miércoles, 3 de abril de 2013

Inteligencia = paciencia = inteligencia

No lo puedo negar, soy impaciente, muy impaciente... de pronto, cuando me desborda una situación me lanzo a resolverla en forma reactiva... o me pongo a llorar sin ningún pudor.
Y encima de esto... la mente central del Universo, en su infinita sabiduría, de alguna forma me pone en situaciones que retan precisamente este rasgo de mi temperamento, me ha llevado toda la vida aprender algo sobre la paciencia... y todavía me falta por aprender.
Imagina un viaje con dos personas de la tercera edad y una niña con discapacidad, menos paciente muchas veces que yo... mi padre empeñado en manejar, yo supongo que se debe a que cree firmemente en la regla de que el que maneja es también quien elige las "complacencias musicales"... ¡más de 12 horas escuchando la versión equivalente al "Fonógrafo... música ligada a su recuerdo", la misma que escucho todos los domingos... a mi padre lo más que se le llegó a dar fué Elvis y relativamente.
Por el otro frente, la niña se apoderó del Ipad (bendito artefacto) para escuchar "su" música y ver "sus películas"... dándole hasta el límite de la batería...
Y yo... pues a mi me tocó contemplar el paisaje... y en la primera oportunidad que encontré pasar a la tienda de discos para hacerme de algún contenido musical "neutral" que por lo menos le diera variedad a Carlos Gardel, Pedro Vargas, Plácido Domingo, todos los tríos que me acuerdo, antología de la música yucateca... y demás temas afines.
Encontré a Raphael y a Alberto Cortés... y hasta esos terminaron por desesperarme... mi padre hubiera ganado otros cuantos discos más (Juan Gabriel por lo menos, porque las letras me divierten mucho) si me hubiera soltado la camioneta un día para irme de shopping... pero no lo logré (dimos vueltas y vueltas por la periferia de Mérida durante 5 días).
Aunque ni yo me lo crea, entre la música, y las vueltas, en realidad ya no me entra tanta ansiedad por cosas que definitivamente no está en mis manos resolver en el momento que se presentan... y esto lo he aprendido, fundamentalmente, con mis hijos.
¿Cómo consigues que una persona - que es tu reflejo en cuanto a temperamento - actúe de otra manera?
Puedes gritar, o puedes actuar con inteligencia... yo comencé haciendo lo primero, he terminado por optar por lo segundo; no es sencillo... hay que hacer un esfuerzo mental por pensar fuera de un esquema acción-reacción-acción... y sinceramente, a mi se me da con mucho trabajo cuando se trata de relaciones interpersonales. La inteligencia requiere hacer pausas, para responder de forma congruente. En el mundo individualista y acelerado que vivimos, esperamos de manera impaciente respuestas, sin darnos cuenta que las mejores llegan a su debido tiempo, y a veces llegan incluso cuando menos esperamos.
Uno debe ejercitar la inteligencia para aprender a mirar lo complejo, y entoces... la paciencia encuentra el espacio para llenarle a uno el espíritu con algo de serenidad.


P.d. Lo mejor del disco del Alberto Cortés... esta rola que es para compartir con ustedes ... y otra de Raphael (que no venía en el disco) solo para estar a tono con el espíritu del viaje y para mostrar el extremo de mi lado más cursi:





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