miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ver, mirar, observar

Hay tres verbos en español para recrear en el lenguaje el sentido de la vista, pero no tienen el mismo significado.
- Ver implica percibir con la vista, y la percepción es un proceso que nos permite gracias al modo en que la luz se refleja en los objetos y las características físicas del ojo, darnos cuenta de aquéllo que nos rodea.
- Mirar, según el diccionario de la RAE, en una primera acepción tiene que ver con "dirigir la vista hacia un objeto", es decir, enfocar algo en particular.
- Observar, nos dice el diccionario, es - en primera instacia - examinar atentamente; esto signfica, que para observar tenemos que ver y mirar... y la idea de prestar atención, estaría relacionada con las asociaciones que podemos hacer sobre aquéllo a donde dirigimos la vista, y sobre lo que nos formamos un juicio, que está sustentado en parte sobre lo que miramos, y en otra, sobre nuestra experiencia previa.
Vivimos formulando juicios, porque vivimos percibiendo y reaccionando ante lo que el mundo nos muestra, el problema es que muchas veces solo hacemos juicios sobre lo que vemos, no sobre lo que miramos, y mucho menos lo que observamos, y por ello, representan una perspectiva acotada de la realidad.
La observación - no la vista o la mirada - es el primer paso del método científico, la forma de aproximarnos a la realidad. El problema es que estamos educados reducir la interpretación de lo que observamos a relaciones causa-efecto, sin indagar más, sin reconocer ni ser sensibles ante otros elementos de la realidad que pueden ser imprescindibles para interpretar el mundo, para llevarnos a entender o formular una posición respecto a lo que nos rodea y - más aún - para crecer en el conocimiento sobre lo que somos y sobre lo que es la realidad - y así tomar mejores decisiones.
A veces, ante una realidad que se torna difícil y complicada, algunos pueden despotricar... yo prefiero a quienes primero observan y guardan silencio... para después simplemente formular una o dos preguntas... escuchar las respuestas y continuar preguntando, hasta que llegan a una conclusión.
Y esta actividad no está excenta de entablar un diálogo con uno mismo.
La persona que actúa, observa, y la observación no solo representa el contemplar la realidad, sino vincular esta realidad con un diálogo interno... en el que se buscan respuestas, no exabruptos. Las respuestas posiblemente se acerquen más a generar soluciones de impacto y transformación positiva ante la realidad, que los exabruptos, que suelen generar más platos rotos que posibilidades de construir.
El cambio parte de lo que observamos y después juzgamos. Observar es una actividad que involucra lo consciente, por eso, el mejor observador es aquél que puede hacer distinciones para construir nuevas realidades.


(Estoy tomando ideas y utilizando palabras que forman parte de la propuesta de Rafael Echeverría sobre la Ontología del Lenguaje y el Coaching Ontológico)

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