sábado, 6 de julio de 2013

Limpieza

En días recientes en el trabajo iniciamos un proyecto colectivo... vamos a ordenar los espacios de trabajo.
Las instrucciones fueron: "hay que sacar todo lo que no se use" y clasificarlo en "sirve" y "no sirve", y bueno... si algo nos distingue en mi espacio de trabajo es lo literal que nos tomamos algunas cosas, para el viernes en la mañana ya teníamos una buena cantidad de objetos en el espacio asignado para lo que "no se usa":




Los seres humanos nos distinguimos por nuestra relación con los objetos y como hacemos que vayan formando parte del hábitat (no por nada fuimos homo faber), además  del uso que le damos a las cosas y como las interpretamos. Lo que para unos es objeto de uso, para otros es basura; lo que para unos sirve, para otros no; por ejemplo, las cajas que aparecen en las fotos, una está del lado se "no sirve" y la otra "sirve":

 
 Esta "no sirve"                                                                                                     esta "sirve"

En mi caso he estado a punto de llevarme del respectivo espacio alguna cosa que alguno de mis colegas ha desechado, porque considero que "sirve"... o - peor aún y que retrata mi espíritu acumulador - se me ocurre que "podría servir para algo", idea que es el pretexto que utilizamos para expresar nuestros apegos por las cosas:"esto podría utilizarlo en un momento dado" (yo he tenido que aprender a deshacerme de este pensamiento, porque en otras ocasiones que se me ha ocurrido guardar algo que "podría servir" en realidad he terminado comprando cosas que ya tenía almacenadas argumentando lo mismo).

Por si fuera poco, cuando una es algo obsesiva (¿algo?), fanática de la separación de basura para apoyar el reciclaje, el proceso de deshacerse de las cosas, tiene que pasar por una clasificación, ¿cómo voy a entregar un montón de papel si están engrapados o sujetos a fólders con "broches BACO"? (estoy hablando de aproximadamente 100 trabajos finales). Si llevaban acumulando polvo en mi cubículo es precisamente porque no me había dado a la tarea de separar, sin embargo, habemos algunos que no solo acumulamos para tirar, sino además tenemos que tirar en orden:

 
Aunque parezca que las hojas sirven, no , así dejé hojas, fólders y los broches quedaron en una bolista... je.


El ejercicio ha llevado a algunos resultados más allá de lo esperado: la inmovilidad de los objetos genera hábitats para otros seres vivos, con vida efímera; así que es factible que en el transcurso de la tarea se tope uno con algún cadáver. Yo me topé con estos dos inquilinos:




Deshacerse de las cosas no solo es una cuestión de limpieza física, es también un ejercicio de desapego, una reflexión entre el pasado y el futuro; pensar en nuestra capacidad para construir y re-construir una narrativa... y a veces hasta darse cuenta de cuanto generamos que pensamos que un día serviría y a la vuelta de los tiempos termina en la basura.






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