domingo, 14 de octubre de 2012

Patoaventuras 1a. Parte

Solo a mi se me ocurre; en una de esas espontaneidades que no acostumbro, porque de verdad que no las acostumbro, se me ocurre de última hora inscribirme en un congreso, en Puebla, y lanzarme a la aventura.

Habrá que aclarar que la "última hora" son tres semanas antes de la fecha de realización, y según mis cálculos, no estaría tan complicado. Primera cuestión, la verdad es que si lo pienso mucho no hago nada, y para obligarme a asistir pagué la inscripción, mandé mi ficha y me confirmaron de forma asombrosa.

Segunda cuestión, el congreso se llevó a cabo en un lugar que ni sabía que existía, en Mepetec, Puebla... No, no me falla la geografía, hay un poblado que se llama así en el municipio de Atlixco, Puebla, donde hay un fantástico hotel y centro de convenciones que depende del IMSS, pero apenas me enteré este fin de semana.

El plan original era llegar al hotel en cuestión acompañada de la mitad de mi tribu, pensé en llevar a mi hija, pero si lo hacía, tenía que llevar a mi mamá... Y si llevaba a mi mamá, también tenía que llevar a mi hijo... Ese el detalle cuando una tiene una adolescente con necesidades especiales, y una madre de 77 años... Necesita alguien que le avise (como un chavo de 20 años) que nieta y abuela están metidas en algún lío mientras la madre e hija (yo, soy las dos al mismo tiempo) intenta participar en un taller o una conferencia. Según yo, era un buen plan... Pero pasaron varias cosas, como que el hijo tuvo torneo de karate, el transporte no estaba en condiciones y no pagué el hotel con la debida anticipación.

Así, me lancé el fin de semana, por mi cuenta y riesgo a Metepec, Puebla, prejuzgando que el sitio era lo suficientemente civilizado para no tener contratiempos y cubrir la mayor parte de la cuestión económica con el poder de mi firma... Y lo que sucedió fue descubrir que el capitalismo neoliberal de mercado todavía no llega a todos los rincones de este mundo, solo lo necesario para convertir posibles obstáculos en una experiencia que me hace agradecer todos y cada uno de los días que pasé en actividad con mis queridísimos del 186 (nada que ver con el #yosoy132), pero esa es la historia que sigue mañana... Lo que hoy comparto es que la patoaventura en un momento dado se me convirtió en un viaje de reencuentro...y espero una guía turística para viajar a Atlixco y Metepce.

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