jueves, 13 de junio de 2013

Arqueologías

Una vez me regalaron un libro titulado "La gran aventura de la arqueología", tendría como diez u once años... El libro relataba las historias de los arqueólogos euorpeos de los siglos XIX y XX y sus descubrimientos en Persia, Troya, Creta, y demás sitios legendarios.
Después me tocó vivir la etapa de la suscripción al National Geographic, y allí, las historias que siempre me resultaron fascinantes fueron, precisamente, las de arqueología: los nuevos sitios, las contradicciones, los hallazgos... y el horizonte se amplió a China, América Latina, y otros muchos lugares.
El mundo lo conozco por fotografías, más que por experiencias.
Hoy la conversación me trae a esos recuerdos, porque sucede que estoy con dos viajeros, quienes de pronto se ponen a conversar sobre vacaciones, y los sitios no son precisamente playas, sino esos espacios lejanos - en tiempo y ubicación - que para mi son fotos y puntos en el mapa.
Atreverme a pensar que hay lugares en el mundo que son más que referencias, me cuesta trabajo... y siempre he tenido a quien me saque de mi zona de confort para aventurarme a ellos.
El problema es este... tengo tantas ocupaciones aquí que ¿cómo aventurarme simplemente por hacerlo?





Bueno, me aventuré a Calakmul, por segunda ocasión... y peleando contra mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario