jueves, 2 de agosto de 2012

Cuando fui burócrata

No cabe duda, la vida se toma sus revanchas... y te pone frente a situaciones que retan tus defectos, o redimen tus pecados.
Me explico:
Mi primer trabajo lo desempeñé en una oficina de "Administración de la Información" que dependía de la dirección de Servicios Escolares, en una institución de educación superior. A mi, que tiendo al caos me correspondía desempeñar trabajo de rutina, organizarlo, estructurarlo, negociar,validar, pero fundamentalmente, me tocaba controlar.
Y esto me tenía en el centro de la burocracia institucional, porque uno de los trabajos de la burocracia es asegurar la uniformidad en los procesos... y a veces por asegurar la validez de lo que sucede fuera del papelito, uno inventa requisitos de información ad nauseam... lo admito, yo hacía eso, inventaba requisitos, diseñaba procesos y algunos de estos han trascendido (con 20 años de distancia), y curiosamente siguen generando los mismos niveles de estrés de aquéllos tiempos.
También debo señalar que el enfoque de- tan de innovación cuando estuve en la universidad - y el conductismo que profesaba uno de mis profesores en la universidad tuvieron mucho que ver en que yo me sumara a la tarea de intentar que todo lo que tuviera que ver con buscar comportamientos uniformes se desglosara a niveles de detalle a uno que no tiene alma de progamador de sistemas ni la precisión de un relojero, pueden fundirle las neuronas por mero estrés.
Esto sucede porque en el fondo de mi hay una persona que de haber podido sería hippie, quisiera invitar al caos a que formara parte de vida (y vivir muy contenta con esto), pero mi educación es muy fresa para optar por algo más relajado... y entre una parte que me jala al caos y otra que me requiere orden, donde casi siempre gana el súper yo; como a veces uno tiende a actuar de manera opuesta a lo que realmente aspira,  supongo que tanto control tenía que ver con esta actitud de pedir tantos datos, y controlar tanto los procesos.
Todo esto surge porque el trabajo que debo entregar hoy, con el nivel de detalle que me piden rebasa todo lo que pudiera imaginar en mi momento más retorcido para controlar (perdón, supervisar) un trabajo en donde se debe asegurar un comportamiento uniforme... ¿Tiene algún propósito este nivel de detalle cuando me toca trabajar con conceptos como la libertad, el diálogo y llevar a los alumnos a reflexionar sobre lo útiles que resultan para tomar buenas decisiones en la vida y ser responsables?
Irónico... sin duda.
Solo para anotar, ya hasta en Hacienda se dieron cuenta que para que las personas paguen impuestos, tienen que hacerles más fácil el registro, y el pago... y parece que ahí la llevan (bueno, si de todas maneras vas a darle un trancazo al contribuyente, se agradece cierto nivel de decencia).
Pero como hay justicia en esta vida, supongo que hoy me tocó descubrir que pedir demasiado para asegurar que otro lleva a cabo un buen trabajo es rasgo que refleja el nivel de confianza entre unos y otros.








No hay comentarios:

Publicar un comentario