verdad pudiera, me tocó el claxón y le respondí que con todo gusto, en cuanto sentara a su hijo como debía ... ¡NO SE MEEEETAAA! Me contestó y debo confesar que me enganché, al menos anímicamente... Porque he aprendido que los sermones no funcionan, y menos contra una persona fuera de control. En ese momento se abrió un hueco y me moví.

La había dejado atrás, pero hoy me topé con otra del club; y no fue contra mí, sino le pegó una gritada a una señora de la edad de mi madre, en pleno súper, por sabe que cosa. El marido, aferrado al carro del súper sin decir nada, los hijos, detrás del papá, calladitos, y la señora, seguía gritando "usted abusa de su condición de persona mayor" comenzó el gritoneo, la señora atacada no levantó la voz aunque le  respondió algo, pero la otra siguió gritándole... Para terminar con la misma expresión ... ¡NO SE MEEEETAAAAAA! Y el marido, pensando que así  calladito se veía más bonito.

Lo cortés no quita lo valiente, uno no se hace oír a gritos, es más a gritos no se escucha... ¿Qué les pasa a esas mujeres? No sé, a lo mejor hace falta volver a poner de moda el "solo para mujeres" con  ejemplares renovados, recomendarles unas clases de capoeira - con instructor brasileño faltaba más - o de yoga, también con un profesor que esté buen ver (hasta yo las acompaño) o de plano recomendarle a sus maridos que se tomen algunas vitaminas para que no se pongan como me tocó verlas, porque señores entérense que un carrazo y la tarjeta para toooooodo lo que se quieran comprar a veces no funcionan  para que una salga a la calle convencida de que la vida es bella y el mundo le sonríe... Yo supongo que al marido en el súper que me tocó ver hoy y a los hijos se los deben recetar de manera semejante... Señor, por favor sea un buen ciudadano y antes de salir con su señora, ponga de su parte ( o ponga su parte) para que ella salga a la calle ...bueno, mis lectoras saben con que sonrisa se sale a la calle o se anda por la casa cuando el otro hace lo que debe.

Que no anden por ahí sus señoras dándonos pena a sus congéneres, por favor.




viernes, 19 de octubre de 2012

Y cuando el viaje cambió de nivel (de las patoaventuras a otra cosa)

¿Qué hizo significativo el fin de semana pasado?

Los tropiezos para conseguir la cena y el hospedaje son la parte anecdótica de la escapada, una parte que finalmente me divierte tanto que dudo que me vaya a esforzar por enmendar, porque tendría que cambiar mi manera de pensar... eso me pasa por estar pensando en el paso que sigue (que supongo que es más emocionante) que en lo que estoy haciendo en ese momento (que es bastante rutinario)... me entusiasma más algún futuro inmediato que prestarle atención a cosas en el presente que pueden ser "necesarias" para utilizarse en el futuro... al final uno descubre que puede ser creativo cuando, por ejemplo, se le olvida empacar la pijama.

En realidad, el congreso y la salida me sirvieron para refrescar ideas, platicar con gente, enterarme de sus historias y sus puntos de vista. Cuando llegas a un evento y lo primero que te topas es un milagro de vida, lo único que puedes hacer es soltarte y disfrutarlo.

Llegar al congreso, un día tarde, esperar a que abrieran el registro, y en el inter toparme con una joven mujer a quien la vida le cambió el rumbo - despertar de un coma por negligencia médica encontrando que la vida para ella se vive de otra manera - replantear metas, persisitir, encontrar apoyos... creo que fué mi primera experiencia para "conectar puntos" - como dijo una vez Steve Jobs - conectar puntos de presente con pasado y futuro, conectar puntos entre los diferentes espacios en que me muevo para darle una orientación hacia algo.

La misma semana había invitado al Tec a uno de los directivos de APAC, y como sucede con el tema de la discapacidad - impactarás a un 10% de la audiencia, pero eso 10% hará algo... en algún momento... y sabrá algo que otros no saben sobre lo que significa "pensar al otro", que es pensar al prójimo como a sí mismo.

Convertí una serie de charlas sobre educación y valores (afortunadamente no fueron doctrinarios, y eso es de agradecer) en unos lentes nuevos para mirar lo que miro todos los días. A distancia hay cosas que se pueden ver mejor, a las que se les puede ver ángulos y matices distintos. Los organizadores tuvieron el buen detalle de invitar al final del evento a un conferencista humano... esa es la palabra que mejor le queda... "un alumno no es un globo vacío que llenar, es alguien quien guarda en su interior una luz que tú ayudas a emerger", se trata de un alguien a quien debes tenderle anzuelos para que los siga, que le permitan liberar su esencia.

Solo hay una manera de educar (educere, hacer surgir): relacionándose amorosamente.

Te puedes tardar 10 minutos, o 100 años en el esfuerzo de hacer que la luz del otro emerja en todo su esplendor a la superficie; solo te mantendrá en la tarea el amor que le pongas a esta relación.
Toda persona merece ser amada por quien es, lo que incluye también lo que puede ser... y esto es inagotable.
El amor requiere una constante exploración en la conciencia, la vida se terminará antes de que llegues a conocer todo el territorio.
Y si en el camino de tu vida te tropiezas alguna vez con un otro - al menos un otro (otro uno, como dicen en Chiapas) - que te responda en el mismo sentido... entonces eres tremendamente afortunad@, porque lo que te da, lo llevarás siempre contigo.

Tampoco me alcanzó el fin de semana para pensar y vivir todo esto... de hecho, creo que comenzó desde el lunes anterior en mi trabajo, y todavía no termino...

La vida sigue... y los amigos aquí están. Soy tremendamente afortunada porque tu presencia ha puesto luz en mis ojos.





 

miércoles, 17 de octubre de 2012

Patoaventuras 2a. Parte

Para mi salir de la "zona de confort" es una expresión para tomarse literalmente. Me insccribí a un Congreso que iniciaba el viernes a las 4 de la tarde, y justo a esa hora estaba saliendo del trabajo, sin equipaje listo, ni boletos de transporte.
No es la primera vez, nunca escalé el Popo, porque no quise reunir el equipo y estar lista a para salir a las tres de la mañana, fuí a más de una excursión sin un gramo de comida, y muy mal equipada, siempre preparo maleta una hora antes de salir, cuando conozco personas que están listas  24 hrs. antes de la hora en que hay presentarse en el aeropuertos y si no tengo una lista - o aunque la tenga - hay un 70% de probabilidad de que algo se me olvide.

Así, llegué a casa, armé una mochila más o menos ajuareada y llegué a la terminal a comprar el boleto 20 minutos antes de la hora de salida del autobús, en viernes de quincena.

Íbamos bien, pero no bien llegó el transporte a la autopista México - Puebla cuando me convencí que me perdería totalmente las actividades del viernes... No bien llegamos por Chalco hubo que hacer como 40 minutos (o una eternidad de tiempo) para llegar a la caseta, ya que justo en ese tramos hay un carril disponible para ir y otro para regresar... Total que de salir puntualmente a las 5:50, el autobús llegó a su destino tres horas (y dos películas nefastas) después.

A esa hora, el único modo de llegar a Atlixco fue tomar un taxi, hasta aquí todo marchaba más o menos conforme a lo poco organizado del viaje... Yo tenía - de acuerdo con mis expectativas - hotel "reservado" (lo correcto sería decir "apalabrado") y eso me tranquilizaba algo aunque el taxista no tenía la menor idea de cómo llegar.

Telefonazos más o menos... Dimos con el hotel, y mi espíritu scout se vino abajo... Un "hotel" que tiene por recepción algo que parece más bien un garaje, y una entrada de cortina de lona de plástico, un encargado que parecía parte del reparto de una película de Luis Estrada (La Ley de Herodes, El Infierno, Un mundo maravilloso, pa' que lo ubiquen) hicieron que ni el taxista me quisiera dejar ahí... La mejor excusa para dar las gracias es que al parecer gran parte de la industria turística local no conoce las tarjetas de crédito, así que fuímos a buscar otro hospedaje.

Encontré otro en el centro, a una cuadra del zócalo. La señora a cargo ( que me recuerda al personaje de María Sorté en la telenovela que se termina el domingo) me alquiló una habitación limpia, silenciosa y con ventana aceptando que le pagara al día siguiente los $ 400.00 que cobra por noche. Nada de cortinas de lona, una casona del centro del pueblo convertida en hospedaje.

Lo siguiente, hay que cenar algo ¿No? Considerando que eran casi las 11 de la noche, en el par de lugaress que me parecieron que podrían tener algo de variedad en el menú estaban por cerrar... No quedó de otra que comprar algo en el OXXO, el mismo lugar en donde tuve que conseguir el desayuno al día siguiente, y aceptan tarjetas de crédito (el capitalismo neoliberal tiene algunas ventajas) ¿Qué otra cosa más podría suceder? Nada, regresé a mi cuarto del hotel solo para constatar que mi sistema  de empacado express nuevamente había mostrado sus limitaciones... dejé la pijama en casa.

En este punto, la patoaventura se convirtió en un viaje diferente; porque hay ocasiones en que uno tiene que viajar por su cuenta para reencontrarse consigo mismo, cosa que comenzó a suceder.

domingo, 14 de octubre de 2012

Patoaventuras 1a. Parte

Solo a mi se me ocurre; en una de esas espontaneidades que no acostumbro, porque de verdad que no las acostumbro, se me ocurre de última hora inscribirme en un congreso, en Puebla, y lanzarme a la aventura.

Habrá que aclarar que la "última hora" son tres semanas antes de la fecha de realización, y según mis cálculos, no estaría tan complicado. Primera cuestión, la verdad es que si lo pienso mucho no hago nada, y para obligarme a asistir pagué la inscripción, mandé mi ficha y me confirmaron de forma asombrosa.

Segunda cuestión, el congreso se llevó a cabo en un lugar que ni sabía que existía, en Mepetec, Puebla... No, no me falla la geografía, hay un poblado que se llama así en el municipio de Atlixco, Puebla, donde hay un fantástico hotel y centro de convenciones que depende del IMSS, pero apenas me enteré este fin de semana.

El plan original era llegar al hotel en cuestión acompañada de la mitad de mi tribu, pensé en llevar a mi hija, pero si lo hacía, tenía que llevar a mi mamá... Y si llevaba a mi mamá, también tenía que llevar a mi hijo... Ese el detalle cuando una tiene una adolescente con necesidades especiales, y una madre de 77 años... Necesita alguien que le avise (como un chavo de 20 años) que nieta y abuela están metidas en algún lío mientras la madre e hija (yo, soy las dos al mismo tiempo) intenta participar en un taller o una conferencia. Según yo, era un buen plan... Pero pasaron varias cosas, como que el hijo tuvo torneo de karate, el transporte no estaba en condiciones y no pagué el hotel con la debida anticipación.

Así, me lancé el fin de semana, por mi cuenta y riesgo a Metepec, Puebla, prejuzgando que el sitio era lo suficientemente civilizado para no tener contratiempos y cubrir la mayor parte de la cuestión económica con el poder de mi firma... Y lo que sucedió fue descubrir que el capitalismo neoliberal de mercado todavía no llega a todos los rincones de este mundo, solo lo necesario para convertir posibles obstáculos en una experiencia que me hace agradecer todos y cada uno de los días que pasé en actividad con mis queridísimos del 186 (nada que ver con el #yosoy132), pero esa es la historia que sigue mañana... Lo que hoy comparto es que la patoaventura en un momento dado se me convirtió en un viaje de reencuentro...y espero una guía turística para viajar a Atlixco y Metepce.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Impotencia ante la impotencia

Un par de acontecimientos me han hecho evidente que una de las cosas que difícilmente  acepto en mi vida es sentirme impotente... Ante los hechos que no se pueden resolver me pierdo... por momentos, pero me pierdo.
Lo peor, para algunos encuentro soluciones, para otros... todavía son un misterio... no encuentro la forma de abordarlos cuando vuelven... como los lunes y la negativa recurrente de mi hija para ir a la escuela..
Hay otras ocasiones en donde uno, finalmente, resuelve las cosas cuando encuentra las causas, y está en sus manos... pero cuando no está en tus manos, cuando la forma de pensar del otro es un misterio que no consigues descifrar, cuando tienes que ser flexible, adaptarte y no encuentras respuesta, la realidad es que la impotencia se convierte en una carga, no en un reto.
¿Qué será lo mejor?
¿Aceptas simplemente la situación y la dejas pasar?
¿Reconoces las emociones que te genera, las aceptas, y dejas que se disipe, como las nubes?
La impotencia, mi impotencia, está tan asociada a mis emociones que se convierte en una telaraña de la que no me es sencillo escapar... todavía.

lunes, 17 de septiembre de 2012

El Iphone y los rituales

Dice Neil Postman, que cuando una nueva tecnología toma un lugar en nuestas vidas, algo se gana, pero algo se pierde.

No todo en lo virtual o en la vida on-line es ganancia; la inmediatez convive con la asincronía, la comunidad con el individualismo... y la vida "aquí y ahora" se convierte en un imaginario, donde resulta más sencillo contemplar la vida a través de la pantalla, que guardar el aparatito electrónico y darse el lujo de sentir lo que sucede, para después ponerlo en palabras.

Observaba a la escolta encargada de llevar la bandera para entregarla al presidente en la última ceremonia del grito... la escolta marchaba entre los salones de Palacio Nacional mientras se escuchaba el Himno. El ritual - si es que vale para algo - señala que uno debe saludar a la bandera y escuchar respetuosamente el himno en posición de firmes... lo que observé fué una escolta pasando por pasillo iluminado por Iphones, Ipads, etc... porque la selecta concurrencia en lugar de ponerse fimes estaba grabando el suceso (y supongo que debe ser gente muuuuy bien la que asiste a esas pachangas... porque a muchos de mis compas - todos proles junto conmigo - jamás nos han convocado).

Esto no es privativo de la Ceremonia del Grito... pero sí me cuestionó... algo se gana - el registro visual en alta definición (chido)... algo se pierde, o mucho se pierde....

Por un lado, el ritual; "los ritos son necesarios" le dijo el zorro al Principito... "tenemos que quedar en una hora definida porque así, puedo emocionarme con la inminencia de tu llegada"... (bueno, dice "si vienes a las cuatro, desde las tres yo empezaré a ser dichoso, porque sé que vendrás a las cuatro... si no lo hacemos así, yo no sabría cuándo esperarte ni qué sentir").

Los rituales tienen un peso simbólico, tal vez por esto nos interesa documentarlos, pero el trabajo de hacerlo nos saca de la realidad, de estar allí, con la atención puesta en la experiencia.

Y esto nos lleva a otra situación - no sé si mejor o peor - desde mucho tiempo atrás... antes de la escritura, ya nos daba por registrar la experiencia y dejar huellas de la memoria, en los objetos, en las paredes de las cuevas, en los entierros... y la narrativa, la facultad que quizá nos convertió en lo que somos, era fundamental para crear y recrear la historia y la identidad... hoy por hoy, nuestro miedo al olvido está plasamado en el Iphone, el Ipad, YouTube... forma parte de una nube colectiva, que poco a poco se va conviertiendo en la dueña de nuestra memoria común.

¿Qué se pierde? ... si la riqueza del lenguaje permite que la comunicación dinamice la vida... la cortedad del mismo y el exclusivo uso de la memoria gráfica nos impacta como seres humanos ... se gana en precisión, se pierde en imaginación narrativa... y se atrofia la memoria... y así, tal vez nos llegue el día que el Iphone nos tenga que decir quiénes somos, porque ya no nos acordamos... nos muestre en la pantalla dónde están los otros, como si fueran los "dodos" disecados en los museos de Historia Natural de los países europeos en el siglo XIX... haga que las prótesis - que no sabíamos que necesitábamos - nos digan en función a lo que guardan, lo que ha sido una historia que solo podemos ver, pero ya no podemos contar...

y entonces ¿seremos el robot que carga nuestra memoria o el cuerpo que tiene la propia y sabe de otras experiencias?

Solo son preguntas, pero si estoy convencida... algo se gana, algo se pierde y no podemos darnos el lujo de desconocer ambas partes.


sábado, 1 de septiembre de 2012

Expectativas vs. esperanza

Pasé toda la semana suponiendo que el viernes finalmente tendría un respiro... en la dinámica de la institución para la que trabajo personas en mi status laboral entran a trabajar la segunda semana de agosto y cobran hasta el 31, después de tres meses de no trabajar.

Al menos eso era lo previsto hasta este semestre, en el que me ofrecieron un contrato por tiempo indefinido, a partir del 1 de septiembre.

Así que el mes de agosto lo trabajé con un contrato, acepté una liquidación y firmar un contrato por tiempo indefinido... hasta allí, la buena noticia.

Sin embargo, no todo en esta vida es gratis, yo esperaba que el 31 algo de lo trabajado en agosto se reflejara en mi cuenta de banco... tres meses casi sin ingreso son aterradores, y lo fueron entre otras cosas porque decidí pasar el verano dedicándome a resolver pendientes... que sí resolví.

El hecho es que ¡sorpresa! en mi cuenta no hay cambios, siguen los mismos $98.00 que ha tenido desde más o menos el 10 de agosto, cuando los documentos que firmé el jueves prometían un depósito muy diferente.

Es una sensación de impotencia absoluta, sumada a la decepción de expectativas que se derrumban y realidades que dicen que solo en Arabia Saudita puede uno esperar que se lleven a cabo transacciones bancarias el fin de semana (porque ellos tienen otros días laborales en la semana).

Hay que sumar, además, que por ser fin de semana ni siquiera hay con quien reflejar la frustración... ¿serviría de algo mentarle la madre a alguien que no puede hacer algo hasta el lunes?

Entonces mi cabeza - la parte razonable - me dice que se trata de aplicar una dosis de lo que me paso tratando de enseñar desde hace unos cuantos años... responder ¿qué debo hacer?  pensar ¿qué es lo prudente?

No queda otra, esperar... ver que sucede el lunes... hablar con la gente como gente (y mentarle mentalmente la madre a quienes consideran que los procesos están por encima de las necesidades de las personas)... sin embargo, de lo que no me puedo desprender es de los sentimientos... me siento impotente y descorazonada, no hay con quien resolver esta situación y no queda otra que hacer tripas corazón... y mirar al cielo pidiendo que por lo menos de algún lado te llegue algún gesto que te comparta una chispa de esperanza...


sábado, 18 de agosto de 2012

LA ZONA

Así, con mayúsculas. No, no es la dieta, ni la película... Es la zona de confort, esa en donde por motivo de la "ley del menor esfuerzo" nos gusta quedarnos por laaaaaaargooooooo tieeeeeeeempooooo, pensando que al menos tenemos la certeza de que estamos y seguimos jodidos... Pero al menos estamos.

Sorpresa, la vida en "la zona" no es gratis. Tarde o temprano te llegará el recibo de la renta, y después la notificación de embargo y expulsión... No mandan ni notarios, y ya para cuando te diste cuenta, estás en la calle y todos los pendientes son urgencias.

Pinche "zona".... Uno vive allí tan jodidamente a gusto.... Finca su identidad en la vida y se hace güey con las boletas de renta hasta que literalmente, las condiciones que genera la negligencia terminan por provocar una violenta expulsión hacia la realidad, la de a "deveras", y en tales condiciones ni tiempo hay para sentarse a llorar en la banqueta.

En ese momento, con cobradores, actuarios y en pleno embargo descubres algo para documentar el optimismo:Que puedes resolver las cosas, que los pretextos que esgrimías para justificar tu vida adentro solo te han hecho aumentar de peso (literal) y que los recursos que tendrás que emplear para reparaciones exceden significativamente a aquéllos que pudiste invertir actuando en el momento en que se requería. Reparar siempre sale más costoso que prever.

¿Cómo mantenerse fuera de la tentación del confort?  Con conciencia... Y voluntad.... Creo que ambas consiguen que uno se mantenga en forma.

Ya lo dijo Sócrates... "solo una vida examinada (auto-examinada) merece ser considerada como tal"

viernes, 17 de agosto de 2012

El túnel del tiempo

Mi vida está llena de túneles o cápsulas del tiempo. Todos esos papeles que se van acumulando, que se revisan de vez en vez, y que irremediablemente te regresan al pasado... Mis cajas de papeles... Arranques de desesperación, dibujos de aburrimiento, poemas de... Poemas y ya...
Hasta cuentos. Tiempos en los que no tenía otra forma de salir de mi misma, simplemente escribiendo.

Ayer mi madre me obligó a meterme en mis "cajas", estaba buscando algo que no estaba allí y por fortuna no se tomó la molestia de descifrar todo aquello que he guardado por años... Mi propia historia, que irremediablemente es mia, de la que voy dejando constancia y a la que de vez en cuando regreso para darme cuenta que la vida sigue, y no es la misma... Todo cambia.

miércoles, 15 de agosto de 2012

La montaña rusa

Hay periodos en la vida que se parecen a la montaña rusa... sube, baja, gritas, ni cuenta te das, y ya se terminó el recorrido.
En realidad, nunca me he subido a una montaña rusa, lo más extremo que he llegado fué el "ratón loco" de la feria de Chapultepec, versión hace muchísimo tiempo...  el pavor que le tengo a la sensación de vértigo y mi terror a los espacios vacíos son motivos suficentes para mí.
Sin embargo, hay temporadas en que la vida es muy parecida a la montaña rusa... ni sabes cómo le hiciste para llegar a un determinado punto, pero llegaste.
Me doy cuenta que no he escrito desde hace rato... pero es que en realidad no me he dado la oportunidad, tengo que concentrarme en lo que me pide el presente para responder, responder, responder... uf, y solitas van llegando noticias y oportunidades... pero me llegan tan metida en otros asuntos que me da poco tiempo para festejarlas, a pesar de que representan algo que estuve buscando mucho tiempo... un trabajo estable.
Sin embargo, creo que todavía tengo algunos hilos que amarrar en esta estabilidad... los mismos hilos que he estado amarrando desde antes de que este periodo de vacaciones (de mi hija) comenzara.
Esto quiere decir que tal vez no termina el recorrido de la montaña rusa... siempre - que recuerde - hay un momento de calma, antes del último jalón...






jueves, 2 de agosto de 2012

Cuando fui burócrata

No cabe duda, la vida se toma sus revanchas... y te pone frente a situaciones que retan tus defectos, o redimen tus pecados.
Me explico:
Mi primer trabajo lo desempeñé en una oficina de "Administración de la Información" que dependía de la dirección de Servicios Escolares, en una institución de educación superior. A mi, que tiendo al caos me correspondía desempeñar trabajo de rutina, organizarlo, estructurarlo, negociar,validar, pero fundamentalmente, me tocaba controlar.
Y esto me tenía en el centro de la burocracia institucional, porque uno de los trabajos de la burocracia es asegurar la uniformidad en los procesos... y a veces por asegurar la validez de lo que sucede fuera del papelito, uno inventa requisitos de información ad nauseam... lo admito, yo hacía eso, inventaba requisitos, diseñaba procesos y algunos de estos han trascendido (con 20 años de distancia), y curiosamente siguen generando los mismos niveles de estrés de aquéllos tiempos.
También debo señalar que el enfoque de- tan de innovación cuando estuve en la universidad - y el conductismo que profesaba uno de mis profesores en la universidad tuvieron mucho que ver en que yo me sumara a la tarea de intentar que todo lo que tuviera que ver con buscar comportamientos uniformes se desglosara a niveles de detalle a uno que no tiene alma de progamador de sistemas ni la precisión de un relojero, pueden fundirle las neuronas por mero estrés.
Esto sucede porque en el fondo de mi hay una persona que de haber podido sería hippie, quisiera invitar al caos a que formara parte de vida (y vivir muy contenta con esto), pero mi educación es muy fresa para optar por algo más relajado... y entre una parte que me jala al caos y otra que me requiere orden, donde casi siempre gana el súper yo; como a veces uno tiende a actuar de manera opuesta a lo que realmente aspira,  supongo que tanto control tenía que ver con esta actitud de pedir tantos datos, y controlar tanto los procesos.
Todo esto surge porque el trabajo que debo entregar hoy, con el nivel de detalle que me piden rebasa todo lo que pudiera imaginar en mi momento más retorcido para controlar (perdón, supervisar) un trabajo en donde se debe asegurar un comportamiento uniforme... ¿Tiene algún propósito este nivel de detalle cuando me toca trabajar con conceptos como la libertad, el diálogo y llevar a los alumnos a reflexionar sobre lo útiles que resultan para tomar buenas decisiones en la vida y ser responsables?
Irónico... sin duda.
Solo para anotar, ya hasta en Hacienda se dieron cuenta que para que las personas paguen impuestos, tienen que hacerles más fácil el registro, y el pago... y parece que ahí la llevan (bueno, si de todas maneras vas a darle un trancazo al contribuyente, se agradece cierto nivel de decencia).
Pero como hay justicia en esta vida, supongo que hoy me tocó descubrir que pedir demasiado para asegurar que otro lleva a cabo un buen trabajo es rasgo que refleja el nivel de confianza entre unos y otros.








martes, 31 de julio de 2012

"Baby boomers"

La tribu formada por mis hermanos y su servidora pertenecemos al último coletazo de los "baby boomers" - nacimos entre el 62 y el 71 - somos 6 y vivíamos en un mundo que le temía a la "Guerra Fría" pero confiaba en el despegue económico que nos trajo el "Desarrollo Estabilizador"... hasta que se fué López Portillo con toda la abundancia por el caño.
A esas familias tan optimistas, que no tenían ni aspiraban a todo lo que ahora tienen y aspiran - más bien aspiramos y tenemos - la mayoría de los traqueteados clasemedieros mexicanos... les alcanzaba para mandar a toda la dinastía a "escuela de paga", aunque no todos podíamos ir a Disneylandia... los más afortunados tenían cable, nosotros una temporada solo tuvimos una tele en blanco y negro (¡de bulbos!) que un día se descompuso y nos dejó dos meses con tardes que tuvieron que llenarse de algo creativo...
Pues bien, esa familia pasaba las vacaciones - la mayoría de las ocasiones - en Chapultepec, en el Parque Rosario Castellanos que tenía juegos de troncos y cuerdas... y otras, en los museos ... el Nacional de Historia y el de Antropología... y me acuerdo... no se paraban las moscas... por lo menos, uno podía andar por el museo sin hacer cola para entrar ni sentirse asfixiado por las multitudes. Nunca tuvimos que ir a un museo para ir a copiar las fichas, porque - ¡ay Dios! - mi mamá consiguió que los museos nos parecieran entretenidos y que nos gustaran (hasta la fecha).
El comentario viene a colación, porque con mi hijo hago (¿o hacía? ¿ya creció?) mis buenas excursiones a museos, y descubrí que no hay mejor hora para asistir que entre semana, fuera de horario de vacaciones, a las 2 o 3 de la tarde... porque hay pocas personas.
Pero no contaba que estamos en vacaciones, y que la exposición de armaduras samurai que queríamos ver la inauguraron apenas el jueves pasado... bueno, a las 3 de la tarde, había cola ¡para entrar al estacionamiento!
Yo le saco a hacer cola y entrar en procesión... prefiero, darme otra vuelta, una vez que los hijos regresen a clases y comprobar si mi previsión de horarios es correcta.
Mientras me seguiré preguntando ¿será que ya somos muchos y los pocos interesados en los museos incrementaron en número? ¿será que es más barato que el cine llegar con los chamacos al museo - con sus credenciales de la escuela - para entrar gratis? o ¿será que ya nos estamos volviendo más informados y queremos compartir el patrimonio cultural propio y del resto del mundo?
Si la respuesta es afirmativa a la última pregunta... por favor, no le atribuyan el mérito a la Profa. Gordillo...

domingo, 29 de julio de 2012

"Quien ama, educa"

Tomo prestado el título de un libro del psiquiatra brasileño Icami Tiba para hacer eco a un comentario, respecto a la educación que demuestran algunos peques y no tan peques cuando se trata de tolerancia e interacción con otros.
Había una vez... un montón de adultos metiches que trataban a los niños como si fueran sus padres, es más, sus padres lo permitían, lo que ya significaba que como primer punto de control, el peque ya los había superado... pero allí estaban los otros... que además, podría se cualquier integrante de la comunidad.
El hecho es que, ante un comportamiento público incorrecto, los padres te llamaban la atención en público (si es que no hacían algo más físico para demostar su desagrado ante ese comportamiento), y si no sucedía esto, había alguien más presente que seguramente te llamaría la atención. La idea era hacer evidente el juicio de desaprobación, para generar un sentimiento de vergüenza que llevara al mini-perpetrador a reflexionar sobre sus acciones.
Hay dos elementos aquí, uno es la reacción externa, el otro es la confianza en la capacidad de la personita de aprender a regular su comportamiento... tratándolo como alguien que piensa y se da cuenta que está muy lejos de ser el centro del universo.
¿Qué nos pasó en el camino?
Hay filósofos que consideran la vergüenza; se aprende a sentir vergüenza, que es el primer paso para reparar un error, es un ejercicio que nos hace crecer, y una experiencia educativa, en el sentido que algo de lo bueno que traemos surge de este desagrado público.
Educar es tarea de adultos, para las nuevas generaciones. Y conste que hablo de adultos, no solo de los padres; nosotros somos los que sembramos la semilla del comportamiento y el cuidado que las generaciones que hemos producido tendrán con otras generaciones - las que les preceden y las que les anteceden, y con el mundo que les estamos dejando.
Educar es tarea de adultos para formar adultos, personas que tengan una noción de su lugar en el mundo y de lo que les corresponde hacer para forjarse una vida buena que - sorpresa - no depende únicamente de ellos mismos.
Y en ese aspecto, ser permisivo, no llamar la atención ante comportamientos que afectan a otras personas, no solicitar a los hijos que se controlen u ofrecerles consecuencias, no es una manifestación de afecto; el amor no es permisivo ni exclusivamente hormonal; el amor tiene que ver con el cultivo de lo que uno y el otro - al que amamos - somos, y tiene que ver también con la capacidad de darle herramientas a la persona para que conduzca su vida con libertad y autonomía, conceptos que están muy lejos del individualismo.
Quien ama, educa, pero para amar, hay que amarse a sí mismo... si los padres son permisivos al grado que permiten que los hijos insulten a otra persona públicamente por su apariencia física, no le están ayudando a crecer... y tal vez, colectivamente, nosotros tampoco... si una conducta públicamente discriminatoria e insultante no nos avergüenza ni nos lleva a hacer nada al respecto... tampoco estamos ayudando.
El lenguaje indirecto... en voz lo suficientemente alta como para generar una reacción en los implicados:
- hijo, si tú hubieras hecho eso que está haciendo ese niño a su edad, seguramente yo te habría...;
-  fíjese señora (a la que está detrás de mi en la cola) que acabo de ver un video en YouTube donde un juez español expone las instrucciones para hacer a un hijo un futuro delincuente, y decía que había que dejarlo hacer o decir lo que se le hiciera la gana, ¿qué opina?...
- (a la afectada) le ofrezco una disculpa, a nombre de mi compatriota que todavía nos se da cuenta de lo que significa la globalización.

Esto no está excento de riesgos... pero ... nada en la vida que implique mejorar las condiciones en las que vivimos lo está...

Quien ama, educa.

Decálogo para formar un joven delincuente:
http://www.youtube.com/watch?v=gOhzaM48mwA


viernes, 27 de julio de 2012

Metafísica de las plagas

Hoy se me ocurrió que los piojos, las pulgas, las cucarachas, los ácaros y demás existen para recordarle a la humanidad que podemos descubrir el "bosón de Higgs", pero no podemos terminar con ellas...
Además existen para generar sentimientos de solidaridad y empatía... porque, como dije, tarde o temprano uno tiene que enfrentarlos.
Curioso ¿no? se gastan millones en investigaciones de física pero todo lo que podría asegurar calidad de vida en cuestiones de salud hay que pagarlo.
No cabe duda... somos la peor plaga hasta para nosotros mismos.

L.

martes, 24 de julio de 2012

El Arte de la Guerra

La situación se presentó ya desde hace días, pero yo no le hice caso a los síntomas. Sucede que mi hija comenzó a rascarse la cabeza, y no le hice caso..luego aparecieron las "bolitas" en el pelo, y tampoco le hice caso... ¿Por qué? Porque no hay mayor afrenta para una madre que descubrir - o tener que rendirse a la evidencia de que su adorad@ criatura ¡Tiene piojos! "pediculosis por contacto" si quieren despistar cinco minutos al enemigo... Y no se dice "tiene piojos" diría mi hermana, que hizo su maestría en "piojología" por internet, la primera vez que tuvo que enfrentarse con esas odiosas alimañas... Se dice "está infestada" (yo no sé, a mi me suena peor esto último) ... Pero, en fin, una vez que no queda otra que rendirse a la evidencia, hay que buscar consuelo y soluciones... Consuelo, mi hermanita la piojóloga dice que son inevitables, que como plaga biblíca regresan y regresan... Y no respetan a nadie, así se bañe todos los días... Cuando le caen a uno, le caen y punto. Las soluciones... Esto es mejor... Y no necesita leer a Sun-Tzu, pero la incluye... Un terreno hostil para el enemigo, es decir, convertir la cabellera en un terreno donde las alimañas no puedan reproducirse, ¿Cómo? Alternativa "orfanato" ... Rapar al paciente... Otro día hablo de la cabellera humana y el fetichismo, basta con que afirme que ya lo ilustró Quino en la primera edición de los Derechos de los Niños... Es un trato higiénico pero denigrante... ¿La otra? Verter en la cabellera alguna sustancia que asfixie, destruya, elimine a los bichos... Desde pesticidas de uso comercial, aceite par bebé, petróleo (como le hacía mi abuelita) y usar el peine por días, hasta que toda evidencia haya desaparecido... Bueno, y también está la solución tecnológica ... Informarse en el internet y encontrar páginas y páginas con nombres simpáticos como "madres vs. Piojos" y cosas así... ¿Vieran la de literatura que encuentra uno al respecto? Aunque siempre uno puede terminar rindiéndose, y tomar una postura budista, aceptando que hasta los piojos deben tener alguna función en el Universo... Y mientras uno consigue la iluminación sobre este asunto... La alternativa más práctica termina por ser la primera... Raparse.

domingo, 8 de julio de 2012

La bugambilia

Hace unos cuantos años... más de 30, la familia migró del sur para el norte, de la zona metropolitana de la Ciudad de México.
Entre las muchas cosas que acarreó mi madre, había una raquítica planta, que nunca alcanzó a sembrar en el patio de la casa sureña, y que - además - se la pasó resistiendo gol tras gol de mis hermanos, quienes justo habían colocado la portería del futbol en ese muro de la casa.
La bugambilia llegó totalmente raquítica... mi madre la mandó sembrar en una esquina de la casa, y desde entonces, ni siquiera las podas han logrado terminar con ella... aliviada de quedar fuera de la zona de gol, creció, se expandió, ha resistido inviernos y granizadas, y se asoma a la ventana de mi habitación.
¿Por qué me gusta esa planta? además de las hojas rojas que protegen sus frágiles flores, me gusta porque si tiene la oportunidad de trepar, trepa... y si puede hacerle compañía a un árbol, se lo hace, y de pronto me recuerda las esculturas del templo de Khajuraho en la India... y sí, debajo de esa bugambilia - que no es la de mi casa - hay un eucalipto.
¿Quién mantiene a quien de pie?




¿Cuál es la naturaleza que imita a la otra?

miércoles, 4 de julio de 2012

El autoritarismo endémico

En estos días me ha tocado enfrentarme con mi intolerancia que me tienta a escribir sermones para personas extremadamente inteligentes, a quienes respeto mucho, pero con quienes no comparto algunas expresiones. La realidad que nos toca vivir es demasiado compleja, y en ella cabe de todo, hasta lo que consideramos imposible o lo que francamente no nos podemos imaginar, lo que nos toca es poner la inteligencia ante los hechos, y tomar buenas decisiones. Por supuesto que uno tiene derecho a vociferar y cuestionar, pero al mismo tiempo tiene la obligación de actuar de manera constructiva y dentro de su área de influencia, y esto significa mantenerse en diálogo, con los hechos y con los otros, tomar decisiones prudentes (prudencia es lo que conviene hacer en cada caso, optar porque se mantenga el equilibrio), la inteligencia es el medio que nos mantiene en contacto con la realidad, y la memoria la que nos permite tener presente los pendientes ... Hallar el modo de mantener el bien, aún ante situaciones colectivamente angustiares y decepcionantes, tan volátiles y frágiles en cuanto a los ánimos desde mi punto vista es la alternativa que nos plantea este momento. Nadie dice que la esperanza sea inmovilismo, que se nos otorgue de manera automática y que se alimente a sí misma... La esperanza es algo que se cultiva y que se nutre de las acciones que vamos llevando a cabo, día con día. No estamos de regreso al pasado, estamos pagando la factura de nuestra propia negligencia... Del autoritarismo que no hemos reconocido como parte de nuestra cultura y que ingenuamente pensamos que se resolvería en automático el día que "sacamos la PRI de los Pinos" la primera vez... Del autoritarismo que nos dice que hay que esperar un Mesías que sabrá como resolver nuestros problemas, y a quien le seguimos alimentando el carácter autoritario si no somos capaces de contemplarlo en su justa dimensión. Por lo regular nos gusta tener alguien a quien echarle la culpa, siempre es más cómodo que hacernos cargo de hacer lo que nos corresponde, rendir cuentas y exigir rendición de cuentas.

sábado, 30 de junio de 2012

El cassette y la pluma bic

Todo comienza con una entrada en "Facebook", el título reza "prueba de edad", hay una foto del bolígrafo y el cassette y una pregunta ¿Qué tienen en común estos objetos? La reenvía el Dr.Guillermo... Que es contemporáneo, y yo intento alguna respuesta que no represente una obviedad... Por supuesto que conozco la relación entre esos dos objetos, y claro que utilicé la pluma para enredar la cinta en el cassette. Sin embargo, respondo con una pregunta que quiere ser irónica (¿Es para anotar información sobre el cassette, no?) Y alguien me indica que fallé la prueba. Esto me lleva a pensar que a veces limitamos nuestras opciones, pero también las de los demás; ¿Por qué mi respuesta no es factible? ¿Se le ocurre a la persona que respondió que tal vez tenemos contextos distintos y que también éstos condicionan lo que pensamos y respondemos? Es una nimiedad, sin duda, pero actuamos de la misma forma en el día a día, solo hay un tipo de respuesta aceptable... Y descartamos lo demás, vivimos en una cultura de descarte que no permite errores u otras soluciones, y esto nos limita y se nos vuelve costumbre, aplicándo estos malos aprendizajes en cuestiones verdaderamente serias, frustrándonos y cerrando nuestra oportunidad de crecimiento. Luz

lunes, 25 de junio de 2012

Vanguardista

Desde que alguien puso de moda las botas de hule hace un par de años (si, botas de hule, de esas que siempre han usado los trabajadores del servicio de aguas y saneamiento de los distintos municipios), aparecen diferentes modelos... desde el tianguis hasta en el "Palacio".
Cosas de la globalización ¿no?  En México, hasta hace unos veinte años las botas de hule se compraban en las ferreterías y en contadas ocasiones eran utilizadas para otra cosa que no fuera atravesar charcos por motivos de faena.
Hoy por hoy encontramos botas con más variedad en color y estilo, aparte del modelo "trabajador municipal": hay transparentes, con florecitas, algunas que tienen tacón... y cuestan más de las que uno puede conseguir en la ferretería... lo que es la moda y particularmente la sociedad de consumo.
Como estamos en temporada de lluvias y aparecen las botas por todos lados, regresó a mi memoria una historia de botas de hule.
(Sí, lo que hace representativo a los objetos es que tienen significado y hasta las anécdotas que les acompañan, que están relacionadas con nuestra propia historia de vida)
Sucede que ya hace bastante tiempo, viviendo en Tuxtla Gutiérrez, recibimos visita de los abuelos y los tíos, y buscando salir del ahogo (literal) que representa vivir en Tuxtla en temporada de lluvias (ahogo por las inundaciones y por el bochorno; si hay algún tabasqueño entre los lectores me dirá que no se compara al de Villahermosa, y tendrá razón, pero a mi lo chilango no me lo han quitado ni a golpe de cambios de clima, si yo digo que me ahogaba el bochorno de Tuxtla en temporada de lluvias, tómelo por cierto)... bien, ya me perdí, regreso... sucede que escapando del ahogo, fuimos de fin de semana a San Cristóbal de las Casas (allí también llueve, pero la diferencia de temperatura es muy diferente).
El chaval tenía unos 4 o 5 años... y su deporte favorito en temporada de lluvias era pasar por todos los charcos que se cruzaran en su camino. Como era de esperarse, el único par de zapatos que llevaba cumplió este cometido no bien hubo oportunidad de hacerlo, así que no quedó de otra que pasar a comprarle unos zapatos.
"Quiero unas botas", declaró señalando las botas de hule que vió en la primera zapatería a la que entramos... su mamá solo pensaba en que en Tuxtla sería imposible seguirlas usando, amén de lo que significa en bichos y cosas que la humedad puede provocar en los pies. La madre pensaba en enfrentar un posible caso de "pie de atleta", el hijo, que se vería regio con las botas - que le permitieron meterse dichosamente en todos los charcos que encontró después.
Por supuesto, la catástrofe del "pie de atleta" no se dio, al menos no con esas botas que mi hijo usó hasta que dejaron de quedarle, y causó sensación... a tal grado que de pronto hijos e hijas de mis amigas comenzaron a pedir sus botas de hule, con la consiguiente mortificación de sus mamás... porque las botas de hule, en aquél entonces, eran únicamente para personas que no podían darse el lujo de echar a perder los zapatos en temporada de lluvias, como los trabajadores municipales.

sábado, 23 de junio de 2012

De cierta edad

Lindo eufemismo, ¿no? "Women of a certain age".
Es como nos dicen a las que vamos de los cuarenta en adelante... "of a certain age", por la amigüedad y el peso que implica un modo de vida "distinto" en lo que son los tradicionales roles femeninos: la casa, la cocina y los niños.
Independientemente que ahora las cuarentonas se resisten a ser de "certain age", por aquéllo de que hoy por hoy con ayuda de los adelantos en la medicina se puede gestar un hijo sano a los cuarenta, a las de mi equipo (45 y más) no nos queda de otra... somos y estamos de y en "certain age".
Y nuestro primer reto es superar el prejuicio social, porque de 45 y más hay que afirmarse como lo que somos, no como lo que ya no podemos ser, en la mayoría de los casos: madres. El reto es buscar espacios, mostrar nuestra capacidad transformadora, enfocar nuestra experiencia - que es mucha - hacia la búsqueda de soluciones en una visión que no acostumbran tener los hombres: holística.
Esto es una especie de respuesta a una amiga - que es de mi generación y año de modelo - que me planteó que dudaba que estas aportaciones al blog fuesen realmente mías... me llevó a pensar que llegar a "cierta edad" nos presenta algunas opciones, que son distintas a edades anteriores: o me vuelvo una "cougar" o me vuelvo más reflexiva (y algo irónica).
Ser "cougar" tiene sus ventajas... en la parte física - particularmente en lo que se refiere al sexo -  y psicológica - en lo que tiene que ver con la autoestima y la autoimagen. Ponerse en plan de "cougar" es convertirse en la co-protagonista  del "complejo de Edipo" y reforzar nuestros roles tradicionales, que la percepción social sobre la edad y la biología nos dicen que debemos abandonar: madre, maestra y ¡amante!... aunque no deja de tener un sentido trágico y cómico... tal vez los veinteañeros son más listos que los varones de "cierta edad"... porque saben con quien están manteniendo una relación y obtienen de ella todaaaaa la experiencia que puede poner una .. sin embargo también tiene sus costos, basta recordar en la tragedia de Edipo el horror de Yocasta cuando descubre que ese marido con el que ha procreado cuatro hijos y que quiere porque le recuerda tanto a su difunto marido, es en realidad su propio hijo... trágico.
Por lo tanto, ser "cougar" no me parece en lo personal una opción recomendable... tengo muy presente a mi contemporánea Demi Moore y las causas del final de su más reciente matrimonio.
La otra opción que nos queda es volvernos más sabias, hasta para aparentar que no lo somos y esperar las condiciones adecuadas para saltar sobre la presa que hemos determinado como nuestra... llámese oportunidades de trabajo, empresas, política, o inocentes sujetos del sexo masculino (de cualquier edad)... cualquier cosa antes que el término "de cierta edad" signifique convertirnos en suegras metiches y controladoras, que conste.
Luz

miércoles, 20 de junio de 2012

Pasiones

Entre los humanos, no hay nada más apreciado que la racionalidad, que busca lo objetivo, la certeza, cualquier tipo de asidero para no dejarse arrastrar por lo opuesto: las pasiones.
Las pasiones humanas se representan como pecados capitales... dejarse llevar por lo subjetivo y el deseo es pecar, y desde niños el pacto social pretende educarnos para llegar a dominarlas.
¿Vale la pena dominar las pasiones? ¿Habrá que aprender a vivir con ellas?
Entiendo que lo que a uno le apasiona le llena de "algo" que difícilmente obtiene por otros medios, quizá tienen un elemento hormonal que nos presenta un atisbo del paraíso, por un instante... hasta que la razón entra en juego, y la conciencia nos "muerde" y remuerde.
Además del catálogo de pecados capitales, las pasiones se expresan a través de otras actividades: conocimiento y arte. Puede ser que solo lo que nos apasiona es lo que verdaderamente cultivamos, y es a esta perspectiva de la pasión que quiero referirme.
Apasionarnos por alguien o por algo, y no dejarse arrastrar por ello es un ejercicio sí de racionalidad, pero también de subjetividad: cuando algo te atrae lo quieres hacer tuyo, y si aprendes a poner algo más que los sentidos - la inteligencia - te darás cuenta que no es una tarea sencilla... porque llegar a hacer parte tuya algo que te apasiona requiere disciplina, esfuerzo y razonamiento.
El problema es que la pasión nos ciega, buscamos apropiarnos por la fuerza de lo que deseamos... y - por alguna circunstancia de la vida - aquéllo que deseamos es lo que se nos escapa, nos elude, se nos pone difícil, no logramos asimilarlo y también nos genera miedo e inseguridad.
Así, atreverse a hacer de uno aquéllo que es objeto de nuestra pasión se convierte en una lucha interna, de la que en ocasiones no tenemos conciencia... el cuerpo y la mente nos dan señales, pero no sabemos cómo intepretarlas, y es que aquéllo que es objeto de nuestra pasión, y el cómo lo traducimos en acciones propias nos genera incertidumbre.
Quizá esto explica porqué me he tardado tanto en terminar el trabajo de tesis, o porqué no termino algunas cosas que empiezo; tengo evidencias de que la tarea me apasiona... pero la cuestiono tanto, me genera tanta inseguridad que ni siquiera puedo poner orden en mis pensamientos, y menos en mis acciones... y todo porque me da miedo el resultado... que el resultado no esté a la altura de mi pasión.
Estoy hablando de un trabajo académico, pero sucede lo mismo con una relación amorosa... o te dejas arrebatar por el sentimiento, y terminas como el elefante que pasa a través de la cristalería... o te sumes en el miedo y la confusión que te impiden acercarte, hablar, expresar... porque tienes más miedo a perder aquéllo que quieres, que reconocer que tienes la capacidad de ganártelo.
El miedo es un sentimiento canijo...hoy me di cuenta que en algunos casos, tiene su raíz precisamente en mis pasiones.

Luz

domingo, 17 de junio de 2012

Esto de tener hijos

Un día, la naturaleza - o las diferentes naturalezas (ganas, deseo, distracción, calentura) - no impone la llegada de los hijos, y en ese momento, el discurso que nos grabamos como adolescentes ("yo si voy a comprender a mis hijos", "le voy a dar a mis hijos lo que no tuve", "yo sí conseguiré que se conviertan en triunfadores", solo por mencionar algunos ejemplos de ideas que se nos escapan en plena etapa de cuestionamiento hacia nuestros padres) nos impone el querer convertir a los chiquitines en el "modelo perfecto" de persona que nosotros creemos que debímos ser.
Es decir, pensamos que podemos mejorar el modelo, proyectando en nuestros hijos lo que nosotros hubiésemos querido.
En la vida actual, ese modelo - mejorado, corregido y aumentado - nos agota y agota a los hijos: clases de pintura, canto, equitación, música, viajes, idiomas; sumándole además el manejo de la tecnología: computadoras, video-juegos, etc. etc.
Invertimos y gastamos en esfuerzos para que sean perfectos... exigimos, corremos, nos agotamos y los agotamos.
Yo, en lo personal, deserté de esto más o menos cuando mi hijo tenía 11 años, porque estaba agotada... y esperé el desastre por no ser una esforzada madre que trabajara para convertir a su hijo en alguien perfecto.
Y no es perfecto... pero si algo puedo reconcerle es que ahora él sabe que aprender depende de él, y no de mí o de otro.
Además, todo en lo que no pensé "perfeccionarlo", él lo ha hecho por su cuenta, yo solo le financié las clases que el quiso tomar, lo llevé a los torneos de karate, le compré el violín... y le eché la bendición, preparándome para el desastre.
Sucede que tiene capacidades y habilidades que no estaban en mi modelo, pero que son de él, y esto me provoca algunas cosas: confianza, de que se las puede arreglar por sí mismo, que sabrá rectificar si se equivoca, y asombro, por descubrir que es alguien que va en camino de lo que yo pedí no bien supe que estaba en camino: autonomía y autosuficiencia.
Finalmente cuando los sueltas, y observas, te sorprenden, por lo mucho que se parecen a tí, y lo distintos que son - al mismo tiempo: su propio modelo.










lunes, 11 de junio de 2012

Cosas que a uno le gusta hacer

Hay cosas que no no sabe ni porqué las hace, pero las hace. En mi infancia mi madre insistía en llevarnos a los "scouts", en lo particular, estuve en dos grupos, y hasta fuí dirigente.
Entre lo mucho que me tocó aprender, es la delicia de tomar un baño "como Dios manda" después de una semana de dormir a la intemperie, pelear con hormigas y perros por la comida, dormir en el piso - o al menos intentar dormir, a veces con goteras o inundaciones incluídas.
Después de esto, insistí en que mi hijo se inscribiera en los scouts, el entusiasmo (mío) nos duró hasta el primer nacional de manadas. Después de esto, el espíritu scout del hijo, solo aplica cuando su amigo lo invita a Tepoz, u organizan una fogata en el jardín de la casa; fuera de esto, no "sabe lo que es bueno".
El tema viene al caso, porque el otro día discutían en el facebook mis amigos del grupo, que tan cierto era esto de "scout hoy, scout siempre"; en lo personal, puedo decir que a mí si me dura el espíritu scout. De otra manera no me explico cómo resistí toda la semana pasada en un pueblo de Morelos, creo que con una temperatura - dentro del aula - como tres grados por encima de la temperatura del exterior, que sería de unos 33oC; algo de polvo, algo de comida - no-a-la-carta (esa se come con espíritu scout, es decir, con mucha hambre) y además buscando cómo llevar a un grupo de 40 oficiales de la policía a trabajar con un tema francamente difícil.
Pienso que algunas cosas le duran a uno, y se consituyen en auténticos aprendizajes, porque finalmente le permiten manejar de manera constructiva otro tipo de experiencias; pero es imposible llegar a ello sin reflexionar al respecto y reconocer que eso del "sonríe y canta en sus dificultades" no es tomarlo de manera literal ni con optimismo falso (ese lo genera el prozac), sino tener la capacidad de encontrar el lado por el cual la situación se puede manejar de tal manera que se cumpla con el reto asumido.
Ah, y otra cosa,  desde que estaba en los scouts, para salir de mi área de confort - más bien de la rutina - alguien tenía que empujarme, o comprometerme... y esto es hasta la fecha. Tal vez lo que más disfruté es saber que gracias a ese empujón pude aprender más cosas, al trabajar para conseguir resultados, por lo tanto, no dejo de agradecer los empujones que a largo del tiempo he recibido por parte de mis amigos, y tampoco aquéllos que le he podido dar  a otros.


Esta foto es de noviembre de 1983, si no me equivoco, en el parque nacional "La Malinche" (de eso sí estoy segura), la tomó Benjamín Carrillo y estamos por iniciar el ascenso... yo soy la segunda de izquierda a derecha, en la primera fila.

Luz