sábado, 18 de agosto de 2012

LA ZONA

Así, con mayúsculas. No, no es la dieta, ni la película... Es la zona de confort, esa en donde por motivo de la "ley del menor esfuerzo" nos gusta quedarnos por laaaaaaargooooooo tieeeeeeeempooooo, pensando que al menos tenemos la certeza de que estamos y seguimos jodidos... Pero al menos estamos.

Sorpresa, la vida en "la zona" no es gratis. Tarde o temprano te llegará el recibo de la renta, y después la notificación de embargo y expulsión... No mandan ni notarios, y ya para cuando te diste cuenta, estás en la calle y todos los pendientes son urgencias.

Pinche "zona".... Uno vive allí tan jodidamente a gusto.... Finca su identidad en la vida y se hace güey con las boletas de renta hasta que literalmente, las condiciones que genera la negligencia terminan por provocar una violenta expulsión hacia la realidad, la de a "deveras", y en tales condiciones ni tiempo hay para sentarse a llorar en la banqueta.

En ese momento, con cobradores, actuarios y en pleno embargo descubres algo para documentar el optimismo:Que puedes resolver las cosas, que los pretextos que esgrimías para justificar tu vida adentro solo te han hecho aumentar de peso (literal) y que los recursos que tendrás que emplear para reparaciones exceden significativamente a aquéllos que pudiste invertir actuando en el momento en que se requería. Reparar siempre sale más costoso que prever.

¿Cómo mantenerse fuera de la tentación del confort?  Con conciencia... Y voluntad.... Creo que ambas consiguen que uno se mantenga en forma.

Ya lo dijo Sócrates... "solo una vida examinada (auto-examinada) merece ser considerada como tal"

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