viernes, 18 de abril de 2014

Buena memoria

"¿Buen escritor? No sé. Sé que mi hijo tiene muy buena memoria, porque todo esto que escribió se lo han contado"
Bueno, esta es la anécdota aquélla de la mamá de Gabriel García Márquez cuando la entrevistaron sobre sus impresiones respecto a su hijo, ganador en aquéllos tiempos del Nobel de Literatura.
Algo tenía que decir al respecto, y la realidad es que la huella de la memoria - mi memoria - en relación con García Márquez es amplia y comienza en el cuarto semestre - o tercero, no recuerdo - de la prepa, cuando en clase de literatura hispanoamericana la Miss Esther tuvo que dividir una buena cantidad de lecturas (como 5) entre los equipos del grupo, porque había que cumplir con el programa.
Al menos dos libros del Gabo nos tuvimos que leer en el grupo, a mi equipo le tocó "El coronel no tiene quien le escriba"... el otro título era más largo, se abrevia "El relato de un náufrago... etc.".
Nunca había leído a ese señor, pero sabía que era más o menos famoso por haber escrito "Cien años de soledad", el relato de "El coronel" era más corto.
Habrá que confesarse, yo cursé el bachillerato en la segunda mitad de la década de los 70 (por eso me encantaba "That 70's Show), el periódico que se compraba en casa era el Excélsior (de Scherer), las monjas del colegio venían de El Salvador y su confesor era jesuita... me bebí la teología de la liberación sin darme cuenta.
También me bebí, y eso sin que los benedictinos que eligieron el sistema CCH se dieran o no cuenta (no lo creo, venían de Minnesota) unas buenas clases de marxismo (venían en el programa).
¿Qué tiene que ver todo esto? bueno, si la experiencia y el cambio solo son posibles porque la memoria funciona, leer "El coronel..." me dejó impávida... ¿por la narrativa?... yo soy de las que leo y me embarco con el escritor... no opino de las figuras, las metáforas, el amplio y contundente dominio del lenguaje... me voy con la narrativa y la acompaño hasta el final, si lo que leo me gusta.
¿Qué tenía el coronel? abulia, decepción, esperanza inútil, un gallo, hambre, pobreza... eso era y sigue siendo América Latina... incapaz de hacer otra cosa que esperar la gracia del gobierno, el hombre representaba y representa a un continente que no termina por resolver sus problemas.
Así, más o menos, lo puse en ese trabajo, y así lo sigo pensando... ya después - en un verano - me tomé mi tiempo para explorar Macondo y conocer a los Buendía... para leer la "Increible y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada", encontrar al náufrago, conocer la noticia de un secuestro, reconocer que hay amores que son pacientes, sin límite y todo lo demás... vaya, hasta me inscribí en dos seminarios de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y conocí más historias y más escritores de los que he aprendido que lo que se llama "realismo mágico" es realidad, porque el Coronel, sigue esperando.

p.d. Le dije a quien preguntó en Facebook que una de las historias que más me impactó - a pesar del "Amor y otros demonios", de "El amor en los tiempos del cólera", de las "Memorias de mis putas tristes", es "Los funerales de la Mamá Grande"... porque para ser dueña y señora de los destinos de los demás, tienes que renunciar a ser dueña y señora del tuyo... triste, amarga y posiblemente real, la vida de Rosario... y tal vez un poco parecida a la mía.


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