martes, 8 de octubre de 2013

Sísifo reloaded

Sísifo, personaje mitológico, queriendo pasarse de listo, despertó el enojo de Zeus, quien lo condenó, en el Hades, a subir una piedra enorme a la cima de una colina, con el pequeño detalle que cada vez que Sísifo llegaba, la piedra volvía a rodar cuesta abajo... y Sísifo debía reemprender la tarea.
Más de una vez me he sentido igual... empujas, te esfuerzas, llegas a la cima, y la piedra vuelve a rodar hacia abajo.
¿Tarea absurda? el problema es la imposibilidad de abandonarla.
La vida está llena de cuestiones semejantes; o más bien, debería decir mi vida.
No una, muchas veces, cuando las circunstancias me llevan al juicio "ya la hice" o "ya lo superé", algo sucede, que impide que sienta que la tarea está terminada.
Cualquier madre con hijos adolescentes posiblemente me entienda... me sentía afortunada porque el primero transitó por el camino sin muchos incidentes... pero ahora con la segunda, no encuentro la forma.
El problema, es suponer, adivinar, creer... el problema de la comunicación es funcional - no solo psicológico - tengo una hija con Síndrome de Down que no me puede explicar lo que le sucede, y yo no encuentro la forma de imaginarlo.
Cierto, las circunstancias de vida cambiaron, pero ¿significa esto que no podamos ajustarnos a lo nuevo?
Es difícil negociar, entender, explicar cuando vives con una persona con discapacidad en una sociedad que ofrece pocos lugares para su desarrollo, que no llega a considerar algunos como ciudadanos y no piensa en darles espacio en la vida pública... que las familias se hagan bolas, que busquen recursos para dotar a la persona de capacidades que - en la medida de su condición - le posibiliten la autonomía y la toma de decisiones.
¿Qué es lo difícil en esta tarea?
Creer que mi hija tiene capacidad para elegir, que tiene voluntad para hacer las cosas, encontrar en dónde y cómo encaja...
Sísifo reloaded... hay cosas que tengo superadas, pero hay otras donde me encuentro, de nuevo, al pie de la colina y preguntándome cuántas veces y de que manera vale la pena intentarlo...
Estoy acostumbrada a dejar que mi cabeza, después de un rato (y tal vez con una liberación que en mi caso es ponerme a llorar sin pudor alguno), encuentre respuestas... pero admito, sin muchas evidencias concretas y solo supuestos la respuesta no llega.
Eso sí, si mido en kilos mi paciencia... creo que ya tiene una dimensión que ocupa como el 75% de lo que soy, el problema es que el 25% que me falta, es difícil de conseguir.
Sísifo recargado...

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