sábado, 26 de enero de 2013

Capacidad de asombro

La capacidad de asombro, como lo dice su nombre, es una capacidad, por lo tanto algo que se desarrolla y de lo que uno se hace consciente.
Acabo de leer un libro, del que entre otras cosas concluyo que nuestro sentido de vulnerabiliad ante lo inexplicable, y la capacidad de admirarnos sobre lo que sucede a nuestro alrededor, son necesarios para hacernos capaces de desarrollar una actitud de respeto hacia lo que nos rodea.
Aprender a asombrarse cuando se supone que tenemos explicaciones para todo, pienso, es una virtud... no querer racionalizar lo que nos sucede, no buscar explicaciones ni ecuaciones en el descubrimiento cotidiano de la vida es - tal vez - la fórmula para encontrarle un sentido a lo que estamos haciendo en este mundo, y poner un rumbo al que queremos llegar.
La ética está basada en el respeto, y el respeto, en cultivar nuestra capacidad de asombro, y que ese asombro represente una emoción positiva, ni más ni menos.
Tal vez la mutua capacidad de asombro sea lo que mantiene unida a una pareja... lo que permite una relación de amistad duradera, lo que te permite disfrutar del mismo recorrido en un viaje... porque nunca las cosas se nos aparecen de la misma manera.
Cultiva el asombro...  quizá te sorprendas de todos los regalos que la vida te deja todos los días, sin otra intención de que los encuentres, y lo disfrutes. 



miércoles, 23 de enero de 2013

Meditaciones periféricas

Cosas que se le ocurre pensar a una en un viaje de Atizapán a Ciudad Universitaria, y de regreso:

- A pesar de mi escepticismo, tengo que reconocerlo... hice 45 minutos de un extremo de la ciudad a otro, parece que el proyecto del segundo piso funciona, particularmente para los que circulamos por el piso de abajo.

- Avenida Revolución, en el tramo que va de Barranca del Muerto a San Ángel... yo sigo buscando allí la ciudad provinciana y no-globalizada en la que crecí... no el polvo y el ruido de tanto camión... creo que esta ciudad solo luce bien después de una abundante lluvia.

- ¿Quién va a ganar el próximo "Super Bowl"?... los 49 de San Francisco... ¿Por qué? muy simple... por la maldición del primogénito, que conozco muy bien... el hermano menor siempre se sale con la suya, tiene la ventaja de que observa todo el tiempo - desde que nace - al primero y comienza a ser estratega desde que tiene conciencia de sí... ¿apuestan?

- CU en temporada fuera de clases es una maravilla arquitectónica; y mi director de tesis es muy afortunado... su cubículo está en el 8o. piso, y tiene una vista fantástica de Rectoría, el Estadio y el Ajusco... si yo trabajara allí me la pasaría mirando por la ventana.

- Creo que mi madre siguió una costumbre azteca, la de enterrar el ombligo de la hija en el fogón... nomás cruzo la frontera del Viaducto... y me entra la nostalgia de 14 años de vida en la delegación Coyoacán y anexas... y entre más voy para el sur, hacia Tlalpan, se pone peor.

- Regreso... en el piso de abajo del Periférico... esto es la privatización de la calidad de vida... ¡gracias Neoliberalismo" ... ¿solo los que se arriesgan a pagar tienen derecho a vivir decentemente?

- El nuevo túnel, que pasa por debajo de la Fuente de Petróleos... tiene un lado positivo... no convoca mi sentido claustrofóbico ... y uno negativo ¿Quién considera estético el acabado "Picapiedra" que le dejaron? o, perdón, ¿se trata de un homenaje al regreso del Tiranosaurio Rex?

- ¿Por qué la necedad? ¿Pagar por entrar a un embotellamiento en el segundo piso en terrenos del Estado de México?... sin comentarios... prefiero hacer cola abajo (al igual que arriba) y subirme en Satélite.

- Bueno, reconozco que no estuvo tan mal, mi récord personal desde Tlalpan a Naucalpan por el Periférico son tres horas y media, hoy solo me tardé 1 hora con 15 minutos, circulando por abajo.

- Dos buenas al llegar a casa... la hija se va a dormir a la hora en que le digo, sin objetar... y en TCM programan "África Mía"...  no puedo evitarlo... es una de las tres películas que puedo ver cada vez que la ponen sin hartarme... ¿Existen todavía hombres tipo Dennis Finch Hatton?




martes, 1 de enero de 2013

Resiliencia

La primera vez que me topé con esta palabra, fue en una revisión de entradas en un "hub", donde había que valorar la pertinencia y clasificación académica de una serie de direcciones. Recuerdoque me llamó la atención porque formaba parte de una serie de cátedras magistrales del MIT, sobre "Ciudades Resilientes" y entre otras se presentaba el caso de la Ciudad de México ante el terremoto del 85.
Después me topé con la palabra como un término de psicología, tomado de un campo del conocimiento completamente diferente: la física, en particular, de la mecánica de materiales.
¿Qué es la resiliencia? Cualquier ingeniero mecánico me respondería que es la capacidad de un cuerpo que ha sido sometido a cierto tipo de fuerza que le deforma, de recuperar su forma original.
Como el significado de nuestra existencia se comunica a través del lenguaje, y en ocasiones nos valemos de metáforas para hacernos intelegible la realidad, la psicología tomó de la física este concepto en el intento de explicar el comportamiento ante situaciones difíciles... porque hay quien no se destruye ante circunstancias que a otros nos pueden parecer inmanejables.
A veces me gusta pensar en esto de la resiliencia y el carácter como en el proceso de forja de una "katana", la espada samurai que se forja en un lento e intenso proceso para fundir y convertir unos trozos de metal en una sola pieza, ligera, flexible, precisa y orgullo de quien la porta. Las tradiciones caballerescas asociadas con las espadas les ponen nombre propio al objeto, rconocen a su forjador y representan la honra de quien la porta... y en todo ello, se encuentra este proceso físico de resiliencia... que podemos tomar como una metáfora en psicología.
Sin embargo, la resiliencia en psicología tiene que integrar en un solo proceso al artesano, la espada y el caballero... uno no nace resiliente, aprende a serlo y en la medida que se hace consciente se va forjando, consolidando espiritualmente.
¿Qué funda nuestra resiliencia? La capacidad de entender mis emociones como el primer paso para situarme aquí y ahora, en la experiencia difícil que vivo, lo siguiente sería apelar al auto-examen, que me pemite distanciarme de alguna manera de la emoción e indagar la mejor forma de responder, distinguir lo urgente de lo importante, separar prioridades, buscar recursos... actuar.
Pienso que ningún proceso de reconstrucción, de vuelta al ritmo de una vida con menos sobresaltos es un proceso que se da simplemente dejándose llevar... hay que apelar a la inteligencia y tomar decisiones, paciencia y constancia... y así encontrarse con un nuevo orden en la existencia.