jueves, 22 de noviembre de 2012

Mirar con el corazón

Para Almis, por su cumpleaños

"Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer".
Así narra el Aviador de la historia de Antoine de Saint-Exupéry su encuentro con el Principito, quien ha aparecido de la nada y le pide que le pinte un cordero.
"El Otro es un misterio" afirmó recientemente en una conferencia Kitimbwa Blukangakie, quien tiene oficio de humanista - en toda la extensión de la palabra.
Ante el Otro, no queda más remedio que impresionarse y obedecer... ¿impresionarse de qué y obedecer por qué?
La presencia de Otro (otro uno, dicen bien en Chiapas), siempre es necesaria para reconocernos a nosotros mismos,  para valorar el impacto de nuestras acciones o decisiones... para construirnos como lo que somos, y ser presencia para que otro también se vaya construyendo.
Se trata de un esfuerzo de conciencia, conciencia de sí, conciencia del Otro... y de una elección de vida ¿qué voy a hacer? ¿cómo respondo ante mí y ante el otro?
A veces quien tenemos delante nos interpela, pero no puede decirnos lo que necesita... en ocasiones no encuentra la manera de hacerlo y cuesta mucho encontrar en uno mismo las respuestas sobre cómo actuar y qué hacer al respecto.
Es entonces que hay que mirar en dos direcciones, y no utilizando los ojos... sino el corazón...
"solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos", le dijo el zorro al Principito... como una frase en un texto para niños, uno puede pensar "que bonito", como una opción de comunicación, es tremendamente difícil... porque ¿qué sucede cuando ese misterio que tienes delante en la figura de tu hij@ está más motivado por sus hormonas que por la razón? ¿cuándo no te puede decir exactamente dónde está el origen de lo que le duele, porque no encuentra palabras para identificarlo?
No puedes adivinar por él, no puedes preguntar, no puedes mirarlo con impotencia... y no puedes revertir esto contra tí...
Debes mirar con el corazón, que en muchas ocasiones hemos dejado en la penumbra... y entender que - de corazón a corazón, de emoción a emoción, tampoco es tan fácil comunicarse... ni tampoco, puede ser, tan sencillo encontrar respuestas... las respuestas se van haciendo, se van dando, en la medida en que te abres a la experiencia y persistes orientado por el misterio que tienes delante.
"Es imposible desobedecer", pero en la experiencia humana, tan acumuladora de juicios, prejuicios y egoísmos, también es difícil distinguir la voz a la que hay que prestar obediencia.Duele, desgasta... pero forja.
Resulta el único modo de comunicarse, de corazón a corazón.


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