miércoles, 3 de octubre de 2012

Impotencia ante la impotencia

Un par de acontecimientos me han hecho evidente que una de las cosas que difícilmente  acepto en mi vida es sentirme impotente... Ante los hechos que no se pueden resolver me pierdo... por momentos, pero me pierdo.
Lo peor, para algunos encuentro soluciones, para otros... todavía son un misterio... no encuentro la forma de abordarlos cuando vuelven... como los lunes y la negativa recurrente de mi hija para ir a la escuela..
Hay otras ocasiones en donde uno, finalmente, resuelve las cosas cuando encuentra las causas, y está en sus manos... pero cuando no está en tus manos, cuando la forma de pensar del otro es un misterio que no consigues descifrar, cuando tienes que ser flexible, adaptarte y no encuentras respuesta, la realidad es que la impotencia se convierte en una carga, no en un reto.
¿Qué será lo mejor?
¿Aceptas simplemente la situación y la dejas pasar?
¿Reconoces las emociones que te genera, las aceptas, y dejas que se disipe, como las nubes?
La impotencia, mi impotencia, está tan asociada a mis emociones que se convierte en una telaraña de la que no me es sencillo escapar... todavía.

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